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Tribuna
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El futuro es solar y el presente puede serlo

El sector fotovoltaico nacional se ha ganado un merecido prestigio internacional. En parte por necesidad, tras el hundimiento del mercado interior en 2009, y en parte por la dinámica del negocio, muy globalizado y en expansión, raro es el mercado exterior en el que no tengamos presencia. Sin embargo, dentro de nuestras fronteras no gozamos del mismo reconocimiento: se nos ha atacado dura e interesadamente para paliar el déficit tarifario -en el que poco hemos tenido que ver- y se nos ha aplicado regulación retroactiva de discutible y discutida legalidad, sobre la que aún deben pronunciarse los tribunales nacionales e internacionales.

A pesar de ello -o quizás por ello-, las asociaciones más importantes nos acabamos de unir en una nueva patronal, la Unión Española Fotovoltaica (Unef), que engloba en pie de igualdad a todos los actores del sector: productores, instaladores, fabricantes, distribuidores… Tenemos que mostrar a la sociedad las evidentes ventajas de nuestra tecnología y su creciente importancia en el mix energético, y desde Unef, representando a más del 85% de la actividad fotovoltaica del país, lo haremos mejor.

Unef nace en medio de la reforma del sector eléctrico, necesaria para avanzar hacia un modelo energético libre de emisiones de carbono y acabar con el déficit de tarifa. Sobre este gran problema ya hemos anunciado nuestra disposición a contribuir a resolverlo, siempre que se restablezca la seguridad jurídica y se deroguen las medidas retroactivas aprobadas por el anterior Gobierno. Dichas medidas merman nuestra retribución nada menos que un 30% en 2011, 2012 y 2013, y alrededor de un 10% durante los 25 años que les restan de vida útil a las instalaciones. Ninguna otra actividad eléctrica soporta un recorte semejante.

Quizá porque ha sufrido en sus propias carnes la arbitrariedad y el abuso de poder, Unef es la única patronal energética que ha defendido en todo momento la seguridad jurídica para todos, como ha defendido también el diálogo entre agentes sectoriales y poderes públicos para resolver el déficit de un modo equitativo.

Ahora se anuncian nuevos recortes, que, según se dice, afectarán a todos. Queremos y debemos ser solidarios con la situación, pero el pasado reciente debe contar. Con buena parte de las instalaciones solares en default técnico y con el mercado paralizado por la moratoria renovable, otra vuelta de tuerca sería aniquiladora. El sector suma su propia crisis a la mala situación del país, lo que se traduce en quiebras y expedientes de regulación de empleo por doquier: si en 2008 teníamos más de 60.000 trabajadores directos, hoy rondamos los 10.000 y dentro de un año, sin contar nuevos ajustes, a duras penas llegaremos a 5.000.

Tras constatar que la tecnología ha reducido su coste más del 70% en cuatro años, todo el mundo afirma que la fotovoltaica es la energía del futuro, que es la de mayor recorrido, que es de las ganadoras… Nosotros estamos convencidos, pero queremos que sea posible en España y que nuestros científicos, ingenieros, especialistas y nuestras empresas participen y contribuyan a ese futuro brillante.

Lamentablemente, entre el mercado eléctrico, oscurantista y oligopólico, y el maltrato regulatorio, ese futuro puede llegar sin nosotros. Nuestro tejido industrial fotovoltaico, hasta hace poco vanguardia mundial, se está descomponiendo. Cuando el futuro sea presente, ¿nos colonizarán foráneos otra vez, como en tantas cosas?

Sin el respaldo de un mercado local no hay opciones para nuestra industria. Hay alguna oportunidad a corto plazo, al margen del régimen de primas, como las instalaciones en sistemas extrapeninsulares (Canarias), la potenciación de plantas existentes o el autoconsumo con balance neto. Es una puerta inicialmente pequeña, pero un tratamiento favorable del balance neto, que reconozca los ahorros que aporta al sistema por su condición de generación distribuida, y que internalice las importantes externalidades positivas de la fotovoltaica, puede otorgarnos una plataforma suficiente desde la que encarar los tiempos venideros.

Es obligatorio subrayar que el autoconsumo con balance neto beneficia sobre todo a los consumidores. Es una medida de ahorro y eficiencia energética que les permitirá absorber mejor las previsibles subidas de la electricidad que se avecinan; de hecho, ya podría ser rentable para muchos. El futuro es solar y el presente puede serlo. En Unef queremos ponerlo al alcance de todos para el beneficio de todos.

Antonio Navarro Rocío Hortigüela. Copresidentes de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF)

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