Guerra por Taylor Swift en Madrid: del Bernabéu a un ‘arena’ en el Metropolitano
Asoma el proyecto de un gran pabellón junto al estadio del Atlético de Madrid. Aunque todo depende del Ayuntamiento, el club se plantearía participar
Una de las grandes apuestas de Florentino Pérez para su faraónica remodelación del Santiago Bernabéu pasaba por convertir el estadio en una especie de recinto multiusos capaz de albergar desde un partido de la NFL a un concierto de Taylor Swift, pasando por un megacongreso o a Ilia Topuria en un combate estelar de la UFC. Suelo retráctil para preservar el césped, techo por si llueve, ubicación... Un proyecto que, a priori, lo tenía todo a favor para marcar una época -y, de paso, dar lustre a las cuentas de la entidad- pero que no contó, como paso previo, con el necesario cortejo y plácet de los vecinos. Acostumbrados a un partido de Liga cada 15 días y uno de Champions entre semana, era demasiado suponer que un ilustre barrio de Madrid, repleto de familias y profesionales bien remunerados, iba a bajar la cabeza y a aceptar el exceso de decibelios de los conciertos de Karol G o Duki, programados con cierta periodicidad a mayor gloria de los balances del club y sus dirigentes. El conflicto tampoco tenía fácil solución política para el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, que a fin de cuentas tiene que mirar por sus votantes. No es raro, por tanto, que el culebrón haya acabado en los tribunales, provocando un impasse que otros bien pueden aprovechar. Conviene viajar una decena de kilómetros al este de Concha Espina. Están pasando cosas.
Un enorme monstruo de hormigón recibe al visitante del nuevo Riyadh Air Metropolitano. El aparatoso esqueleto, similar a los aparcamientos en altura de las terminales antiguas de Barajas, se sitúa a pocos metros del flamante estadio y ofrece un desconcertante contraste. Es una estructura que no pega, que no debería estar ahí. El improbable armazón responde a los restos del proyectado Centro Acuático, vestigio del sueño olímpico que nunca fue pero en el que se enterró tiempo y dinero. Aunque parezca uno solo, hasta tres estructuras conviven en ese entorno, entre piscinas y vasos para saltos que nunca vieron el agua, que ni siquiera se dibujan y nunca se terminarán. Paradójicamente, esa parcela sin uso no entró en los acuerdos alcanzados entre el Ayuntamiento y el Atlético de Madrid para el desarrollo de lo que será la Ciudad del Deporte en torno al Metropolitano, que incluye cinco áreas bien diferenciadas, unas para uso del propio club de fútbol -un centro de alto rendimiento, una academia, etc.- y otras zonas de gestión municipal y que se entregarán al distrito. El megaproyecto en San Blas, a las puertas de Coslada, deja fuera de la concesión ese elefante blanco, que el Atlético de Madrid tiene claro que no puede quedarse, que daña la vista. Lo expuso a los dirigentes municipales desde el primer momento. “Es algo a lo que el Ayuntamiento debe dar respuesta”, exponen entre bambalinas altos responsables del club. A partir de ahí, las posibles soluciones.
Una de ellas, la que ha cogido mayor vuelo, es levantar un arena, un gran pabellón a la vera del Metropolitano. Se trata de un modelo que puede verse desde hace años en el mítico estadio de Wembley, en Londres, que en el mismo complejo acoge el denominado Wembley Arena, con capacidad para más de 12.000 espectadores. Este planteamiento permite la celebración de conciertos todo el año, al aire libre en la temporada de verano -cuando normalmente las estrellas que congregan más público suelen salir de gira- e indoor en cualquier época o con artistas que no llenan un Bernabéu o un Metropolitano. “Se está dando la circunstancia de que algunos grupos o cantantes prefieren más fechas en recintos más pequeños que un gran evento masivo. Además, solo 40 o 50 artistas en el mundo pueden llenar un estadio de fútbol. Hacen falta entornos más pequeños”, exponen fuentes al tanto del proyecto en torno a la instalaciones del Atlético de Madrid. El filón económico de la música durante los doce meses del año y de este modelo híbrido está en el foco de otros clubes europeos. De hecho, equipos como el Olympique de Lyon, con el LDLC Arena, ya han apostado por esa fórmula alternativa de explotación.
Los rumores en torno a la iniciativa en Madrid cogían vuelo esta semana, después de que la Comisión de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del consistorio aprobara de manera definitiva el plan especial previsto para la parcela en cuestión, denominada técnicamente ES-01, abriendo el abanico de posibilidades para sus usos urbanísticos. Lo que para el PSOE es una “recalificación encubierta”, para el Atlético de Madrid puede ser una oportunidad, en función de cómo Martínez-Almeida plantee una eventual licitación o se avenga a estudiar propuestas. “Está fuera de la concesión, el club no puede hacer nada, pero si el Ayuntamiento necesita ayuda, el Atlético de Madrid está dispuesto a ayudar y a asumir una parte de esa iniciativa”, recuerda Gil Marín en petit comité. La extensión del terreno, de hecho, invita a que el enclave no concentre un único proyecto. Fuentes al corriente de las conversaciones, por ahora muy embrionarias, hablan incluso del interés de universidades por desarrollar un campus en la zona, con la Alfonso X como uno de los actores sondeados.
Más allá de que el flamante coliseo del Real Madrid logre mejorar en temas de insonorización, fuentes del sector de la promoción de conciertos hablan abiertamente de que el “efecto Bernabéu” vinculado a la remodelación, que había entusiasmado a muchos artistas de élite y dado un plus a la ciudad a la hora de convertirse en destino de referencia, se ha tornado en inseguridad y dudas. “No puedes traer a una estrella de primer nivel y pedirle que baje los decibelios. Tampoco un fan se merece una experiencia limitada”, subrayan estas fuentes. El problema de fondo, además, entronca con la falta de recintos en la capital pensados desde su origen para la música y preparados acústicamente. Es el déficit, por ejemplo, del WiZink, espacio que alberga tanto deporte como espectáculos musicales. La veta de oportunidad para el aún nebuloso plan del Metropolitano se abre sobre ese vacío. “Un artista de los que llena el estadio de fútbol también puede plantearse hacer un residency, y cuatro conciertos en lugar de uno, si la acústica es buena y se encuentra a gusto”, subraya esta fuente. La guerra por los futuros conciertos de Taylor Swift está abierta.