La némesis de Musk que inventó Google Maps y el ‘Me gusta’
Bret Taylor, presidente de OpenAI, vuelve a enfrentarse a un intento de compra por parte del dueño de Tesla, tras la adquisición de Twitter en 2022


Hay gente a la que impresiona verla comer. Otros producen la misma sensación cuando cantan. Al empresario Bret Taylor (Oakland, Estados Unidos, 44 años) lo que da gusto es oírle hablar de código. Tiene un don natural para ello. Y seguramente sea todavía más gratificante verle frente a un ordenador, un viernes a las once de la noche, con un café encima del escritorio, inmerso –como lleva 20 años– en la creación de tecnologías tan influyentes como Google Maps o el botón de Me gusta.
Taylor se define como ingeniero y, seguramente, parte de él solo desea dedicarse a eso. Sin embargo, en los últimos años también se ha convertido en uno de los principales adversarios de Elon Musk. Tras plantarle cara en Twitter, la historia se repite en OpenAI, cuyo consejo, presidida por Taylor, rechazó la semana pasada una oferta de compra por 97.400 millones de dólares.
En un comunicado, el directivo afirmó que OpenAI “no está en venta” y que el consejo “rechaza unánimemente el último intento del señor Musk de perturbar a su competencia”. Según trascendió, la entidad envió una carta al abogado del fundador de Tesla en la que señalaba que esa propuesta “no beneficia la misión de OpenAI”, centrada en impulsar la inteligencia artificial “en beneficio de toda la humanidad”.
La maniobra de Musk complica la evolución de OpenAI hacia una estructura con ánimo de lucro, y los planes del CEO, Sam Altman, para reformar la organización. Desde hace meses, Altman renegocia el papel del inversor Microsoft, busca miles de millones de dólares en financiación y estudia compensaciones para consejeros del núcleo fundador.
Taylor, fiel seguidor del equipo de fútbol americano de su universidad y residente en el Este de la Bahía de San Francisco junto a su esposa y tres hijos, ha mantenido siempre una estrecha relación con el sector tecnológico. Uno de sus primeros proyectos profesionales consistió en colaborar con comercios locales para desarrollar sus webs. Completó, asimismo, tanto la licenciatura como el posgrado en Ciencias de la Computación en la Universidad Stanford, donde también se formaron sus padres.
Recién graduado, se incorporó a Google a principios de los 2000. Entonces, los mapas digitales eran rudimentarios y poco funcionales. La irrupción de Google Maps en 2005 supuso un hito en el sector. Gracias a Ajax, tecnología que permite actualizar el contenido sin necesidad de recargar la totalidad de la página, los usuarios podían hacer zum y desplazarse con fluidez.
Aunque la autoría central de Google Maps recayó en los hermanos Lars y Jens Eilstrup Rasmussen, Taylor tuvo un rol destacado como product manager, al punto de ser reconocido como una de las figuras clave detrás de la aplicación, que hoy emplean miles de millones de personas.
En 2007 dejó Google y se unió a Benchmark Capital como emprendedor residente, puesto orientado a la creación de nuevos negocios o asesoría a empresas. Ese mismo año cofundó junto a excompañeros de Google la plataforma FriendFeed, que integraba en un solo lugar las actualizaciones de diversas redes sociales, además de ser pionera en incorporar el botón de Me gusta y condensar en tiempo real toda la actividad en un feed único.
En 2009, Facebook compró FriendFeed por unos 50 millones de dólares y adoptó varias de sus innovaciones. Taylor se sumó entonces a la compañía de Mark Zuckerberg, donde fue nombrado jefe de tecnología en 2010. Allí impulsó desarrollos técnicos, fortaleció la integración con servicios externos y se centró en la plataforma móvil. Se mantuvo hasta 2012, en el que fundó Quip, una herramienta de productividad colaborativa para dispositivos móviles.
En 2016, Salesforce adquirió Quip, y Taylor asumió la dirección de producto. Tres años después fue ascendido a presidente y jefe de operaciones, y en 2021 se convirtió en co-CEO junto a Marc Benioff. Bajo su liderazgo, Salesforce adquirió Slack, programa de mensajería instantánea, y lanzó iniciativas estratégicas como Customer 360, que integra varias herramientas del grupo.
También hace cuatro años, Taylor fue nombrado presidente de Twitter en un momento clave para la empresa. Coincidió con la dimisión de Jack Dorsey como CEO y la llegada de Parag Agrawal al puesto. Sin embargo, su gestión se vio marcada por la turbulenta oferta de Musk para comprar Twitter por 44.000 millones en abril de 2022. Taylor desempeñó un papel clave en las negociaciones y en la disputa judicial cuando Musk intentó retirarse del trato. Finalmente, en octubre, Musk cerró la compra y disolvió el consejo, cesando a altos ejecutivos, incluido el CEO. Con la reestructuración, Taylor perdió automáticamente su cargo, dando fin a una etapa breve pero intensa.
Tras su salida, se centró en Salesforce como co-CEO, aunque 2022 anunció que dejaría la compañía a principios de 2023. Su siguiente capítulo profesional se enfocó en la inteligencia artificial. Cofundó Sierra, dedicada al desarrollo de agentes de IA para atención al cliente. La startup creció rápido, recaudó 175 millones en octubre pasado y alcanzó una valoración de 4.500 millones.
Simultáneamente, desde noviembre de 2023, Taylor es presidente de OpenAI, en el contexto de la crisis que derivó en el breve despido y posterior reincorporación de Altman como CEO. Desde entonces, su papel ha sido clave en supervisar la entidad y salvaguardar su autonomía.
Quienes han trabajado con Taylor destacan su capacidad para aunar la visión del ingeniero con un notable olfato para el negocio, aspecto decisivo en su trayectoria. Son pocos en Silicon Valley los que pueden atribuirse haber impulsado desarrollos que, para bien o para mal, tal vez los trasciendan. Es muy posible que no sean los últimos.
Con las manos en la masa
Además de su exitosa carrera en tecnología, Bret Taylor cultiva una gran pasión por la cocina. Disfruta especialmente de preparar pasta casera con sus hijos, quienes lo ayudan en el proceso, aunque a veces terminan cubiertos de harina. Su plato favorito es la pasta a la boloñesa.
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