Las claves: Bruselas comprueba que resolver el sudoku de los aranceles no es nada sencillo
La idea es proteger a la siderurgia europea de la sobrecapacidad china, que, por otro lado, también se da en el sector del automóvil


Aplicar aranceles no es nada sencillo, aunque la soltura con la que lo hace Donald Trump pueda hacer pensar lo contrario. Imponerlos a un sector beneficia a la industria local de ese ámbito, pero perjudica a terceros. Lo está comprobando la Comisión Europea, que quiere un arancel para el acero del 50% (a partir de cierta cuota de importación), en vez del 25% actual. Los fabricantes de automóviles han salido en tromba para recordar el perjuicio que eso les genera. La idea es proteger a la siderurgia europea de la sobrecapacidad china, que, por otro lado, también se da en el sector del automóvil. La UE, precisamente, impuso hace un año aranceles a los vehículos eléctricos chinos, una medida que, hay que señalar, recibió críticas de algunas marcas del Viejo Continente (el arancel del acero sí era una demanda de la industria). Todo este sudoku se da en paralelo a los aranceles de la Casa Blanca y a la amenaza de esta de romper el acuerdo comercial si la UE sigue aplicando sus normas ambientales a las empresas de EE UU. Es contradictorio, en todo caso, que Bruselas criticara las tarifas de Trump por inflacionarias, mientras sigue su método, aunque sea de forma mucho más específica.
La necesidad de que los precios de los vuelos sean más fáciles de comparar
Ryanair y otras compañías aéreas multadas por el Ministerio de Consumo por cobrar aparte el equipaje de mano encontraron ayer un aliado en la Comisión Europea, que ha abierto expediente contra España por recortar la “libertad de las aerolíneas para fijar precios”. El Parlamento Europeo, sin embargo, insistió en junio en defender lo mismo que el ministro Pablo Bustinduy. Más allá de esta discusión, lo que sin duda agradecerían los consumidores es que las webs de las compañías y los comparadores de precios pusieran más fácil hacerse una idea de lo que les va a costar realmente el viaje sin tener que rellenar una tabla de Excel.
El amor no es fácil de explicar, pero siempre tiene sus razones
El amor es una fuerza de difícil explicación, pero, como casi todo, permite una cierta sistematización. Así, cuando se pregunta por qué los grandes inversores se han enamorado del ladrillo español, además de la chispa propia de los asuntos del corazón, están cuestiones como que la economía avanza –ensancha– a un buen ritmo, que el avance es inexplicable sin el tirón del turismo y que hay una alta demanda residencial (o una escasa oferta, depende de cómo de lleno quiera ver el inversor el vaso). Todos ellos son factores que permiten un idilio, el del capital extranjero con el inmueble español. No es este, sin embargo, un amor que ayude a frenar –a veces lo contrario– los problemas de la vivienda en España, y su elevado precio.
Las claves
[Si gobierno]Eliminaré el impuesto sobre la compra de vivienda, el IVA para las escuelas de pago y las tasas a los comercios, y recortaré gasto en prestaciones sociales, ayuda exterior, vivienda pública y funcionariado, que reduciré en un 25%Kemi Badenoch, líder del partido conservador británico
Uno de los pocos títulos que le faltaban a Cristiano Ronaldo
Los sueldos de los futbolistas suelen levantar debates, por las grandes cantidades que manejan. No es menos cierto, sin embargo, que el negocio del que son los protagonistas genera bastante más dinero del que ellos acaban recibiendo. Cuestión diferente es, como se preguntan algunos, si es aceptable que una persona gane en un año cantidades que podrían mantener a diez generaciones de su familia. Para eso están los impuestos, por otra parte. O cómo disponen de todo ese dinero los jugadores, que suelen recibirlo jóvenes y sin la formación adecuada. Cristiano Ronaldo es un ejemplo de cómo maximizar la rentabilidad de su imagen y de sus salarios. Y así se ha convertido en el primer futbolista milmillonario. En esto sí gana a Messi. En lo demás, ya es cuestión de gustos. O Mundiales.

