Sharon arrasa en las elecciones y Estados Unidos reclama calma
Primero, la seguridad; después, la paz. Eso es lo que decidieron ayer los israelíes, que votaron mayoritariamente al líder derechista, Ariel Sharon, que consiguió el 61% de los votos según datos oficiales parciales. Las elecciones a primer ministro estuvieron marcadas por la falta de interés ciudadana y por la abstención árabe, como castigo al laborista Ehud Barak, que anunció su abandono temporal de la política.
Los datos parciales, con el 70% de los votos escrutados, confirmaron ayer la victoria arrolladora de Sharon por 22 puntos de diferencia sobre el candidato del Partido Laborista. Según los resultados publicados por las autoridades israelíes, Sharon logró el 61% de los votos, fren-te al 38,9% conseguido por Barak. La comisión electoral anunciaba ayer, al cierre de los colegios, que la participación fue del 60%, la más baja en los 53 años de historia del país.
Sharon realizó unas declaraciones tras la victoria en las que reclamó a los palestinos que abandonen la revuelta y negocien una paz "realista". "El Gobierno que yo dirija trabajará en pos de acuerdos realistas que aseguren las supervivencia de Israel y que deben basarse en el mutuo respeto y el cumplimiento de las obligaciones de ambas partes", afirmó el ganador.
Los buenos resultados económicos, 5% de crecimiento del PIB e inflación cero, no salvaron a Barak, quien anunció su retirada como líder del laborismo y temporalmente de la política.
El sector árabe, medio millón de votos, optó por la abstención como castigó con la abstención al líder laborista por la muerte de 13 árabes en las revueltas de otoño.
El 28 de septiembre del año pasado, el Mensajero de la paz, así se autodefinió el ganador Sharon, provocó a los palestinos visitando la explanada de las mezquitas, en Jerusalén, y desatando la enésima Intifada, con un saldo de casi 400 muertos, la mayoría palestinos.
En el discurso de ayer, Sharon insistió en su idea de sentar las bases para mantener Jerusalén unida "como capital de Israel y del pueblo judío para siempre". Barak siempre estuvo dispuesto a compartir la soberanía de Jerusalen, cuya parte oriental fue anexionada en la guerra de 1967.
El presidente de Estados Unidos, George Bush, felicitó a Sharon, al que comunicó por teléfono que estaba dispuesto a cooperar con él por la paz. "Estados Unidos ha trabajado con todos los líderes de Israel, desde su creación en 1948, y la relación bilateral es sólida", afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.
Por su parte, el secretario de Estado, Colin Powell, subrayó la necesidad de mantener la calma y confiar en que Sharon negociará la paz. "El momento exige paciencia, y hay que dar al ganador una oportunidad de formar un Gobierno que trabaje en pos de la paz", afirmó Powell.
Por su parte, el presidente palestino Yasir Arafat dijo que confiaba en que el proceso de paz no se frene a pesar de Sharon. "Respetamos la decisión del pueblo de Israel, y confiamos que el proceso de paz continúe", dijo Arafat.
Sin embargo, el ministro palestino de Información, Abed Rabbo, no dudó en calificar la elección de ayer como "la mayor enajenación de la historia de Israel".
Los palestinos asumieron pronto la derrota del laborismo. "Negociaremos con Sharon, elegido primer ministro por el pueblo de Israel. Lo importante es desarrollar los acuerdos de paz firmados", dijo ayer por la noche el portavoz del líder de la OLP, Yasir Arafat, Nabil Abu Rdainah.
El negociador palestino en el proceso de paz, Nabil -Shaath, advirtió su preocupación por el futuro de la zona: "Sharon no parece precisamente el hombre que impulsará el proceso de paz, más bien parece el hombre que desestabilizará Oriente Próximo y lo sumergirá en la confusión".
Por otra parte, el líder integrista palestino de Hamas, Jaled Mishal, pronosticó ayer la unión de todos los pueblos árabes contra Israel.