Las autoridades de Japón admiten que la situación económica puede agravarse
En contra de la opinión de todos los analistas, el Gobierno y el banco central de Japón venían defendiendo la inminente recuperación de la economía nipona en los próximos me-ses. Hasta ayer.
Por primera vez, el ministro de Economía, Taro Aso, admitió que las perspectivas de crecimiento en el último trimestre de 2000 son bastante "débiles", lo que haría imposible alcanzar la previsión de crecimiento para todo el año fiscal que termina en marzo (1,2%), dado que entre julio y septiembre pasados se contrajo un 0,6%.
De ser como dice Taro Aso, la economía nipona podría afrontar su segunda recesión en dos años, que se produce técnicamente cuando se registran crecimientos negativos durante dos trimestres seguidos.
Sus advertencias coinciden, además, con el análisis del banco central. En su informe mensual, el Banco de Japón (BOJ) apuntó ayer que el enfriamiento de las principales economías mundiales y el "inevitable" descenso de las exportaciones japonesas ejercerán mayor presión sobre la economía nipona, que queda así al amparo de lo que suceda en otras zonas.
Pero otras voces desde el Ejecutivo insistían en lanzar un mensaje optimista sobre la situación económica. El viceministro de Finanzas, Haruhiko Kuroda, aseguró ayer que la decisión del pasado viernes del banco central de rebajar el tipo de descuento del 0,5% al 0,35% "tendrá un impacto positivo sobre la economía a través de los mercados financieros", dijo.
Los mercados se mostraron escépticos ante la medida. En el primer día de aplicación de la rebaja del precio del dinero, el índice Nikkei cayó un 1,1% a pesar del repunte de las acciones de los principales bancos.
Kuroda no negó, sin embargo, que la amenaza de una espiral deflacionista en Ja-pón es real, lo que agravaría la situación financiera de las empresas.
El próximo viernes el Gobierno hace público su informe mensual y los analistas prevén que rebaje entonces su previsión de crecimiento para todo el año.