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Análilsis
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Aprender del apagón para alcanzar un sistema eléctrico 100% renovable

El éxito del crecimiento verde no ha venido acompañado del desarrollo exigido en otras direcciones

Vacas pastan en el Parque Eólico Serra da Capelada, Cedeira (A Coruña).

Han pasado más de dos semanas desde que el sistema eléctrico se fue a cero el pasado 28 de abril. Estos acontecimientos, sin duda históricos, – han añadido más ruido a la polarización que vive España en materia energética. Muchos se han aventurado a acusar a las renovables como culpables del apagón y han intentado usar lo ocurrido –sin tener pruebas verídicas ni fundamentos técnicos– para tratar de retrasar la transición energética.

La transición energética, plasmada en España a través del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2030, PNIEC, incluye diferentes líneas de actuación que deben permitir que nuestra matriz energética fósil acabe siendo completamente renovable. Teniendo en cuenta la evolución de los objetivos, desde su aprobación en 2021, se puede constatar que las diferentes líneas de actuación establecidas no han tenido un desarrollo uniforme y que, para alcanzarlos, sin tensionar el funcionamiento del sistema eléctrico, tenemos que avanzar en paralelo en todos los frentes.

La penetración renovable está cumpliendo las proyecciones realizadas. De hecho, si comparamos la situación de 2024 con la de 2020, podemos ver como la potencia renovable instalada en el sistema eléctrico ha pasado de 60 GW a 85 GW. Dicho de otro modo, la potencia total disponible del sistema ha pasado del 54% al 64%. En 2024, la electricidad generada por fuentes renovables fue del 56%, con un objetivo en 2030 del 81%. La discusión que ahora está en el debate público es si este porcentaje es excesivo, cuando la pregunta real debería ser si hemos hecho todo lo necesario para que la integración renovable pueda asumirse técnicamente.

El éxito del crecimiento renovable no ha venido acompañado del desarrollo exigido en otras direcciones y, posiblemente, este déficit amplificó los efectos de las causas que originaron el apagón del 28 de abril. Por este motivo, la integración acompasada de las renovables debería ir acompañada por el avance en las siguientes direcciones:

Electrificación de la demanda. Necesitamos sincronizar el desarrollo de la generación renovable con el de la demanda eléctrica. Mientras la generación renovable ha crecido un 34% entre 2020 y 2024, la demanda eléctrica solo ha aumentado un 5%. Esta divergencia ha supuesto que los precios de la electricidad en las horas de concentración de generación eléctrica de origen fotovoltaico se hayan reducido hasta poner en riesgo la viabilidad financiera de muchas inversiones y que el OS haya introducido deslastres (curtailment) de plantas para garantizar el funcionamiento del sistema eléctrico. Es crucial electrificar segmentos como el residencial, el transporte o la industria para absorber la nueva capacidad. Un escenario más electrificado en España puede generar ahorros adicionales de 6.710 millones de euros anuales para la economía, principalmente por la sustitución de combustibles fósiles.

Desarrollo, digitalización y modernización de las redes eléctricas. Apostamos por una economía electrificada y, para ello, tanto el desarrollo de la demanda como el de la oferta necesitan disponer de infraestructuras eléctricas capaces y adaptadas. Es urgente cerrar el plan estratégico de infraestructuras eléctricas 2026/2030, estableciendo un marco retributivo justo como actividad estratégica y esencial y eliminando el límite de inversión impuesto sobre el PIB del 0,065% para el transporte y del 0,13% para la distribución de electricidad.

Por otro lado, debemos actualizar los protocolos de operación para una entrada masiva de renovables y permitir (e incorporar) más sistemas con tecnología grid-forming en los nuevos proyectos de renovables y de almacenamiento mediante electrónica de potencia, inercia sintética y capacidad de regulación de frecuencia. En Australia, tras el apagón de 2016, se aprobó una nueva regulación para obligar a todos los nuevos generadores de más de 10 kW a incluir capacidades grid-forming. Esta apuesta les ha permitido seguir avanzando en la generación 100% renovable que esperan alcanzar en 2028.

Incremento de las interconexiones, sobre todo, con Francia. Actualmente la conexión es del 3% y hasta 2028 no está previsto alcanzar el 5% con la entrada del proyecto Golfo de Vizcaya, frente al 10% que marcaba la Unión Europea (UE) para 2020 y o el 15% para 2030. La interconexión con Francia y, por tanto, con el resto de Europa, nos permitiría integrar 15 GW adicionales de renovables, según los datos de Red Eléctrica (REE), lo cual reduciría un 12% el precio medio español y evitaría el desperdicio de 1,2 TWh anuales por congestión de red.

Desarrollo del almacenamiento con baterías, como acompañante necesario al incremento fotovoltaico mediante una apuesta por la hibridación de instalaciones. El PNIEC establecía como objetivo 22.000 MW de almacenamiento para 2030, de los que se han instalado (en baterías) 24 MW a finales de 2024. Se ha concedido acceso a la red a 17.000 MW en plantas de baterías funcionando stand alone, es decir, en emplazamientos no relacionados con las plantas de generación, lo que lleva implícito que el origen de la electricidad que se destina a cargar las baterías es de la red eléctrica. Este modelo supone, por un lado, competir con las propuestas de nueva demanda de electricidad, como los centros de datos, y desligar el modelo de producción del almacenamiento. La hibridación no solo permite una gestión conjunta producción/almacenamiento, sino que aporta ingresos a las plantas fotovoltaicas garantizando su viabilidad económica y evitando el riesgo cierto de default financiero en el que se encuentran ya algunas inversiones.

Necesitamos que el Operador del Sistema, OS, recupere la iniciativa, no solo a través de una mayor dotación de medios y de grados de actuación, sino primando su función como servicio público frente al compromiso de payout a los accionistas privados. El OS tiene que disponer de mayores capacidades de actuación con inversiones en activos de almacenamiento, en línea con el desarrollo llevado a cabo en 2014 con la central de bombeo de Chira-Soria en Gran Canaria, y recuperar un papel más activo en la gestión de entrada de las centrales hidroeléctricas estacionales y de bombeo, lo que supondría minimizar su incorporación al mix a través de servicios de ajuste, reduciendo así el coste para el consumidor.

Para facilitar el acceso universal, reducir el coste financiero de las inversiones necesarias o, simplemente, para no entrar en competencia con otras actividades del mercado liberalizado, el OS debe ser una entidad pública 100% propiedad del Estado, con una única función: el servicio público. Disponemos de una política energética y de unos agentes capaces y experimentados para que la transición ecológica no solo se desarrolle con éxito, sino para que convierta a España en un país competitivo por disponer de una energía barata y de origen renovable. El apagón del día 28 de abril debe enseñarnos que para disponer de un sistema eléctrico robusto y seguro al menor coste posible, requiere desarrollar de forma conjunta todas las medidas.

Fernando Ferrando es presidente de la Fundación Renovables.

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