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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Riesgos y logros en las cuentas españolas

La Comisión Europea alerta de que España puede incumplir en 2026 la senda de gasto pactada, pero también señala que está a punto de convertirse en el primer país de los rescatados en abandonar el programa de vigilancia

El examen semestral de Bruselas a las cuentas públicas de los países europeos deja un doble recado para España. Por un lado, la Comisión Europea alerta de que el país corre el riesgo de desviarse de la senda de gasto pactada para 2026, aunque aún conserva margen para reconducirlo. Por otro, España está a punto de abandonar uno de los procesos más delicados que ha vivido desde su pertenencia a la UE: el del rescate europeo que recibió en 2012 para salvar a la banca de la crisis inmobiliaria. Si nada se tuerce, el país será el primero de los cinco afectados en abandonar este procedimiento, que incluye una supervisión especial de las cuentas y visitas periódicas para evaluar la salud de su economía.

Comenzando con lo más inmediato, las expectativas para 2026, el Ejecutivo comunitario es consciente de que tiene poca información para vaticinar lo que ocurrirá con el gasto público español el año próximo. España es, junto con Bélgica, el único país miembro que aún no ha presentado a Bruselas su proyecto de Presupuestos Generales del Estado. La inestabilidad parlamentaria del Ejecutivo ha llevado a desplazar este momento en principio hasta el próximo mes de febrero, según ha prometido recientemente la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. La aprobación, sin embargo, no está garantizada y el país podría enfrentarse de nuevo a un escenario de presupuestos prorrogados.

Pese a no disponer de toda la información, los servicios de la Comisión contemplan que la senda de gasto pueda desviarse, aunque no argumentan en qué basan esa sospecha. Lo más probable es que hayan analizado la evolución del gasto mantenida hasta ahora y las previsiones macroeconómicas recién actualizadas por el Ministerio de Economía.

A favor de España cuentan dos cosas. En primer lugar, dispone de cierto margen para desviarse en 2026 por haber obtenido mejores resultados de lo permitido en 2024. Porque el compromiso es que la desviación no supere el 0,3% anual y el 0,6% del PIB acumulado en el periodo. En segundo lugar, España es uno de los pocos Estados europeos que no ha pedido activar la llamada cláusula de escape, que permite que no compute en el incremento del gasto el dinero destinado principalmente a la defensa (por la crisis derivada de la invasión rusa de Ucrania).

Más allá de esa evaluación a corto plazo, la mejor noticia del informe para España es verse ya a las puertas de abandonar el proceso de supervisión del rescate bancario. Trece años después de ese momento tan traumático, el país se dispone a pasar página, una vez reintegrado el 75% del préstamo concedido por Bruselas que terminará de pagarse por completo en 2027.

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