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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Powell activa una pausa de alto voltaje

La decisión no ha contado con la unanimidad de los últimos descensos

CINCO DÍAS
Reserva Federal, en Washington (EE UU).
Reserva Federal, en Washington (EE UU).Joshua Roberts (REUTERS)

La Reserva Federal tardó en sumarse a la corriente de rebaja de tipos de interés de los principales bancos centrales, pero cierra el año con la misma reducción de las tasas que la ejecutada en la zona euro, 100 puntos básicos. Jerome Powell ha devuelto en solo tres reuniones el precio del dinero estadounidense a niveles de diciembre de 2022 y ha dado pistas de hacia dónde irán los pasos de la institución los próximos años. La decisión de ayer, eso sí, no ha contado con la unanimidad de los últimos descensos por parte de los miembros de comité encargado de dirimir sobre la política monetaria de EE UU.

La Fed ha cumplido con lo esperado por el mercado y ha ralentizado sustancialmente el ritmo de los recortes, hasta 50 puntos básicos en 2025, dos descensos menos de los previstos en septiembre, y otro tanto el siguiente año, dejando clara la preocupación de que una rebaja demasiado acelerada enfríe demasiado el crecimiento económico. Y ello a pesar de que ha elevado su estimación para el PIB estadounidense hasta el 2,5% este año y al 2,1% el del próximo ejercicio.

Con todo, la hoja de ruta que se puede ver ensombrecida en cualquier momento por el torbellino Donald Trump. La imprevisibilidad del republicano y de las políticas que llegue a implantar en materia comercial o de inmigración pueden prender de nuevo la llama de la inflación y frenar el crecimiento de la mayor economía del mundo, con el impacto que puede ello tener en el resto del planeta y en las medidas implementadas en los últimos años para amarrar los precios. Bien es cierto que su efecto podría verse aplacado por los recortes de impuestos y la desregulación prometidos, de ahí que el nivel de futuribles sea cuanto menos elevado y hacer predicciones económicas sea una misión de alto riesgo.

La tensa relación entre el presidente de la Fed y Trump a cuenta de la independencia de la institución deja la puerta abierta a múltiples frentes, tanto que los recelos en el banco central se han disparado y, cuentan, se evita cualquier mención en los pasillos o llamadas sobre el impacto que pueden tener los aranceles anunciados. Y es que Trump tendrá que lidiar a partir de enero con unos tipos más elevados que durante su anterior mandato, unas tasas que pocos economistas se avecinan a situar de nuevo en niveles históricamente bajos a pesar de las proclamas lanzadas por el republicano. Eso sí, por ahora ha descartado que enseñe la puerta de salida al economista.


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