La opaca sucesión en LVMH merece el descuento de los inversores
El gigante del lujo, valorado en 300.000 millones de dólares, quiere que los accionistas eleven a 85 años la edad de jubilación de su presidente y consejero delegado, Bernard Arnault

Bernard Arnault no tiene un plan de sucesión, ni intención aparente de desvelar uno pronto. De hecho, el CEO de LVMH, de 76 años, podría pasar otra década al frente del gigante francés del lujo. Los accionistas votarán esta semana si se eleva a 85 años el límite de edad para ambos cargos. Aunque su edad no es necesariamente un problema para los inversores, la falta de claridad sobre quién tomará el relevo empieza a pesar en la envidiable trayectoria bursátil del grupo.
El asombroso éxito de Arnault al amasar un imperio del lujo de 75 marcas, desde Christian Dior a Louis Vuitton, hace que la cuestión de la sucesión sea tan difícil como importante. Sus cinco hijos trabajan en LVMH y cuatro de ellos forman parte de su consejo. Sin embargo, el magnate mantiene un férreo control, desde la concreción de los detalles de su adquisición por 16.000 millones de dólares del joyero estadounidense Tiffany & Co en 2021, hasta la inspección de los detalles de los escaparates de las tiendas. En sus más de tres décadas en el cargo, desde 1989, LVMH ha obtenido una rentabilidad total para el accionista, dividendos incluidos, del 13% anual de media. En el mismo periodo, el STOXX 600 solo ganó un 3% anual.
Esto plantea a los inversores un dilema de gobierno corporativo. El valor de Arnault para la empresa es tal que, si dimitiera hoy, las acciones de LVMH sufrirían un fuerte revés. Pero apoyarse tanto en un hombre clave también es un riesgo. Dos inversores de LVMH dijeron a Breakingviews que no tienen conocimiento de ningún plan de sucesión, ni siquiera de un acuerdo por el que uno de los adjuntos de Arnault pudiera hacerse cargo en caso de emergencia antes de ceder el testigo a uno de sus herederos. En el documento de registro universal anual de LVMH para 2024, el Comité de Gobernanza y Compensación de la empresa enumera una «revisión de la planificación de la sucesión de los altos ejecutivos» como uno de los trabajos que llevó a cabo en el año hasta abril de 2024, pero no proporciona más detalles.
Hay dos piezas en el rompecabezas de la sucesión: quién será elegido para dirigir LVMH y liderar su consejo, y qué pasará con la participación de control de la familia Arnault. El vacío de información hace que la especulación sea intensa. Los inversores consideraron que el reciente ascenso de Frédéric Arnault, de 30 años, que pasará de la unidad de relojería de LVMH, en dificultades, a dirigir la tercera mayor marca de la empresa, Loro Piana, era una señal de la mejora de su perfil. Otros aspirantes son Alexandre Arnault, de 32 años, subdirector de la menguante división de vinos y licores de LVMH, y Delphine Arnault, de 50 años, que se ha enfrentado a retos para dar un giro a la marca más apreciada de su padre, Dior.
Hasta ahora, Arnault padre parece preocupado principalmente por garantizar la armonía entre sus vástagos al tiempo que limita los riesgos de una adquisición hostil de LVMH, similar a su sigiloso intento de 2010 de hacerse con el control de la rival francesa Hermès. En 2022, cuando la empresa elevó la edad de jubilación del consejero delegado de 75 a 80 años, introdujo cambios en el holding familiar, Agache SCA, que posee una participación del 49% en LVMH y controla el 65% de los derechos de voto. Esta remodelación limitó el control a Bernard Arnault y Agache Commandité, una empresa propiedad a partes iguales de sus cinco hijos. Los cambios estipulan que las acciones de los hijos no pueden venderse ni transferirse durante 30 años, ni pasar fuera de la familia o de sus descendientes directos, según un comunicado del regulador francés de los mercados. Sin embargo, la remodelación no resuelve la cuestión de quién se hará cargo.
Otros grupos de lujo europeos de propiedad familiar han abordado la cuestión de la sucesión en una fase anterior. Por ejemplo, François Pinault, fundador del grupo de lujo rival Kering, ahora propietario de Gucci, traspasó el holding a sus tres hijos a partes iguales en 2001. La intención era evitar perjuicios financieros a los dos hijos que no acabaron dirigiendo la empresa, según una investigación de Patrice Charlier, profesor asociado de la Universidad de Estrasburgo. En 2005, Pinault entregó las riendas a su hijo François-Henri Pinault, que entonces tenía 42 años.
En el caso de LVMH, las normas actuales dictan que Agache Commandité se nombraría a sí misma directora general de Agache SCA si Arnault deja el cargo. Algunas decisiones clave requerirán el acuerdo unánime de los cinco hermanos. «Irina Curbelo, cofundadora de Percheron Advisory, consultora de familias con grandes patrimonios, explica: «Esto puede ser un reto, ¿y qué pasa cuando se mezclan sus cónyuges, hijos y nietos?
Estas cuestiones de sucesión son más preocupantes cuando las marcas de lujo se enfrentan a una prolongada contracción de las ventas, según Luca Solca, analista de Bernstein. El lunes, LVMH informó de que sus ingresos cayeron inesperadamente un 3% en los tres primeros meses de 2025. Y aunque los riesgos de gobernanza son difíciles de cuantificar, tienen un coste. Por ejemplo, el grupo suizo de lujo Richemont nombró el año pasado consejero delegado al veterano de la empresa Nicolas Bos, transfiriendo algunas funciones de gestión del presidente y accionista de control Johann Rupert, que este año cumple 75 años. La tranquilidad sobre los riesgos de sucesión ha ayudado a las acciones de Richemont a superar a sus homólogas. Por su parte, Prada, de menor tamaño, también se ha comportado mejor en bolsa desde que planeara ceder el control a Lorenzo Bertelli, de 36 años, hijo mayor de los accionistas mayoritarios del grupo italiano, Miuccia Prada y Patrizio Bertelli.
En comparación, las acciones de LVMH se han visto sometidas a una presión cada vez mayor. Sus acciones han caído más de un 30% en el último año y ahora cotizan a 20 veces los beneficios previstos para 2025. Se encuentra en el extremo inferior de su rango histórico de valoración de 20 a 25 veces. Los analistas de Bank of America señalaron en enero que, a un múltiplo de 23 veces, LVMH cotizaba con un descuento del 36% con respecto a sus homólogas si se tenían en cuenta los diferentes tamaños de las distintas divisiones. Históricamente, LVMH cotizaba con una prima del 8%.
Las familias que han llevado a cabo una transición multigeneracional del poder, como la familia sueca Wallenberg, saben que lo mejor es tener unas reglas claramente definidas y planificar con antelación. El traspaso de poder de la primera a la segunda generación, como el que afronta Arnault, casi siempre es complicado. No hay más que ver al magnate Rupert Murdoch, de 94 años, que se debate con algunos de sus hijos sobre quién se hará cargo de su imperio mediático. Mientras Arnault mantenga a los accionistas en la oscuridad, se merecerá un descuento en la sucesión.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Pierre Lomba Leblanc, es responsabilidad de CincoDías.