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Editorial
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La estacionalidad sigue marcando la pauta

El balance de las cifras de paro y empleo de octubre es a grandes rasgos positivo

CINCO DÍAS
Una mujer prepara una terraza en Puente San Miguel (Cantabria).
Una mujer prepara una terraza en Puente San Miguel (Cantabria).Pedro Puente Hoyos (EFE)

La economía española se está acostumbrando a recibir buenas noticias del mercado laboral. En octubre, el comportamiento no ha sido tan brillante como el de otros meses, lo que hubiera supuesto una sorpresa mayúscula, pero sí mucho mejor de lo que se puede considerar la norma. La costumbre dice que el décimo mes no es bueno para el trabajo, y en ese sentido el paro aumentó en 26.769 personas. Pero a la vez, la creación de empleo mantuvo un paso firme, con 134.307 afiliados más a la Seguridad Social. Ambas cifras parecen contradictorias, pero reflejan un balance que a grandes rasgos es positivo. El desempleo porque, aunque creció, lo hizo al ritmo más bajo para un mes de octubre desde 2013 (excluyendo 2021 y 2022, cuando el mercado tuvo comportamientos anómalos por la pandemia). Y la afiliación porque aumentó al mayor ritmo de los últimos 22 años para un décimo mes (de nuevo, con la excepción de 2021).

En suma, España cuenta con medio millón de trabajadores más que un año antes. Y ya van siete meses consecutivos en que los afiliados a la Seguridad Social superan los 21 millones. De este total, por segundo mes seguido las mujeres representaron más de 10 millones. No sorprende que el Gobierno saque pecho por los datos, a la vez que minimiza el incremento del paro porque lo atribuye a que, ante el buen momento económico, hay más gente que se registra como demandante de empleo.

Sin perjuicio de esa interpretación, la estadística también muestra puntos menos brillantes. El empleo juvenil sigue sin coger el brío del conjunto del mercado. Y el mero hecho de celebrar como un buen mes aquel en que crece el paro, muestra hasta qué punto la estacionalidad sigue marcando la pauta. Pronto, por cierto, arrancará la campaña navideña, que normalmente ayuda a mejorar las cifras de paro. Pero esta vez lo hará con un enorme punto negro. Si octubre fue bueno para el empleo, no hay que olvidar que acabó con una de las peores noticias para España en mucho tiempo: la devastación, en vidas humanas y en daños materiales, que las inundaciones provocaron en varias provincias españolas y particularmente en Valencia. Los efectos van conociéndose poco a poco y en el ámbito laboral el Ejecutivo dio cuenta también ayer de que ya hay al menos 75 empresas que han solicitado un ERTE. Se desconoce el número de trabajadores afectados. Lo previsible, en cualquier caso, es que ese número crezca. E incluso es lo deseable, porque ese fue el mecanismo que salvó mucha destrucción de empleo en la pandemia. Lo contrario solo añadiría más dolor al que ya ha dejado la catástrofe.



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