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El futuro de la UE

May convoca elecciones para blindar la irreversibilidad del 'brexit'

Reino Unido votará el 8 de junio, tres años antes de lo previsto "No puede haber marcha atrás" en la ruptura, insiste

No se le conocen habilidades futbolísticas, pero la primera ministra británica, Theresa May, ha dado hoy una magistral lección de achicar espacios para dejar a los rivales en flagrante fuera de juego. Tras nueve meses prometiendo agotar la legislatura (que expiraría en 2020), May anunció ayer la convocatoria de unas elecciones anticipadas para el próximo 8 de junio que se convertirán, inevitablemente, en la revalida del brexit, con una campaña centrada en la consumación (o no) de la salida de la UE aprobada en el referéndum del 23 de junio de 2016.

La sorpresa deja con escasas posibilidades de reaccionar tanto a la oposición laborista, dividida entre partidarios de seguir adelante o no con el brexit, como a los euroentusiastas liberales, firmes defensores de permanecer en la UE, o a los eurófobos de UKIP, defensores de una drástica ruptura.

Si los sondeos actuales se confirman, los conservadores de May barrerán a todos esos partidos y se alzarán con una holgadísima mayoría absoluta. La jugada, si sale como ella espera, permitirá a May legitimarse como primera ministra, reafirmarse ante su propio partido, en particular frente al siempre acechante Boris Johnson, y disponer de margen político en la retaguardia para negociar con Bruselas.

Pero, sobre todo, como se cuidó de recalcar May, las elecciones del 8 de junio aspiran a blindar la irreversibilidad del brexit frente a las maniobras para retrasar la salida de la UE o, incluso, revertirla.

"Nuestros opositores creen que, dado que la mayoría [parlamentaria] del Gobierno es tan pequeña, podrán forzarnos a cambiar el rumbo", ha señalado May en una alocución ante el número 10 de Downing Street para anunciar la convocatoria de elecciones. "Se e-qui-vo-can", ha enfatizado la primera ministra, para advertir a laboristas, liberales y nacionalistas escoceses que "han infravalorado nuestra determinación para concluir a tarea [del brexit]".

La convocatoria anticipada de elecciones llega solo tres semanas después de que el Gobierno de May invocase el artículo 50 del Tratado de la UE, que establece un plazo de dos años para negociar la salida definitiva del club. Desde entonces, ha arreciado en Reino Unido el debate sobre la reversibilidad de ese artículo, una posibilidad que nadie descarta desde el punto de vista legal siempre y cuando exista la voluntad política en Londres y en el resto de capitales europeas para desactivarlo. Pero May quiere zanjar los titubeos porque, a su juicio, el brexit “es lo correcto”.

"No puede haber marcha atrás", ha insistido hoy. Y ha recordado que, desde el brexit, "ha aumentado la confianza de los consumidores, la creación de puestos de trabajo ha batido récords y el crecimiento económico ha sido mucho mejor de lo esperado". May confía en capitalizar esos buenos resultados económicos y transformarlos en una mayoría parlamentaria absoluta que despeje todos los obstáculos para la negociación con Bruselas.

"Los laboristas amenazan con votar en contra del acuerdo final [para salir de la UE], los liberales dicen que quieren paralizar la labor del gobierno, el Partido Nacionalista escocés dice que votará en contra de la ley que anula formalmente la pertenencia a la UE, y los miembros no elegidos de la cámara de los Lores han prometido combatirnos en cada paso que demos", ha enumerado May a los enemigos del brexit a los que pretende someter de nuevo al veredicto de las urnas, a sabiendas de que la mayoría de ellos se encuentran en posición muy delicada.

Bruselas, a contrapié

La UE tampoco pudo disimular su sorpresa ante el anuncio de May. “El brexit parece una película de Hitchcock: primero un terremoto y, a partir de ahí, va subiendo la tensión”, tuiteó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

Bruselas esperaba negociar la salida de la UE con el actual gobierno de May. Pero el escenario puede cambiar si tras el 8 de junio se enfrenta a una primera ministra reforzada electoral y parlamentariamente.

Londres confía en que, tras las elecciones francesas (abril-mayo) y alemanas (septiembre), la UE flexibilizará su posición y buscará un acuerdo de salida que cause el menor daño posible para ambas partes. El objetivo será pactar de entrada los puntos más sensibles (factura de salida y derechos de los ciudadanos europeos en Gran Bretaña y viceversa) e iniciar a finales de este año o inicios del próximo la negociación sobre un futuro acuerdo comercial.

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