Amazon ha caído en la banalidad
La orden de recuperar el trabajo presencial al 100% revela falta de imaginación
¿Recuerdan HQ2? El intento de Amazon en 2017 de ampliar su base norteamericana más allá de Seattle provocó un cortejo circense para albergar hasta 50.000 empleos bien remunerados. La nueva ubicación en Virginia no ha estado a la altura de las expectativas, pero aún puede haber esperanza para ella después de que el CEO, Andy Jassy, ordenara que todo el mundo volviera a la oficina cinco días a la semana. La falta de imaginación, empero, señala problemas mayores.
La semana pasada, Jassy comunicó a sus empleados que el trabajo desde casa terminará en 2025, salvo contadas excepciones. La firma también está prescindiendo de los escritorios compartidos en favor de asientos asignados. El jefe no se disculpa por hacer retroceder el reloj: “Antes de la pandemia, no se daba por hecho que la gente pudiera trabajar a distancia dos días a la semana, y eso también será así en el futuro”.
El problema es que los tiempos han cambiado. El coste de la vida en Seattle y alrededores ha crecido más rápido que en el resto del país. La contratación en la sede inicial de HQ2 no alcanzó el objetivo inicial y la construcción de la segunda fase se retrasó. Los planes de despidos tampoco han hecho que la empresa se gane la simpatía de la comunidad.
Mientras, una nueva generación se incorporó al mercado durante la pandemia. Quieren estar cara a cara con sus colegas, pero también valoran el teletrabajo, según un estudio de la firma de software Handshake, que ayuda a los universitarios a encontrar empleo. Es importante que las empresas reevalúen constantemente su cultura. Especialmente en el caso de las tecnológicas –que usaban la comida y el futbolín para adelantarse en la contratación–, la realidad virtual y la inteligencia artificial de vanguardia ofrecen nuevas oportunidades para ello.
Pero Amazon ha perdido su chispa. Desde proyectos como Alexa hasta compras como la cadena de supermercados Whole Foods, ha sido en gran medida una década de decepciones. La banalidad se hace evidente en una cotización que ha tenido en los últimos cinco años un retorno claramente inferior al de Alphabet y Microsoft, y apenas ha superado al de Walmart. Jassy dice que quiere que Amazon “funcione como la mayor startup del mundo”, asombrando constantemente a los clientes. Revivir usos pasados no es una forma alentadora de empezar.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías