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Rato exigirá garantías laborales en la fusión de Endesa e Iberdrola

El diseño de las garantías laborales en la fusión de Endesa e Iberdrola está perfilado. El Ejecutivo ha impuesto que los grupos que compren los activos que salgan al mercado por la integración tendrán que mantener las condiciones laborales de las plantillas adscritas a las filiales en venta.

Las condiciones laborales de los cerca de 10.000 trabajadores que saldrán de la órbita de Endesa e Iberdrola, si la fusión de las dos compañías eléctricas se materializa, parecen garantizadas, aunque todavía se mantienen las negociaciones. El ministro de Economía, Rodrigo Rato, ya ha anunciado a las empresas que no permitirá un cambio en las actuales condiciones de los empleados, a pesar de que pasen a formar parte de la nómina de aquellas compañías que adquieran los activos que salgan al mercado.

Esta advertencia también deberá ser tomada en cuenta por los futuros compradores. El recado del Ejecutivo a Endesa e Iberdrola también se ha hecho notar en la estrategia de negociación de convenios de Iberdrola. En las conversaciones que mantienen los sindicatos y la dirección de la empresa vasca se ha puesto sobre la mesa que el acuerdo tipo hay que buscarlo en el pacto alcanzado por Endesa con su plantilla.

Este acuerdo, que contempla la posibilidad de que se produzcan distintas reordenaciones societarias y segregaciones en los dos grupos que se fusionan, estipulará las condiciones de trabajo del personal transferido [a las sociedades que compren los activos], "y la responsabilidad solidaria de las empresas fusionadas. Este articulado se incluyó en las garantías laborales de los trabajadores del grupo Endesa cuando se produjo la fusión efectiva de todas sus empresas eléctricas, fundamentalmente Sevillana de Electricidad.

El pacto, que se está negociando con las centrales y en el que será vigilante el Gobierno, contiene una cláusula por la cual si como consecuencia del proceso de fusión no fuera posible la recolocación de los posibles trabajadores excedentes, "se acordarán con la representación social fórmulas de salida pactadas". A cambio, se solicita la "paz social".

Condiciones

Pero el convenio que se está negociando también tiene una serie de condiciones que colisionarían, de hecho, con el actual sistema de relaciones y garantías laborales. De llevarse a efecto la fusión, quedarían automáticamente derogadas una serie de cláusulas "que resultan incompatibles con la nueva titularidad empresarial".

En el acuerdo se incluye que con la integración se eliminará la circulación de trabajadores dentro del grupo Iberdrola -hasta ahora podían pasar de una sociedad a otra sin problemas, sobre todo cuando afectaba a la política de ascensos- y se modificarán las condiciones de ingreso del personal.

En el campo de acción sindical, los actuales representantes electos mantendrán su estatus y funciones hasta los próximas elecciones sindicales, "aun cuando se incorporen a otros centros de trabajo segregados".

En cualquier caso, Iberdrola, que quiere cerrar un acuerdo con los sindicatos con un año de vigencia y otro prorrogable, se produzca o no la fusión, se ha comprometido con la representación social a presentar, a efectos de negociación, la reestructuración "seis meses antes de su ejecución". También se compromete a dar cursos de formación y reciclaje para "garantizar la recolocación", a la vez que no adoptará medidas unilaterales.

 

El objetivo

de plantilla se cifra en 16.000 personas

A falta de que el Ejecutivo presidido por José maría Aznar dé su beneplácito a la operación de fusión, las dos eléctricas tienen el esquema de la plantilla objetivo en la nueva empresa fusionada, a pesar de que todavía no han desvelado los activos que saldrán al mercado.

Según estos planes, la plantilla actual de 28.230 trabajadores entre las dos empresas se quedará finalmente en 16.142 después de la integración. El principal excedente, es decir, el mayor número de trabajadores que pasará a engrosar la nómina de otras empresas como consecuencia de las desinversiones, se producirá en generación. Así cerca de 5.300 trabajadores saldrán de la órbita de Endesa e Iberdrola. Y, otros 4.000, procederán de distribución.

El resto de departamentos (internacional, diversificación, ingeniería, sistemas y estructura) apenas sufrirá ajustes en una primera fase. En una segunda, sí se adelgazará la plantilla en casi otros 2.000 trabajadores.

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