Las claves del día: hacer definitivo los impuestos temporales impide volver a lanzarlos como una novedad
El problema, eso sí, será, en la próxima temporada difícil para la economía, sacarse de la chistera alguna otra medida que apacigüe la intranquilidad del electorado
Los impuestos a los beneficios considerados extraordinarios de la banca y las energéticas se convertirán, como la mayoría de los tributos que nacen para ser solo temporales, en definitivos. Eso sí, se rediseñarán, explicó el viernes el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ajustándolos a los ciclos financieros en el primer caso y a las necesidades de inversión en el segundo.
Ambos sectores están lo suficientemente concentrados como para que su rentabilidad no corra demasiado peligro, por lo que es comprensible y razonable que el Gobierno les haga contribuir al erario con sus ganancias, si son suficientemente grandes. Lo conveniente, eso sí, es que los impuestos se configuren con calma y no de forma precipitada y repentina, al calor de una crisis como la reciente, que aún sigue, aunque la inflación se esté tomando un respiro. El problema, eso sí, será, en la próxima temporada difícil para la economía, sacarse de la chistera alguna otra medida que apacigüe la intranquilidad del electorado. Ya se inventarán algo.
A la maltrecha economía china aún le falta más madera
La economía china crece al ritmo más lento en año y medio, y desde Pekín reconocen que hay “nuevas situaciones y nuevos problemas en el desarrollo económico nacional”. Buen eufemismo.
Aunque las medidas de inyección de liquidez –dopaje, dirían algunos– en los mercados financieros han insuflado un poco de aire a la maltrecha economía china (que crece un 4,6%, un ritmo que en casi cualquier país del mundo merecería el calificativo de cohete), la actividad no termina de arrancar. Y la culpa, en buena medida, sigue siendo del ladrillo. La solución parece pasar por echarle más madera: más incentivos y, por tanto, más deuda.
El atasco judicial y el interesado reparto de medios entre las administraciones
Si un trabajador es despedido injustamente por, pongamos, causas disciplinarias (y que, por tanto, no implican una indemnización) y decide acudir a la jurisdicción social, tiene que esperar siete meses de media para obtener una sentencia. Un periodo en el que, si no encuentra otro trabajo, la indemnización a la que tiene derecho puede ser vital. Con el reparto de fondos entre las administraciones públicas sucede que hay unas que son consideradas más útiles que otras. Hacienda, por poner un ejemplo, dispone de un sistema informático que poco tiene que envidiar a una tecnológica. Otras menos interesantes, como la de justicia (todo un poder de la democracia) se conforman con montañas de papeles y listas interminables. Eso sí: pobre del contribuyente que no pague a tiempo un impuesto.
La frase
Creo que se puede argumentar razonablemente que la Fed no ha sido [en el pasado] tan independiente como debería. [Pero] la bajada de medio punto de los tipos de septiembre tuvo mucho sentido en función de los datos que tenían en ese momentoKevin Hassett, asesor económico de Donald Trump y aspirante a presidir la Fed
Netflix supera todos los obstáculos con su catálogo amplio, pero no tan selecto
El éxito de David Broncano en La 1 parece más bien la excepción que confirma la regla: la gente cada vez está menos dispuesta a estar pendiente de una hora concreta para ver un programa o una serie, a menudo con publicidad intercalada. Aun así, sigue sorprendiendo el éxito creciente de Netflix, que, lejos de resentirse de su arriesgada apuesta por impedir compartir cuentas sin pagar por ello, ha salido reforzada.
Quizá su catálogo no sea el favorito de los gourmets de los contenidos audiovisuales, pero su abundancia es tal que, para muchos usuarios, es suficiente. Ni siquiera la superpoderosa Disney ha conseguido hacer mella en el negocio fundado por Reed Hastings, que comenzó enviando cintas de vídeo por correo.