La hipoteca a tipo fijo es mejor negocio para todos
La financiación a tipo estable proporciona flujos de caja más predecibles
Poco más de un mes tienen los hipotecados para aprovechar una ventana de oportunidad excepcional y cambiar su hipoteca de tipo variable por un préstamo a tipo fijo sin pagar comisiones al banco. Una medida pactada por Gobierno y banca como parte del código de buenas prácticas hipotecario, firmado hace justo dos años y cuyo objetivo era aliviar la carga sobre las familias que hubieran contratado a tipo variable. Por aquel entonces, el euríbor se había disparado desde el 0% al 4% en poco más de año y medio.
El fantasma del euríbor tiene algo del pasado: hace 10 años, los contratos hipotecarios a tipo fijo eran menos del 10% del total, y en la época de la burbuja llegaban, con dificultades, al 3%. Pero los tipos al 0% provocaron un cambio de tendencia, y desde la pandemia son mayoría las hipotecas sobre viviendas con interés estable, con máximos en el 75% del total en 2022.
Los contratos a tipo fijo son una buena noticia para los hipotecados, para el conjunto de la economía y probablemente, también para la banca. El euríbor se mueve en función de los tipos de interés de referencia, pero su impacto se termina por notar en el día a día de los hogares. Una paradoja, teniendo en cuenta que muchos de ellos optan por la compra para no estar al albur de los precios del alquiler, para terminar a merced de caprichos de los dioses de los mercados.
De hecho, en dos de las crisis más acusadas de los últimos tiempos, la crisis de deuda europea y la crisis inflacionista por Ucrania, el euríbor se ha disparado, con dos picos en el 5% (2008) y el 4% (2022). También repuntó durante la crisis de deuda europea. Ha supuesto un lastre para las familias en los momentos más complicados, y en los últimos tiempos ha convergido con la subida rampante de los precios de la cesta de la compra.
Para los propios bancos, los préstamos a tipo variable han sido una fuente de jugosos márgenes durante la etapa de los tipos altos. Pero el viento de cola se está agotando, y las entidades españolas están más expuestas a la bajada del precio del dinero, como se está demostrando en la Bolsa durante las últimas semanas. La financiación a tipo estable proporciona flujos de caja más predecibles, y la referencia al euríbor tiene menos sentido hoy por hoy, pues, a diferencia de la burbuja, actualmente las entidades españolas no financian la compra de pisos con un masivo endeudamiento en el mercado interbancario. Una contención crediticia que, además, ayuda a no inflamar más el precio del ladrillo.