Europa, lejos de la integración de su mercado financiero
Pese a las mejoras regulatorias aplicadas, queda mucho por hacer: armonización de los marcos de insolvencia, fiscalidad de los dividendos o supervisión


Ya hace una década del anuncio a bombo y platillo de la creación de la Unión de Mercados de Capitales (UMC) europea. Sin embargo, los avances logrados han sido escasos. Aunque se han aprobado reformas regulatorias para mejorar la eficiencia del sistema financiero europeo –reducción de cargas administrativas, un aumento de la armonización normativa, protección del inversor y nuevos impulsores como la financiación sostenible o la digitalización–, su impacto es limitado. “El estado actual puede calificarse como embrionario y, por tanto, insuficiente”, resume Eduardo García Castro, economista de Mapfre Economics.
Concebido con el objetivo de facilitar el flujo de la inversión y el ahorro entre los Estados miembros en beneficio de ciudadanos, empresas e inversores, la fragmentación del mercado apenas ha avanzado en los últimos años. “Los diagnósticos de Mario Draghi, Enrico Letta, la OCDE y el Libro Blanco de Bolsas y Mercados Españoles (BME) coinciden en que los mercados europeos siguen muy por detrás de Estados Unidos en liquidez, profundidad y capacidad para financiar la innovación”, recuerda Mariana Longobardo, directora del Servicio de Estudios de BME.
A ello se suma un problema estructural: pocas empresas acuden a los mercados y pocos ciudadanos invierten sus ahorros en instrumentos financieros. “Estas dos dimensiones deben estar en el centro de la agenda”, admite la experta de BME.
Dividendos
El mercado bursátil nacional sigue destacando por su retribución al accionista. Las cotizadas españolas distribuyeron más de 29.000 millones de euros en dividendos hasta octubre.
Este escenario ha llevado a la Comisión Europea a relanzar la agenda bajo la nueva Estrategia de Ahorros e Inversiones (SIU, en sus siglas en inglés). “El debate sobre la SIU en 2025 es un reconocimiento implícito de que la UMC no ha llegado tan lejos ni tan rápido como se esperaba”, señala Javier Hombría, profesor del Máster en Bolsa y Mercados Financieros del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).
Desde su perspectiva, “ha habido progresos, pero no son suficientes si pensamos en las necesidades de inversión para la transición verde, la defensa o las nuevas tecnologías”, e insiste en que la integración exige armonizar los marcos de insolvencia, la fiscalidad de los dividendos y la supervisión, en su opinión, “los grandes cuellos de botella”.
Mientras, la UE sigue dependiendo del crédito bancario y de mercados de terceros países, principalmente de EE UU, para financiar a sus grandes campeones tecnológicos y energéticos. “Integrar de verdad los mercados permitiría canalizar mejor el alto ahorro europeo hacia proyectos estratégicos propios”, afirma Javier Hombría. Ministros como el francés Bruno Le Maire han hablado de la necesidad de hasta 600.000 millones de euros adicionales de inversión anual mediante la integración de los mercados de capitales: “Es un tema de competitividad, pero también de autonomía frente a otros bloques”, razona Hombría.
Si la integración no se acelera, la UE corre el riesgo de seguir siendo un mero “tomador de precios” en la economía global, advierte García Castro, que cree que una UMC efectiva sería también clave “para fortalecer al euro como activo global”.
Para España, una unión plenamente operativa abriría nuevas vías de financiación: emisiones de bonos, titulización, mercados de renta variable, plataformas de financiación no bancaria o nuevos instrumentos europeos. “Esto permitiría a las empresas financiar su crecimiento de largo plazo y acceder a inversores hoy fuera de su alcance”, apunta Longobardo.
Repercusiones para la banca
El avance de la nueva Estrategia de Ahorros e Inversiones de la UE se puede ver como una oportunidad también para la banca, ya que la expansión de los mercados de capitales abriría nuevas fuentes de ingresos vinculadas a la intermediación bursátil, la banca de inversión y una gama más amplia de servicios y productos especializados, como las cuentas de inversión que ya existen en muchos países europeos, creen los expertos consultados.
Además, el proyecto “encaja bien con el desarrollo de los mercados alternativos españoles (BME Growth y BME Scaleup) que han seguido incorporando compañías en 2025, como demuestra la entrada de nuevas socimis y pymes cotizadas”, resalta el profesor del IEB.
En cuanto a la situación del mercado español, los inversores extranjeros continúan siendo el principal grupo propietario, manteniendo cerca de la mitad del capital cotizado. “En 2025, agencias como S&P, Moody’s y Fitch han elevado la nota soberana de España, respaldadas por la resiliencia económica, la reducción de desequilibrios y la fortaleza del sistema financiero. Este avance no solo abarata la financiación del Estado y de las empresas, sino que ha ampliado el universo de fondos internacionales que pueden invertir en España”, reseña Longobardo.
Detrás de esa confianza de los inversores internacionales en nuestro mercado podría estar, según Victoria Torre Pérez, responsable de oferta digital de Self Bank, la evolución de las primas de riesgo, es decir, el diferencial de los bonos a 10 años respecto a la deuda de Alemania. “En 2024 se produjo un sustancial salto al alza de la prima de riesgo francesa, que se ha mantenido en 2025, fruto de la compleja situación política y fiscal del país vecino. En cambio, hemos visto a la baja las de Italia, Portugal y España: la española se ha situado por debajo de la francesa”, añade. Todo un hito.
Récord del Ibex 35
EI selectivo español ha vivido en 2025 uno de los ejercicios más destacados de su historia al superar los 16.400 puntos. “En términos de rentabilidad, nos encontramos con un nada desdeñable 40% [hasta mitad de noviembre], situándose a la cabeza por ganancias de las Bolsas europeas. Sin olvidar que también ha conseguido batir a otros índices, como el S&P 500, algo muy meritorio”, destaca Victoria Torre Pérez, de Self Bank. Además, ha superado el billón de euros de capitalización de mercado, apunta esta experta.
También está siendo muy relevante “el buen comportamiento de nuestra deuda a diez años pese a que hayan subido los tipos del 3% con el que arrancaron el año a los 3,2% actuales”, resalta Ismael García, director adjunto de Estrategia de Inversión de Mapfre AM.
