La separación de poderes en la banca tiene un sentido
Es un tanto paradójico que, entre los tres grandes bancos españoles (CaixaBank, BBVA y Santander), el primero en separar de forma meridiana las funciones del presidente de las de primer ejecutivo sea CaixaBank, aquel donde el presidente retenía menos funciones ejecutivas (comunicación, auditoría interna y la organización de las comisiones), y que, de hecho, estaba fuera del comité de dirección de la entidad. En todo caso, la reorganización de la cúpula del banco, en paralelo al cambio de sillas, se ha justificado a partir de las exigencias del Banco Central Europeo, que pide separar la presidencia de las funciones ejecutivas. A la vista está que no se trata de una norma de aplicación directa, pero el supervisor es claro en sus normas de conducta para la banca. El BCE, una vez definidas las dos esferas de actuación, también aconseja que el presidente sea un consejero independiente, un criterio que no cumple Tomás Muniesa, consejero dominical en representación de Criteria.
No es un capricho. La existencia de contrapesos es una recomendación de buen gobierno para todas las cotizadas, donde propiedad y gestión suelen tener poco que ver. Un presidente no ejecutivo (chairman) debe mitigar la concentración de poder, velar por los inversores minoritarios y, en general, por eso que se ha dado en llamar stakeholders. No es necesario un gran ejercicio de imaginación para identificar los conflictos de interés entre la cúpula de una cotizada y los de la propia empresa, desde los sueldos a la asunción de riesgos o la adopción de determinadas políticas.
Un organigrama debe estar blindado contra el fantasma de los conflictos de interés, cuya resolución no debería estar al albur de las personas que ocupan los cargos.
Ocurre, además, que un banco o una caja de ahorros no es una empresa como las demás. Una mala decisión en una entidad financiera tiene efectos que exceden mucho del perímetro de sus accionistas y clientes, como desgraciadamente sabemos bien en España. Por eso el sector está fuertemente regulado y supervisado, y por eso también la petición de separación de poderes es tan clara. Existencia de las presidencias no ejecutivas y las presidencias ejecutivas, también un modelo híbrido en el que el entendimiento entre los máximos responsables es clave de la buena gestión. En cualquier caso, es necesario argumentar muy bien los motivos por los que algunas veces se rechaza abiertamente una recomendación tan explícita del Banco Central Europeo.