La ola del caso Aldama arrastra a Javier Hidalgo en su megaproyecto con el Atlético de Madrid
El club, Stoneweg y Teras buscan otra estructura de capital, sin el exCEO de Globalia, para la sociedad que construirá una playa de surf junto al Metropolitano
Corría el mes de junio de 2023 y el Atlético de Madrid presentaba la joya de la corona de la Ciudad del Deporte que proyecta en las inmediaciones del estadio Metropolitano, en la periferia madrileña. Junto a un hotel de lujo -con Hard Rock como principal opción-, diferentes instalaciones deportivas -de fútbol a pádel- y amplias zonas comerciales, el club plantea en esas cuatro hectáreas de terreno yermo la creación de un playa urbana y el parque de olas más grande de Europa. En total, 52.000 metros cuadrados. Como telón de fondo, la intención de cubrir una demanda que es estacional, atraer a surfistas de todo el mundo y convertirse en un destino de referencia. Para acometer el proyecto, el Atlético de Madrid se asociaba con fondos que aspiran a hacer fortuna en estas iniciativas de surf urbano. La firma suiza Stoneweg y la española Teras Capital, que ya planean un segundo parque en Birmingham (Reino Unido), unían fuerzas con Miguel Ángel Gil Marín, consejero delegado del Atlético de Madrid, para hacer realidad el diseño. Un cuarto invitado, empero, se hacía hueco más discretamente en esa fiesta.
Stoneweg ya había entrado en contacto con ese nuevo partner meses atrás. Se trataba de Javier Hidalgo, exconsejero delegado del grupo turístico Globalia y hoy en el ojo del huracán a resultas del rescate de Air Europa y de las revelaciones de Víctor de Aldama en el caso Koldo. Precisamente en mayo, el fondo cerraba la compra a Globalia de dos hoteles en Mallorca y Tenerife por 83 millones de euros. Por otra parte, la proximidad de Hidalgo con los gestores de Teras es bien conocida. Miguel de Lucas, fundador y administrador de la sociedad, compartió con él toda la aventura de PepePhone, desde su fundación hasta su venta por 158 millones de euros. En las presentaciones que se movieron en aquellos días, se detalla la joint venture y cómo Stoneweg, Teras, el Atlético de Madrid y el propio Hidalgo dispondría cada uno de un 25% del proyecto de playa artificial.
La presencia del ejecutivo no era protocolaria. Fondos que tuvieron acceso al proyecto explican que se aludía entonces a Hidalgo como un socio financiero muy bien conectado, cuya función sería atraer patrocinadores y firmas para ocupar los espacios comerciales. En las reuniones que se mantuvieron se le definía como un “HNWI” o “High Net Worth Individual” (persona con un patrimonio neto sustancial, por sus siglas en inglés), un acrónimo reservado en la jerga financiera a perfiles vip que mantienen activos líquidos por encima de un umbral concreto, a menudo el millón de dólares. Todo quedó articulado en una sociedad, Madrid Playa Surf, constituida a finales de 2022 y que desde el 31 de julio de 2023 acoge en su consejo a De Lucas (Teras), Joaquín Castellví (Stoneweg), Hidalgo, Moisés Menéndez (asesor legal de Teras) y Fernando Fariza como presidente -luego sustituido por Vicente Asenjo-, en representación del Atlético. Un holding bien avenido hasta que irrumpió Aldama.
Fuentes al corriente de la evolución del proyecto explican que existen serias dudas sobre la conveniencia de que Hidalgo continúe en el seno del mismo, a raíz de los últimos acontecimientos. “Todos saben que no puede continuar. Contamina la iniciativa, sobre todo por lo que ha pasado en el último mes”, relatan. Otra cuestión es cómo se articula su salida y quién tiene la ascendencia dentro los socios para pedirle que de un paso al lado. Y ahí solo aparece el nombre de Miguel Ángel Gil. En paralelo a la situación personal, se trabaja en fórmulas alternativas para distribuir el capital. En función de ese rediseño, Stoneweg y Teras acapararían el 75% de la sociedad, en fórmula de joint venture, mientras que el Atlético de Madrid retendría el 25% restante.
Pese a la repercusión mediática de los audios publicados en torno al caso Koldo -en los que quedaba clara tanto la relación de Hidalgo y Aldama como su pool junto al asesor de José Luis Ábalos con el fin de influir en el rescate de Air Europa-, para el expediente del Atlético de Madrid son también muy preocupantes los desencuentros, escenificados a plena luz del día, entre el hijo de Juan José Hidalgo y el Partido Popular. No en vano, a mediados de noviembre, el presidente de la comisión de investigación del Senado sobre las ramificaciones del caso Koldo, el popular Eloy Suárez, recurrió a convocar al exCEO de Globalia mediante un edicto penal, una notificación publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), al no localizarle. Según expuso, se habían producido reiteradas convocatorias de comparecencias “frustradas por la incapacidad” de notificárselas. El episodio no solo derivó en un enredo político fenomenal, con el PP acusando a los Ministerios de Interior, Hacienda, Asuntos Exteriores e Industria de obstruir los trabajos la comisión y no colaborar en determinar el paradero de Hidalgo, sino con el propio ejecutivo comunicando por carta su dirección en Los Ángeles.
La cuestión política y la necesidad de mantener una relación cordial y de colaboración con las administraciones, sea cual sea su color, no es menor para el Atlético de Madrid. Es más, el equipo rojiblanco necesita del Ayuntamiento y de su colchonero alcalde para sacar adelante uno de los planes más rompedores dentro de esa Ciudad del Deporte. Como publicó CincoDías, el Atlético aspira a dar una solución rauda a los restos de hormigón que pueden verse junto al Metropolitano y que se corresponden con el embrión de un inacabado centro acuático, pensado para acoger las competiciones de saltos si Madrid albergaba los Juegos Olímpicos. Fuentes oficiales del club dejan claro que ese amasijo no puede quedarse para siempre ahí. Incluso anhelan darle una salida que implique retornos, como puede ser levantar un arena, un gran pabellón para conciertos. Paradójicamente, esa parcela sin uso no entró en los acuerdos alcanzados entre el Ayuntamiento y el Atlético de Madrid y todo lo que se haga, una vez recalificado el entorno, depende de la decisión de José Luis Martínez-Almeida. Mejor no enfadarse. Y, desde luego, que tus credenciales -y, si puede ser, tu capital social- estén limpios de polvo y paja.