_
_
_
_
Las claves
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Las claves del día: el políticamente útil bocado fiscal a las socimis

El Ejecutivo viene a gravar una figura que supuestamente no ha cumplido con su cometido y aparenta así afrontar el problema de la vivienda

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en su ministerio.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en su ministerio.Álvaro García
CINCO DÍAS

Las socimis son el último objetivo reformador del Gobierno, que, con un pacto entre el PSOE y Sumar, busca hacer que pasen de tributar un 0% por el impuesto de sociedades (con sus excepciones) al 25%. Para las dos formaciones, este tipo de figura “no ha servido para mejorar la oferta de viviendas en España”. Tampoco parece que eliminar de facto una figura que incentiva el alquiler vaya a ayudar a la oferta. La figura nace con una ley de 2009 cuyo preámbulo comienza diciendo que “está preferentemente dirigida al pequeño y mediano accionista, haciendo asequible la inversión en activos inmobiliarios”.

La lógica era que, como sus beneficios se reparten en dividendos, ya cotizarían estos. Ahora, en lo que los anglosajones denominan una win-win situation, el Ejecutivo viene a gravar una figura que supuestamente no ha cumplido con su cometido, aparenta así afrontar el problema de la vivienda, y, por el camino, pasa el cesto. Las socimis españolas, evidentemente, se han llevado un buen bocado de capitalización en Bolsa. También decía el preámbulo que el mercado inmobiliario era uno “de los más desarrollados y maduros de los países occidentales”. En 2009.

El semáforo alemán, al taller de reparaciones

El Gobierno alemán del semáforo –denominado así por los tres colores de los partidos que lo conformaban– se ha roto, y sus administrados tendrán que ir a votar el 23 de febrero. Once meses antes del final de la legislatura, el semáforo se avería porque el rojo (los socialdemócratas de Scholz) y el amarillo (los liberales del exministro de finanzas Christian Lindner) ya no se entienden (o tragan). La ruptura viene dada por sus diferencias económicas, evidenciadas en un tira y afloja entre la austeridad liberal y la necesidad de inversiones. Un bloqueo político que, con China y EE UU alejándose, es lo último que necesita Europa.

Las razones, más prosaicas que de principios, para elegir la sanidad pública

Los datos indican que en las cohortes de nuevos funcionarios, se opta cada vez más por la sanidad pública en oposición a la privada que ofrecen mutualidades como Muface. ¿Qué razón tendría alguien, en particular un funcionario, para preferir la sanidad privada –con menos listas de espera, aunque ya no tanto– antes que la pública? Podría hablarse del principio de defender lo público, pero los motivos suelen ser más prosaicos. Los expertos explican que los jóvenes prefieren seguir con sus médicos habituales, o que ya tienen un seguro privado por su cuenta. También señalan que los enfermos con patologías graves, como el cáncer, acaban optando por la pública, aunque desde el sector privado desmienten que sea por deficiencias en su servicio.

La frase

Si los agricultores quieren salir a la calle [por el nuevo impuesto del 20% a las herencias agrícolas de más de 1 millón de libras], podemos hacer con ellos lo que Thatcher con los mineros. No necesitamos pequeños agricultores
John McTernan, secretario político del ex primer ministro Tony Blair entre 2005 y 2007

Comemos, y nos enganchamos al móvil, y a otras cosas, por los ojos

El exempleado de Google Tristan Harris cuenta que, para reducir el consumo de chocolatinas de la máquina de la oficina, se hizo que los dulces llevaran envoltorios de colores grisáceos y sin brillo. La medida tuvo un inmenso éxito, y por eso Harris sugiere poner la pantalla del móvil en blanco y negro, para reducir un poco el enganche (en las redes sociales suele predominar el azul, por ejemplo). Quienes han probado este método, eso sí, cuentan que su éxito es solo relativo. Pero la importancia del color la manifiesta también la industria del salmón, pescado que se colorea con astaxantina para pasar de su gris tono natural a ese anaranjado que tan atractivo resulta. Se cumple el dicho de que comemos por los ojos, y no solo eso.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_