Burberry se enfrenta a una larga estancia en el cajón de las gangas
La acción, que ha caído casi un 50% en lo que va de año, debería atraer compradores grandes, pero estos buscan un lujo superior
Los minoristas suelen deshacerse del exceso de existencias tirándolo a la papelera de las gangas. Tras emitir otro profit warning, suspender su dividendo y sustituir a su consejero delegado, ese puede ser también el destino de Burberry en el futuro inmediato. El plan del nuevo CEO, Joshua Schulman, para detener la decadencia de la marca de forma orgánica no parece suficientemente innovador, y los accionistas ni siquiera pueden contar con una compra por parte de un titán del lujo.
El predecesor de Schulman, Jonathan Akeroyd, solo duró dos años. Su plan era devolver lo británico a la marca y alcanzar un objetivo de ingresos anuales a largo plazo de 5.000 millones de libras, frente a los 3.000 de 2023, mediante la venta de bolsos, zapatos y accesorios caros. Pero, en medio de la recesión del sector del lujo, los resultados en las 13 semanas transcurridas hasta finales de junio muestran que la estrategia no ha funcionado. Las ventas subyacentes cayeron un 21% interanual. Al ritmo actual, se espera que Burberry registre pérdidas en el primer semestre del año y no cumpla su previsión anual de beneficios de explotación.
Schulman, antiguo director ejecutivo de Coach, planea revitalizar la oferta básica de gabardinas de Burberry y centrarse más en los icónicos pañuelos a cuadros. Pero los predecesores de Akeroyd ya lo intentaron. Su fracaso fue la razón por la que se le contrató para dirigir una estrategia que implicaba bolsos caros en primer lugar. A primera vista, las acciones, que han caído casi un 50% en 2024, deberían despertar el apetito de compradores grandes, como LVMH. Pero buscan un lujo superior al que ofrece Burberry y, en cualquier caso, es difícil que los números cuadren.
Suponiendo que el propietario de Dior ofrezca una prima del 30%, Burberry valdría 4.600 millones de libras (más de 1.000 millones de deuda neta). Si Schulman obtuviera los 525 millones de libras de beneficio operativo que los analistas de LSEG habían calculado para 2028, y el tipo impositivo de Burberry se mantuviera, el gigante francés solo conseguiría una rentabilidad del 8%. Esta cifra está muy por debajo del coste de capital estimado por Burberry.
Sin un comprador o una estrategia que impulse definitivamente las ventas, Burberry puede tener que dirigirse a un público menos lujoso, y reservarse para una larga estancia en el cajón de las gangas.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Pierre Lomba Leblanc, es responsabilidad de CincoDías.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días