Los nuevos operadores de tren se abren paso

Ouigo e Iryo se consolidan como rivales de Renfe en plena crisis inflacionaria y energética

Trenes de los operadores Ouigo, Renfe e Iryo en la estación de Chamartín.Pablo Monge Fernandez

El 10 de mayo de 2021 se produjo un acontecimiento excepcional: por primera vez desde la creación de Renfe 70 años atrás (1941, en plena posguerra), un operador ajeno a la empresa pública realizaba un trayecto de alta velocidad. Dos años después, ya cuenta con dos competidores: Ouigo (filial de la francesa SNCF) e Iryo (controlada por Trenitalia, participada por Air Nostrum y Globalvia).

El resultado es toda una revolución comercial en el ferrocarril en plena crisis inflacionaria y energética: un aumento del 134% en el número de plazas ofertadas en la alta velocidad y el doble de viajeros, según datos del cuarto trimestre de 2022 comparados con el mismo periodo del año anterior, porque a la fiesta se ha sumado Avlo, la marca low cost de Renfe. “El contexto en el que estamos es todo un reto, pero también para nuestros competidores”, confiesan en el operador público. “Es un aliciente para implantar en la compañía una cultura de mejora continua”.

Aluvión de pasajeros en los corredores abiertos

Ouigo e Iryo operan, de momento, en dos corredores, los únicos liberalizados. En ambos la demanda se ha disparado increíblemente, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Madrid-Valencia. El crecimiento de pasajeros en este corredor en el cuarto trimestre del año pasado fue del 100% en comparación con un año antes. Se superó el millón de viajeros en ese periodo. Hay que tener en cuenta que este servicio se abrió a la competencia en octubre de 2022. 

“La liberalización ferroviaria en España ha tenido un primer efecto inmediato al incrementar la oferta en líneas con mayor nivel de aprovechamiento o la competitividad de los precios”, dice Adrián Fernández Carrasco, director gerente de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. “Pero que más gente se mueva en tren no implica necesariamente un balance positivo en términos sociales y ambientales. Es preciso que se verifique un trasvase modal donde el tren capte viajes que antes se realizaban de forma más contaminante”.

La subida de los precios de los materiales y la energía, sumado a la transición ecológica en la que vive inmersa la UE, favorece un cambio de paradigma. “La liberalización del transporte de viajeros por ferrocarril da la oportunidad a más personas para que puedan usar el tren para sus desplazamientos. La crisis climática nos obliga a cambiar nuestra forma de movernos”, indica Cristina Arjona, portavoz de Greenpeace. “Necesitamos más opciones sostenibles al alcance de toda la gente y prescindir así de los combustibles fósiles”.

Vista de la estación de Atocha.Pablo Monge Fernandez

Los operadores sufren el alza del IPC tras la invasión rusa de Ucrania. Los precios energéticos han subido un 160% más que en 2019, el año prepandemia. “Y esto ha tenido un impacto muy negativo sobre nuestra cuenta de resultados”, admiten en Renfe.

“España tiene la red ferroviaria de AVE más grande de Europa y creemos en el potencial del negocio en este país”, asegura la directora general de Ouigo España, Hélène Valenzuela. “Pero todavía hay retos que afrontar: los elevados cánones y los altos precios de la luz, que están penalizando al sector”.

El reverso de la liberalización

Si Ouigo protesta por los elevados costes de explotación –agravados por las tensiones actuales en los precios tanto del material rodante como de la energía necesaria para mover los trenes–, es por algo: en su primer año en España, la filial de Société Nationale des Chemins de Fer (SNCF) facturó 41 millones y ha perdido 31 millones de euros. Desde hace meses, Iryo, Renfe y Ouigo piden al Gobierno frenar inmediatamente la volatilidad del coste de la energía. 

Para Álvaro Fernández Heredia, factótum de Madrid Central con Manuela Carmena en la capital y exgerente de la empresa municipal Autobuses Urbanos de Valladolid (Auvasa), “la liberalización es como un gran unicornio azul que, supuestamente, va a traer más eficiencia y demanda. Pero no solo no ha sido así con la liberalización de las mercancías ferroviarias en 2005, sino que hay que ver la sostenibilidad en el tiempo de esa oferta cuando ya sabemos que Ouigo o Iryo han incurrido en unos resultados de explotación negativos”. Fernández Heredia critica también “episodios donde la falta de flota disponible de estas compañías ha provocado unos niveles de servicio inferiores”. 

Para abaratar su factura y mejorar su cuenta de resultados, Renfe asegura haber puesto en marcha una serie de medidas, como la instalación de 66 plantas fotovoltaicas, que suman un total de 550 MW, a lo largo de los corredores norte, nordeste, este y sur de alta velocidad, y paneles solares para cubrir un 41% de las necesidades energéticas de estos centros.

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