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Francia podría poner fin a la fiesta de la zona euro

Los ratios de deuda sobre el PIB de los Estados están creciendo en general, y el galo en particular

En general, los inversores en deuda pública de la zona euro se han mostrado bastante tranquilos en los últimos años. Países como Portugal, España y Grecia disfrutan de costes de financiación relativamente similares entre sí. La diferencia entre el rendimiento más alto y el más bajo –por ahora, Italia y Alemania– está en mínimos desde antes de la quiebra de Lehman Brothers, lo que sugiere que, por el momento, la zona euro opera casi como un bloque coherente. Pero esa calma podría no durar, ...

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En general, los inversores en deuda pública de la zona euro se han mostrado bastante tranquilos en los últimos años. Países como Portugal, España y Grecia disfrutan de costes de financiación relativamente similares entre sí. La diferencia entre el rendimiento más alto y el más bajo –por ahora, Italia y Alemania– está en mínimos desde antes de la quiebra de Lehman Brothers, lo que sugiere que, por el momento, la zona euro opera casi como un bloque coherente. Pero esa calma podría no durar, dados los elevados y crecientes ratios de deuda, especialmente en Francia.

Tras la crisis de la deuda griega que comenzó en 2009, la diferencia entre los retornos de los Estados miembros se disparó, ante la preocupación por un impago o por una salida del grupo. Esos peligros dieron lugar a elevadas primas de riesgo para los llamados miembros periféricos. Esa serie de preocupaciones se ha atenuado.

Ayer, la diferencia entre el rendimiento más alto y el más bajo se situaba justo por debajo de 0,9 puntos porcentuales, lo que implica un nivel de convergencia poco habitual desde 2008. Esto contrasta con los 3,2 puntos de media de los últimos 10 años, según nuestro análisis de los datos de LSEG de los bonos del Estado a 10 años para los 11 Estados miembros originales más Grecia, y excluyendo a Luxemburgo, que tiene una deuda baja.

Hay razones para esta buena noticia. Por un lado, la zona euro es mucho menos vulnerable. El riesgo de ruptura es menor y sus herramientas para combatir la crisis, como los programas de compra de bonos del BCE, están mejor establecidas.

Los mercados de deuda del bloque reflejan los cambios en los Estados. Alemania, que normalmente ha operado a un nivel mucho más estrecho que muchos de sus homólogos, ha comenzado a pedir más préstamos, lo que ha hecho que su deuda sea menos escasa, y ha impulsado al alza los rendimientos. Y los países que en su día se vieron afectados por la crisis parecen ahora más sólidos, lo que hace que los inversores estén más dispuestos a prestarles dinero a un tipo más bajo. Este es sobre todo el caso de Irlanda, Portugal, España, Grecia e incluso Italia. El diferencial de este se ha reducido casi a la mitad en el último año.

Pero los ratios de deuda son en general más altos, lo cual aumenta el riesgo e implica que la situación podría empeorar fácilmente. La situación de la deuda de los diferentes países es ahora más inestable. Unos cuatro de ellos tienen una deuda superior al 100% del PIB, frente a solo dos en 2008, lo que los hace vulnerables a las crisis. Y en algunos, esos niveles de deuda siguen creciendo. Para 2030, Francia tendrá una carga de deuda superior a la de Grecia y más del 100% del PIB superior a la de Irlanda, calcula el FMI. La actual convergencia pronto podría parecer un fenómeno pasajero, en lugar de la nueva normalidad.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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