_
_
_
_
Premios CincoDias a la innovación
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La innovación, clave para la competitividad

Anna Parini

La innovación es tan antigua como la humanidad misma y ha jugado un papel crucial en la evolución de las civilizaciones. Desde los primeros instrumentos de piedra hasta la era digital, la capacidad de innovar ha sido la base de la supervivencia y el bienestar humano, así como la clave en el auge y decadencia de las distintas civilizaciones. Inventos e innovaciones han marcado un antes y un después en la historia, transformando la economía y la sociedad.

Sin embargo, la innovación no es un proceso lineal en el tiempo, sino que se ha producido en oleadas que han transformado tanto la economía como la sociedad. Y ¿cómo surge la chispa de la innovación? La innovación es el re­sultado de factores específicos que actúan como catalizadores en este proceso y debe contar con un contexto propicio.

Hoy, Europa se enfrenta a un momento crítico. El contexto actual hace que la necesidad de cambio sea perentoria. El informe presentado por ­Draghi, El futuro de la competitividad de Europa, subraya que una de las áreas prioritarias para impulsar la competitividad es cerrar el gap de innovación frente a Estados Unidos y China. Esto es vital para que las empresas europeas puedan adaptarse a la transformación digital, competir a nivel global y ser resilientes ante crisis económicas. Y también es clave para abordar los desafíos ambientales.

La necesidad y los avances tecnológicos han sido los grandes detonantes de los procesos de innovación a lo largo de la historia, y Europa cuenta actualmente con ambos. Sin embargo, no basta con ello, se requiere algo más. Una mezcla de visión, colaboración, aspiración, agilidad, valentía y determinación es esencial para desencadenar una nueva oleada de innovación que permita una implantación efectiva y exitosa de las invenciones digitales. En estos ámbitos, Europa debe redoblar sus esfuerzos.

El problema en Europa no es la falta de ideas, sino la dificultad para traducir la innovación en comercialización. El informe Draghi destaca el escaso éxito de las medidas tomadas hasta la fecha para impulsar un crecimiento cada vez más exiguo. Solo 4 de las primeras 50 compañías tecnológicas del mundo son europeas, y la brecha sigue creciendo. La dependencia de tecnologías foráneas, como la fabricación de microchips, el almacenaje en la nube, el desarrollo de software o las plataformas globales de comercio electrónico, es cada vez mayor. Además, muchas empresas innovadoras europeas terminan trasladándose a otros países, principalmente a Estados Unidos, para seguir creciendo.

El informe Draghi proporciona una excelente lista de los ámbitos en los que se puede actuar para que Europa dé un paso adelante. Entre ellos, destaca la necesidad de mejorar los programas de I+D de la Unión Europea, y el margen que todavía hay para reducir las barreras que frenan la traslación de las innovaciones al mercado. También se debe adaptar la regulación al nuevo contexto económico, haciéndola más flexible; redoblar la inversión en infraestructuras de investigación y tecnología, así como facilitar el crecimiento y la escalabilidad de las empresas tecnológicas y promover la colaboración en servicios de nube entre proveedores europeos.

Además, es crucial que la innovación se integre de manera efectiva en el tejido económico y social. Para conseguirlo, se debe asegurar una adecuada accesibilidad a las infraestructuras digitales en todo el territorio, y el desarrollo de un entorno que propicie el nacimiento y crecimiento de empresas innovadoras y el acceso a un mercado único europeo que permita aprovechar al máximo las economías de escala. Así, la innovación podrá abrir nuevos horizontes para el desarrollo y asegurar un futuro próspero y sostenible para todos los ciudadanos europeos.

Europa está ante un “reto existencial” y debe asumir este desafío con valentía y determinación. Crear un entorno que favorezca la generación de ideas innovadoras y facilite su comercialización en el conjunto del territorio europeo es esencial para impulsar la competitividad y sostener el crecimiento económico. Solo así podrá Europa asegurar su lugar en el escenario global y garantizar un futuro próspero y sostenible para sus ciudadanos. No olvidemos que innovación y prosperidad van de la mano.

Gonzalo Gortázar es consejero delegado de CaixaBank


Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Archivado En

_
_