El debate pendiente sobre la prórroga nuclear
El Congreso rechaza reabrir el debate nuclear con una enmienda del PP, mientras el futuro de Almaraz sigue en el aire


El debate sobre la extensión de la vida útil de las nucleares, empezando por la de Almaraz, cuyo primer reactor tiene previsto cerrar en 2027, llegó ayer al Congreso. Pero la sesión no sirvió para profundizar en un debate necesario ni tuvo consecuencias sobre los planes (poco claros) del Gobierno al respecto. La Cámara baja rechazó la enmienda en la Ley de Movilidad Sostenible, introducida por el PP en el Senado, que implicaba derogar las órdenes de cierre que afectan a Almaraz, Ascó I y Cofrentes. La abstención de Junts frustró la iniciativa, que habría tenido escasa repercusión práctica, pero habría lanzado un mensaje político contundente, en un momento en que las eléctricas que operan Almaraz han solicitado una extensión de tres años. No unieron sus votos las derechas, a pesar de la presión que el sector eléctrico y la patronal catalana Foment ejercieron sobre el partido de Puigdemont, y a pesar de la decisión de este último de romper todo apoyo al Ejecutivo.
La enmienda del PP era defectuosa: se introducía en una ley sin relación alguna con la energía nuclear y se centraba en unas órdenes ministeriales que no son tan relevantes, porque es la legislación la que establece los criterios para prorrogar las nucleares. Lo llamativo es que las fuerzas políticas, salvo PP y Vox, están evitando fijar su posición de forma clara. Frente al claro apoyo de los conservadores y los ultras a la extensión nuclear, el Gobierno y sus aliados mantienen diferencias que sortean con cierta ambigüedad. Sumar es inflexible en su exigencia de que se cumpla el calendario de cierre acordado en 2019, que prevé el abandono total de la energía nuclear en 2035. El Partido Socialista no reniega del calendario pero ha expresado su disposición a estudiar la prórroga si se cumplen tres condiciones: que sea seguro según el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que se asegure el suministro, lo que examinará Red Eléctrica, y que no cueste a consumidores ni contribuyentes. Entre los demás partidos hay diversidad de opiniones, y ERC se ha abierto a prolongar Ascó mientras no sea viable sustituir toda esa generación con renovables.
Pese a lo ocurrido ayer, el proceso para extender Almaraz sigue su curso, que pasa ahora por el informe del CSN, que llevará meses. El debate fue una ocasión perdida para conocer la posición de los partidos sobre un apagón nuclear que requiere aproximaciones pragmáticas. Porque mucho ha cambiado en el sistema eléctrico y en el contexto geopolítico en estos años para que sea defendible una prórroga de tres años como la planteada para Almaraz.

