Feijóo necesita urgentemente reforzar su equipo económico
En el último mes ha propuesto medidas económicas vigentes o erróneas en inmigración, pensiones, autónomos y vivienda

El Partido Popular tiene bien identificados los colectivos (pensionistas y autónomos) y temáticas (inmigración y vivienda) con los que minar al Gobierno y limitar la fuga de votos a Vox. Sin embargo, la concatenación de meteduras de pata en las propuestas lanzadas en el último mes hacen que el mensaje no llegue, y se debilite uno de los valores atribuidos a la derecha: la capacidad de gestión. La situación cuestiona la calidad del equipo económico de Alberto Núñez Feijóo y revela la urgencia de su refuerzo. Para sostener esta aseveración basta recordar cuatro propuestas lanzadas en el último mes.
Vivienda. Esta misma semana, en el debate del miércoles en el Congreso, Feijóo lanzó una medida tan aparente como inconsistente. Prometió “una bajada histórica de impuestos en la compra de vivienda para los jóvenes, tanto en vivienda nueva como usada. Bajada del IVA del 10% al 4% y a pagar en plazos con la hipoteca”. Se da la circunstancia de que el 80% de las 627.000 operaciones que se realizaron el año pasado fueron de vivienda usada, que no está sujeta al IVA, sino al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que precisamente está transferido a las comunidades autónomas y que por eso oscila entre el 6% y el 10%, dependiendo de la región. El PP gobierna en 11 de las 17 regiones, además de Ceuta y Melilla, de manera que podría haber rebajado ya ese impuesto. La compra de vivienda nueva es la que tiene un IVA del 10%, excepto en el caso de la vivienda de protección oficial en régimen especial o promoción pública, que es del 4%. Por tanto, la propuesta estrella de Feijóo es para una parte muy pequeña de las operaciones, resuelve muy poco.
Inmigración. El 14 de octubre, Alberto Núñez Feijóo presentó en Barcelona el Plan nacional para una inmigración legal, ordenada y mutuamente beneficiosa del PP, un decálogo de medidas para frenar la inmigración, cuya estrella es el endurecimiento de los requisitos para que un extranjero obtenga la nacionalidad española. “La nacionalidad como honor y no como trámite burocrático: hay que exigir una integración real y verificable para otorgar la nacionalidad: se elevará el nivel de exigencia lingüística hasta el B2 y se implantará una prueba reforzada de conocimiento institucional, legal, cultural e histórico, para garantizar el compromiso con nuestra democracia y valores comunes.”
Para trabajar en España, la nacionalidad ni es imprescindible ni tiene por qué ser deseada. España cuenta con 49,4 millones de habitantes (INE, 1-10-25), de los que 9,8 millones han nacido en el extranjero y tan solo 2,7 millones tienen nacionalidad española, buena parte de ellos procedentes de Latinoamérica, región que ya aporta un millón de cotizantes a la Seguridad Social. No hay más que fijarse en los emigrantes españoles de la segunda mitad del siglo pasado a países como Alemania o Suiza para comprender que la prioridad es el empleo, no la nacionalidad, y que no se impregnaron mucho de su cultura, historia o idiomas.
Es llamativo que hasta José María Aznar resulte más centrado que la actual dirección del PP en este tema. Aznar defiende una “sociedad plural en la que la ley es igual para todos. No es una cuestión de raza, origen, identidad, religión. Podemos pensar diferente, pero la ley es para todos.” (El Confidencial, 20-10-25).
Autónomos. El 5 de noviembre, Núñez Feijóo lanzó en Santander otro decálogo; esta vez bajo la denominación Contrato con los autónomos del PP. Uno de los puntos en los que más insistió el presidente popular es el séptimo: compatibilizar trabajo autónomo y trabajo por cuenta ajena. Una gran iniciativa, si no fuera porque lleva años siendo posible. De hecho, según datos de mayo del Ministerio de Trabajo y Economía Social, en España hay 272.644 trabajadores autónomos en situación de pluriactividad, es decir, cotizando simultáneamente en el régimen general de la Seguridad Social y en el de autónomos. En esta situación están el 7,9% de los 3,16 millones de trabajadores por cuenta propia. En los últimos cinco años, ha aumentado un 47% el número de empleados con pluriactividad.
Pensiones. El 7 de noviembre, Núñez Feijóo anunció en Ciudad Real que el PP presentará una proposición de ley para garantizar la actualización de las pensiones, al margen de la situación en la que se encuentren los Presupuestos Generales del Estado. Inmediatamente, el Gobierno le recordó que el 28 de diciembre de 2021 se aprobó la Ley de garantía del poder adquisitivo de las pensiones y de otras medidas de refuerzo de la sostenibilidad financiera y social del sistema público de pensiones, en la que se establece esa revalorización automática de las pensiones conforme al IPC medio de los 12 meses anteriores. Por tanto, lo que cada año se hace es publicar la actualización de la pensión en función del dato de IPC, trámite que se puede hacer en los Presupuestos, un real decreto o dentro de otra norma. Se da, además, la circunstancia de que esa norma se aprobó con el rechazo del PP.
Son ejemplos de inconsistencia del principal partido de la oposición. Feijóo debió detectarlo antes del verano, ya que en el XXI Congreso del PP, celebrado en julio, incorporó a Alberto Nadal al comité de dirección del partido para reforzar a Juan Bravo, que era el que tenía todas las competencias en esta materia. Sin embargo, parece evidente la ausencia de avances. El PP tiene potentes argumentos para hacer una oposición contundente al Gobierno. En materia económica, el problema de la vivienda es el más claro y, aunque ayuntamientos y comunidades tengan muchas competencias, el Gobierno tiene mucho que hacer, y hasta ahora ha lanzado muchos planes con poca eficacia. Lo último ha sido pretender que sea Europa la que lance un programa de ayuda, para un problema que tiene ya dimensión de emergencia.
Zohran Mamdani ha alcanzado la alcaldía de Nueva York por su osadía en propuestas rupturistas para frenar el desorbitado coste del alquiler de la vivienda, además poner el foco en el coste de la vida en general. La sorprendente victoria de un joven (34 años) demócrata americano, nacido en Uganda y de cultura musulmana, enraíza en el mismo drama de las principales ciudades españolas: la vivienda. Es un reto complejo, pero los dos grandes partidos españoles siguen sin tomar medidas profundas a corto y largo plazo allí donde gobiernan, sea Madrid o el conjunto del Estado. El debate del Congreso de esta semana lo refleja bien: Pedro Sánchez pidiendo ayuda a Europa y Feijóo prometiendo una vicepresidencia primera de vivienda que ya le ha pedido Santiago Abascal. Este es el panorama que explica que PSOE/Sumar y PP, Gobierno y oposición, estén sufriendo un desgaste que solo beneficia a la extrema derecha. Se lo están trabajando.

