La disuasión nuclear es la mejor opción para los fondos comunes de defensa europeos
Ni Francia ni Reino Unido disponen del presupuesto necesario para satisfacer las ambiciones de sus líderes
Una defensa europea creíble tendrá que basarse en la disuasión nuclear. Pero ninguna de las dos únicas potencias nucleares de la región, Francia y el Reino Unido, dispone de los fondos necesarios para satisfacer las ambiciones de sus líderes. El presidente Emmanuel Macron y el primer ministro Keir Starmer están de acuerdo en aumentar los presupuestos de defensa, junto con sus compañeros de la OTAN, muy por encima del 2% del PIB que gastan actualmente. Hasta ahora, eso es solo una declaración de principios. Por muy decididos que estén a ponerse del lado de Ucrania y advertir sobre la amenaza rusa, Macron y Starmer tendrán dificultades para encontrar los recursos necesarios para mejorar el poder militar de la región.
La necesidad de que los europeos contemplen la creación de un arsenal nuclear independiente surge de la creciente sensación de que el compromiso de Estados Unidos con la defensa regional es, en el mejor de los casos, vacilante. Esto plantea importantes cuestiones políticas que tardarán años en resolverse, empezando por la crucial cuestión del control. La disuasión nuclear requiere una sola persona con el dedo en el proverbial botón, no una decisión tomada por un comité o al término de una larga cumbre de líderes.
Sin embargo, dejando de lado todas las espinosas cuestiones políticas y técnicas, la financiación de un escudo nuclear independiente es una propuesta costosa, que solo podría funcionar con un nuevo mecanismo de financiación conjunta. París, y Londres gastan actualmente el 13% y el 19% de sus presupuestos militares, respectivamente, en sus arsenales nucleares, lo que supone un total de casi 20.000 millones de euros. Si los miembros europeos de la OTAN deciden a finales de este mes destinar el 3,5% de su PIB a defensa, como se espera, esto sugiere que una bomba europea adecuada podría tener un coste anual de entre 100.000 y 140.000 millones de euros.
Macron y Starmer quizá esperaban que su homólogo alemán, Friedrich Merz, pudiera ayudar a sufragar la mayor parte de la factura, en una especie de intercambio deuda por bomba. El canciller alemán ha roto con la tradición de su país al instar a Europa a reforzar su defensa ante la falta de fiabilidad de Estados Unidos, y ha hablado de compartir el paraguas de Francia y el Reino Unido. Su Gobierno ha eximido gran parte del gasto futuro en defensa del llamado freno al endeudamiento del país.
Pero no hay ninguna razón por la que Berlín deba asumir la mayor parte de la carga nuclear. El presupuesto de defensa de Alemania probablemente pasará de 80.000 millones de euros a 100.000 millones el año que viene, según Deutsche Bank. Y, en cualquier caso, su adhesión al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares prohibiría la financiación directa de un arsenal nuclear.
Lento y plurianual
Gastar hasta 140.000 millones de euros en disuasión atómica solo puede hacerse mediante un aumento lento y plurianual. No hay necesidad inmediata de que los europeos gasten la misma proporción de su presupuesto militar en armas nucleares que Francia y el Reino Unido. A corto plazo, una opción más barata sería que Londres y París ampliaran su protección nuclear al resto de Europa, declarando que cualquier amenaza a los intereses vitales de un miembro se consideraría una amenaza a los suyos.
Todavía hay margen para el tipo de gasto adicional que hace esencial la mutualización de los costes. Más no es necesariamente mejor en materia de disuasión nuclear, pero Francia y Gran Bretaña podrían tener que aumentar su arsenal de menos de 600 ojivas, que palidece en comparación con el de Rusia, 4.400. Los costes respectivos de estas ojivas están clasificados. Pero, según un experto europeo, basándose en el gasto medio de armas similares de Estados Unidos, duplicar el arsenal actual podría costar casi 10.000 millones de euros y llevar muchos años.
Un escenario más costoso sería que los europeos añadieran una capa complementaria a los arsenales francés y británico. Esto podría hacerse adquiriendo una flota de submarinos convencionales armados con ojivas nucleares, según un próximo artículo de Andrea Gilli y Francesco Nicoli, del centro de reflexión Bruegel. Esa sería la opción más cara, ya que 10 submarinos de este tipo costarían alrededor de 30.000 millones de euros, sin contar los misiles y las ojivas. También sería la más compleja, ya que requeriría una modificación del tratado y un acuerdo consensuado, difícil de alcanzar, sobre un mando unificado.
Con el tiempo, Europa también podría necesitar aumentar el número de aviones de combate capaces de lanzar la bomba. Macron ya ha sugerido que los Rafale franceses equipados con armas nucleares podrían estacionarse en Alemania. Duplicar el número de aviones operados por la fuerza aérea francesa hasta alcanzar los 100 podría costar hasta 10.000 millones de euros, según los últimos contratos de Rafale con Indonesia y Emiratos Árabes Unidos.
A continuación, a medida que la disuasión nuclear se vaya mutualizando, habrá que destinar recursos considerables a la investigación y el desarrollo de submarinos, aviones, misiles y ojivas de próxima generación.
Si las estrellas políticas se alinean y un grupo de países decide seguir adelante, la financiación de una disuasión europea solo podría basarse en un nuevo instrumento financiero. El aumento del gasto global en defensa puede ser un esfuerzo nacional para las fuerzas y equipos convencionales, con coordinación a nivel europeo. Pero la naturaleza mutualizada y costosa de la disuasión nuclear, por su parte, solo puede basarse en la financiación y el endeudamiento conjuntos. Debería involucrar a todos los miembros europeos de la OTAN, que serían responsables en proporción a su PIB, para evitar que algunos países como España o Italia se beneficien gratuitamente de los que están más cerca de la línea del frente ruso.
La construcción de una fuerza disuasoria a escala europea es una tarea a largo plazo y requiere un análisis compartido de que la protección nuclear de Estados Unidos es cosa del pasado. Pero, teniendo en cuenta los obstáculos y los posibles costes, hay motivos para empezar a debatir el futuro marco financiero lo antes posible, sin esperar a que se resuelvan las cuestiones políticas cruciales.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías