Un control necesario, pero insuficiente


El registro de alquileres turísticos y de temporada, obligatorio desde este mes, supone un filtro adicional de control en un mercado inmobiliario desbocado. La preocupación por la vivienda crece conforme se reduce el número de ciudadanos que les salen las cuentas para comprar o alquilar una casa.
El Gobierno se ha volcado con esta medida para controlar los arrendamientos vacacionales, en el punto de mira de las manifestaciones contra la turistificación y por el acceso a la vivienda, que han recorrido varias capitales españolas.
Eso ayuda a explicar por qué España ha sido el primer país europeo en implantar el censo oficial, adelantándose en más de un año a la fecha en la que Bruselas obligará a todos los socios a hacerlo. Pero los datos muestran que, del total de pisos turísticos detectados por el INE, menos de la mitad han pasado por el registro. El verano arranca con la duda de qué pasará con el resto porque en adelante las plataformas que anuncian estos inmuebles están obligadas a despublicarlos en menos de 48 horas si detectan que están registrados.
Pero la medida no solo ayudará a que gigantes tecnológicos, y también pequeñas webs (puesto que la norma no discrimina) contribuyan al control de la jungla que es el alquiler turístico y de temporada. Este último se ha convertido en una vía para eludir no solo los controles de alquileres donde los hay (la mayor parte de Cataluña y municipios vascos) sino de la Ley de Arrendamientos Urbanos. Es decir, para no cumplir con la duración mínima de los contratos de vivienda habitual y de subir el precio por encima de lo que sube la inflación.
Tener las viviendas censadas permitirá a Ayuntamientos y comunidades vigilar mejor estas prácticas en el ámbito de sus competencias urbanísticas y turísticas. Por la parte estatal, a la espera de que un Congreso paralizado apruebe un régimen sancionador, es el Ministerio de Consumo quien está liderando la ofensiva contra los inmuebles que no cumplen los requisitos.
El refuerzo de todos esos controles es bienvenido si contribuye a eliminar la oferta ilegal de pisos turísticos y falsos alquileres de temporada. Ambas actividades agravan el crítico desequilibrio entre oferta y demanda en el mercado de vivienda. Pero el registro no puede resolver por sí solo ese desequilibrio. De ahí que el sector público y el privado tengan que seguir trabajando en la senda de poner más casas a disposición de los ciudadanos. Es la única solución estructural que, según la mayoría de analistas, puede resolver el problema.