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Cumbre europea

La UE endurece el tono con Londres en la pista de salida del ‘brexit’

Los 27 aprueban este ságado sus directrices de negociación Las empresas alertan sobre el riesgo de un acuerdo duro

Billetes de euro y libras ante una ilustracion del 'brexit'.
Billetes de euro y libras ante una ilustracion del 'brexit'.DADO RUVIC (REUTERS)

La Unión Europea tiene previsto aprobar este sábado, durante una cumbre extraordinaria en Bruselas, las directrices para la negociación con Londres de la salida del Reino Unido del club.

El borrador inicial, elaborado por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, se distribuyó el pasado 31 de marzo. Y desde entonces, el texto se ha endurecido de manera significativa a raíz, sobre todo, de las exigencias planteadas por países como Francia.

El posible choque entre Bruselas y Londres ha disparado las alarmas sobre el impacto económico de un acuerdo a las malas.

El instituto de estudios alemán, IFO, advirtió el viernes que “un brexit duro supondría una amenaza para el empleo en Alemania”. Y sólo 24 horas antes, la poderosa patronal europea del automóvil, ACEA,  recordaba que “siete de cada 10 coches que se venden Reino Unido sefabrican en plantas de la UE”, por lo que reclamaba una suave transición.

50.521 millones de euros fue el superávit comercial de Alemania con Reino Unido en 2016, récord mundial de números rojos con Berlín.

Fuentes diplomáticas aseguraban horas antes de la cumbre del sábado que “las directrices no se han endurecido tanto, pero al concretarlas un poco más se perfilan mejor ciertas aristas”.

El tono, sin embargo, sube por momentos, tal vez, según fuentes comunitarias, como mera táctica para llegar con fuerza al inicio de una negociación que, en su primera fase, deberá pactar la factura del brexit (cifrada por Bruselas en unos 60.000 millones de euros) y las condiciones de residencia para los ciudadanos europeos en Reino Unido y viceversa.

“No discutiremos nuestras futuras relaciones con Reino Unido mientras no se alcance un progreso suficiente en esos asuntos”, señala tajante Tusk en la convocatoria de la cumbre.

Fuentes comunitarias reiteraron, sin embargo, su confianza en que antes de fin de año se aclaren los asuntos más espinosos, que además de la factura y la ciudadanía incluyen la situación de Irlanda del Norte (parte de Reino Unido). Si ese calendario se cumple, en 2018 se podría empezar a negociar el futuro acuerdo comercial entre las dos orillas del canal de La Mancha, así como el período de transición que reclaman las empresas para evitar una ruptura en sectores tan integrados como la automoción, el tráfico aéreo o las telecomunicaciones.

Por ahora, sin embargo, la escenificación avanza en sentido contrario. El borrador de conclusiones de la cumbre del sábado incluso incorpora una declaración expresa sobre la posible readmisión tras el brexit, una referencia a la ruptura de Reino Unido que Londres puede interpretar en clave poco amistosa.

“El Consejo Europeo reconoce que, de acuerdo con el derecho internacional, todo el territorio de una Irlanda unida sería parte de la UE”, señala el texto que esperan aprobar el sábado los líderes de la UE, sin presencia de la primera ministra británica, Theresa May.

El documento fijará las pautas que deberá seguir el equipo negociador de la UE, que estará encabezado por el ex comisario europeo, Michel Barnier. El mandato concreto de negociación se espera aprobar, a nivel ministerial, el próximo 21 de mayo. Pero las negociaciones no podrán empezar hasta que Reino Unido celebre elecciones generales, adelantadas por May al 8 de junio.

May confía en salir reforzada de las urnas y poder encarar la larga negociación del brexit con una posición mucho más fuerte que ahora. Pero Bruselas también contraataca con un tono más duro que el empleado hace sólo un mes, cuando May activó el artículo 50 del Tratado de la UE que fija un plazo de dos años para consumar la salida del club.

“La UE no tiene ni tendrá un planteamiento punitivo”, señaló entonces Tusk. Una actitud benévola y comprensiva que puede desaparecer. Al menos, hasta que Francia, en junio, y Alemania, en septiembre, dejen atrás sus elecciones generales.

Reino Unido confía en explotar su déficit comercial

Londres confía en explotar su déficit comercial con los principales socios de la UE para negociar un acuerdo post-brexit que mantenga las estrechas relaciones económicas entre Reino Unido y el continente. Y no sólo Alemania tiene superávit con Londres. El de Holanda asciende a 12.300 millones; el de Bélgica a 9.900 millones; el de Italia, 9.700 millones; Francia, 7.100 millones; y España, 5.400 milones, según datos de Bruegel de 2014.

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