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La selección del director
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La opa en el minuto 90: los forofos están expectantes

El Sabadell tiene más aficionados en la grada, por aquello del modesto contra el grande. En el relato de este clásico ha aparecido además un Figo

Ricardo de Querol

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¿Se ha visto, o ha visto a otros, hablando de la opa en la barra del bar o en la cola de la pescadería? No esperábamos encontrar a tantos forofos en torno a una operación financiera tan compleja, pero vivimos tiempos emocionales. Así que sí, la gente se pone una camiseta también en este caso. Los comentarios a las noticias que vamos publicando sobre la oferta hostil del BBVA sobre el Sabadell nos permiten leer cada día declaraciones entusiastas de los lectores en apoyo a uno u otro, algunas sarcásticas e ingeniosas, otras cegadas por la pasión. Hay quien corre a deducir de una información concreta que los periodistas nos hemos vendido a uno u otro bando, sin analizar las muchas piezas que se han publicado antes y las que saldrán después.‌ Es deliciosa esta columna de Luz Sánchez-Mellado: “Me tiene fascinada ver día sí y día también a dos peces gordos del Ibex darse opas como panes por prensa, radio, televisión y redes”.

Aceptemos el símil futbolero. Estamos en un clásico, o en una final de un torneo gordo, que se acerca al minuto 90 con incertidumbre en el marcador. Este viernes termina el plazo de aceptación de la opa para los accionistas del Sabadell, pero hasta el siguiente viernes, 17, no sabremos el resultado (el árbitro y el VAR, aquí, es la CNMV, que ha dejado claro que decidirá sin presiones). Puede producirse una victoria de uno o de otro, y puede ser que, como en el fútbol antiguo, cuando no había prórroga y penaltis, se mande jugar un segundo partido.

‌¿Quién moviliza a la mayor afición en la grada? En esos comentarios leídos en EL PAÍS y Cinco Días (aclaro que no representan a la opinión pública) abunda más el apoyo al Sabadell. Hay motivos claros: es el pequeño que resiste al grande, David contra Goliat, el Alcorcón capaz de eliminar al Real Madrid. Sin ser los bancos en general muy populares en España, lo son algo más los medianos y regionales que los grandes y globales. La entidad catalana ha jugado la carta del arraigo territorial, por lo que le ganó apoyos firmes en Cataluña (Junts todavía pelea para frenar la opa, pero se le hace tarde). Sin embargo, según se acerca el final de la opa, desde el Sabadell han insistido más en otro argumento: que el precio es insuficiente, y eso es el mensaje que entienden sus accionistas pero menos movilizador para los forofos.

‌Para colmo, en el relato ha aparecido un Luis Figo, alguien que osa cambiar de camiseta: David Martínez Guzmán, el inversor mexicano que es el único disidente en el consejo de Sabadell por aceptar la oferta. Su artículo en EL PAÍS del pasado lunes armó mucha polvareda: en él defiende su decisión con serenidad y se queja de que se le califique de traidor. El presidente del Sabadell, Josep Oliu, le respondió con sarcasmo del que hace daño: “No sabes ni qué son los clientes”. No quedó muy elegante cargar contra un inversor (el primero individual) por decidir qué hace con sus acciones. Martínez volvió a responder: se siente “insultado”.

‌Aquí no caben la prórroga ni los penaltis, sino un segundo partido. Pero en esta repetición final, el marcador no empieza a cero. Porque los escenarios posibles después de la primera de las finales son tres, y sería temerario descartar ninguno de ellos:

‌1. La opa supera el 50% de aceptación. Éxito total para el banco que preside Carlos Torres. BBVA tomaría el control de la entidad vallesana, aunque no podría fusionarse con ella durante tres años, por las condiciones que impuso el Gobierno. Empezará un proceso, complejo, en el que se buscarán sinergias (pocas para empezar). El BBVA podrá imponer un nuevo equipo para gestionar el Sabadell, aunque debe mantener su autonomía de gestión. Los beneficios para la entidad vasca llegarán en el medio y largo plazo, pero serán importantes. El salto de tamaño importa en la banca europea.

2. La opa no alcanza el 30% de aceptación. Sería un fracaso sin paliativos para el BBVA, aunque digan eso de “no pasaría nada”. Significaría no solo que los inversores minoritarios del Sabadell han dado la espalda a la oferta, sino que tampoco los grandes fondos la han visto atractiva. Vendrían tiempos convulsos en el banco de Torres, que ha puesto mucho empeño personal en sacar adelante esta operación. Qué pasaría con Sabadell es una gran incógnita: no todos tienen claro que vaya a mantenerse independiente mucho tiempo, ni que su valoración actual se mantuviera después de la opa. Sería esperable que intente liderar alguna fusión con otro banco menor que ellos (muchos ojos sobre Unicaja) o que se ponga en la diana de algún depredador mayor.

‌3. La aceptación de la opa se queda entre el 30% y en el 50%. Es el escenario más incierto de todos, y el que muchos analistas consideran más probable. Los gestores de fondos apuestan porque se quede en torno al 40%. Quedaría partido. El BBVA puede en ese caso renunciar a seguir adelante, con algo menos deshonor que en el segundo escenario, o si sigue adelante está obligado a lanzar una segunda opa que puede retrasar el desenlace algunos meses. Tendría que ser en metálico (puede añadirse una opción de acciones), incondicional y por el 100%. Cómo se pagaría la segunda opa no ha sido explicado bien por BBVA. Si es con una ampliación de capital, lo que dicen descartar, implica una dilución de las acciones que quita atractivo a la oferta actual. Pagarlo con sus recursos puede debilitar los requisitos de capital que debe cumplir el banco comprador, y estas cuentas son delicadas. También podría precipitar la venta de algún activo importante (como hizo Sabadell con TSB). Claramente, tras esa segunda opa no habría otra opción que una transición ordenada. No es razonable que siga la resistencia numantina del Sabadell ante el que ya sería su accionista hegemónico, aunque alguno especula con ello, con que se niegue a dar entrada al consejo a un competidor. Como ha escrito Daniel Toledo, en un escenario en el que BBVA decida proseguir con la opa, la suerte de César González Bueno, el consejero delegado de Sabadell, estaría echada. Sin embargo, el presidente Josep Oliu podría servir a Torres, como el Goiri de CaixaBank-Bankia, para tutelar la transición.

Termina este viernes un partido, pero la afición quizás tenga que esperar una semana para celebrar una victoria, lamentar una derrota o esperar al partido de desempate. No se quiten la camiseta todavía.

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Sobre la firma

Ricardo de Querol
Director de Cinco Días y subdirector del área económica de EL PAÍS. Licenciado en Ciencias de la Información, ejerce el periodismo desde 1988. Trabajó en 'Ya' y 'Diario 16', y fue director de 'Tribuna de Salamanca'. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Sociedad, 'Babelia' y mesa digital, además de columnista. Autor de ‘La gran fragmentación’ (Arpa).
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