Cuando las startups necesitan una segunda oportunidad
Con el enfoque adecuado, muchas de estas empresas pueden encontrar un nuevo camino hacia la estabilidad y el crecimiento

Es bien sabido en el mundo del emprendimiento que la mayoría de las startups fracasan. Tradicionalmente, los inversores de venture capital han operado bajo una lógica simple: potenciar a las que tienen éxito y asumir la pérdida de las que no lo logran. Sin embargo, en la última década, la financiación a startups ha crecido significativamente, especialmente en rondas avanzadas, creando un nuevo escenario: cuando una gran startup fracasa, el impacto económico es considerable. Solo en 2023, más de 3.200 startups respaldadas porel capital riesgo fracasaron tras haber levantado más de 27.000 millones de dólares (26.062 millones de euros) de financiación.
Muchas de estas empresas no logran desarrollar plenamente su idea original o alcanzar la suficiente tracción en el mercado, lo que las condena al cierre. Sin ingresos recurrentes, su destino parece inevitable. No obstante, cada vez más startups, aunque no hayan cumplido sus objetivos y planes de negocio iniciales, han conseguido consolidar una sólida base de clientes fieles y aportar innovación al mercado. Su propiedad intelectual y sus capacidades tecnológicas siguen siendo activos valiosos que no deberían perderse. En este sentido, se abre una oportunidad tanto para inversores como para compradores estratégicos: rescatar y maximizar el valor de estas empresas, no solo para recuperar parte de la inversión, sino también para preservar el talento y la actividad empresarial. Para ello, es clave aplicar herramientas de reestructuración que optimicen sus operaciones y, en algunos casos, permitan integrarlas en estructuras más grandes o bajo nuevos modelos de negocio.
Asimismo, las startups respaldadas por venture capitals suelen crecer más rápidamente tras recibir financiación, con la expectativa de multiplicar ingresos y alcanzar rentabilidad. Sin embargo, más del 75% nunca lo logra, a menudo por una expansión descontrolada, ya sea por diversificación excesiva o una expansión geográfica apresurada, en lugar de enfocarse en una propuesta de valor concreta. Un ejemplo fue el auge y declive del quick commerce durante la pandemia: empresas que, tras atraer grandes rondas de financiación, se expandieron agresivamente, pero no pudieron sostenerse cuando el consumo online volvió a la normalidad, tras enormes inversiones en infraestructura y logística. La falta de un modelo de negocio sostenible condenó a muchas, incluso con ingresos significativos.
Cuando una startup fracasa, su innovación y activos pueden perderse por completo. No obstante, con una reestructuración efectiva, es posible corregir problemas financieros y operativos para asegurar su continuidad bajo un esquema más eficiente. La clave está en optimizar costes, redefinir prioridades y hacer el negocio atractivo para otras compañías del sector.
Por otro lado, los inversores enfrentan una decisión difícil cuando una startup entra en crisis: seguir inyectando capital o asumir la pérdida. A menudo, los fundadores o gestores están tan ligados a su visión original que les cuesta aceptar cambios drásticos, lo que dificulta decisiones clave como abandonar líneas de negocio inviables o replantear el modelo de negocio. En este contexto, la reestructuración se vuelve esencial para preservar y extraer valor, pero gestionarla internamente puede ser complicado, por lo que contar con asesoramiento especializado resulta crucial.
El objetivo de esta reestructuración no es convertir una startup en crisis en un unicornio ni llevarla a Bolsa, sino preservar su valor y maximizar sus opciones de recuperación. Para ello, es clave mejorar la gestión de caja, establecer previsiones de flujo de efectivo realistas, reducir costes eliminando gastos no esenciales, externalizar servicios cuando sea necesario y centrarse en el negocio principal, abandonando mercados o segmentos no rentables. También puede implicar la optimización de procesos con herramientas tecnológicas, la refinanciación de deudas y la renegociación de contratos con acreedores. En algunos casos, la venta de activos no esenciales genera liquidez inmediata, mientras que la incorporación de directivos con experiencia en transformación empresarial aporta nuevo liderazgo. Identificar sinergias con otras empresas del sector, especialmente aquellas que han crecido mediante adquisiciones, es otra estrategia clave.
Un reestructurador con experiencia sabe que el éxito depende de varias palancas clave. Una de ellas es la gestión eficiente del efectivo, asegurando liquidez suficiente para la continuidad del negocio. Otra es la estabilización financiera, eliminando gastos superfluos, reduciendo costes operativos y estableciendo nuevas prioridades. También es fundamental simplificar la estructura organizativa, eliminando capas de gestión innecesarias y mejorando la toma de decisiones. En muchos casos, renegociar contratos con proveedores y acreedores alivia la presión financiera y da margen para implementar cambios estratégicos. La venta de activos no esenciales puede generar liquidez inmediata, mientras que encontrar un socio estratégico o comprador puede proporcionar el respaldo necesario para relanzar el negocio.
A medida que más startups respaldadas por el capital riesgo se enfrentan dificultades, existe una oportunidad significativa para preservar su valor. Si se aplican estrategias de reestructuración con la experiencia adecuada, los inversores pueden identificar la innovación clave, reducir costes y optimizar operaciones para recuperar el máximo valor posible. En lugar de ver el fracaso como un punto final, la reestructuración ofrece una segunda oportunidad tanto para startups como para sus inversores. Con el enfoque adecuado, muchas de estas empresas pueden encontrar un nuevo camino hacia la estabilidad y el crecimiento bajo la dirección de actores más consolidados. En definitiva, el objetivo no es solo rescatar un negocio, sino también proteger la innovación, el empleo y la competitividad del ecosistema emprendedor.
Pablo Blanco es director ejecutivo de reestructuraciones en A&M.