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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Macron echa gasolina a las ardientes aguas económicas francesas

Aunque contenga el avance del partido de Le Pen, podría haber un Gobierno en permanente disputa

Emmanuel Macron
Seguidores del partido de Emmanuel Macron, viendo su discurso tras las elecciones del domingo 9 de junio, en París.CHRISTOPHE PETIT TESSON (EFE)

Emmanuel Macron acaba de dar a los inversores una nueva razón para preocuparse por Francia. El presidente respondió el domingo a la previsible derrota de su partido centrista en las elecciones al Parlamento Europeo convocando por sorpresa unas elecciones internas anticipadas. Incluso si su apuesta sale bien, añade un torrente de incertidumbre en un momento ya de por sí febril.

Macron dijo que el resultado de la UE era nefasto para su Gobierno, y que no podía ignorarlo. En un discurso a la nación, a menos de dos meses de que París acoja los Juegos Olímpicos, dijo que se convocarían elecciones a la Cámara Baja para el 30 de junio, con una segunda vuelta el 7 de julio. “Es un momento esencial para la clarificación”, dijo Macron. “He escuchado su mensaje, sus preocupaciones y no las dejaré sin respuesta (...). Francia necesita una mayoría clara para actuar con serenidad y armonía.”

Al lanzar los dados, Macron hace una enorme apuesta. El partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen obtuvo el 32% de los votos en las elecciones, más del doble del 15% de la agrupación Renacimiento, de Macron. Los socialistas se quedaron a un paso de este, con un 14%. Le Pen, considerada la favorita para las elecciones de 2027, a las que Macron no podrá presentarse, celebró su decisión. “Estamos dispuestos a tomar el poder si los franceses nos dan su confianza”, dijo.

La esperanza del presidente es que el resultado sorprenda a los votantes de los partidos mayoritarios a fin de crear el principio de una coalición que pueda gobernar con los suyos.

Hay algo de método en la locura de Macron. Los votantes franceses pueden ver las elecciones parlamentarias europeas como una oportunidad para registrar un voto de protesta y ser menos propensos a respaldar a candidatos de extrema derecha en una consulta nacional. La naturaleza en dos fases de las elecciones parlamentarias francesas, en las que los principales candidatos de cada circunscripción suelen enfrentarse en una segunda vuelta, podría animar a los partidos mayoritarios a unir fuerzas con la coalición de Macron para bloquear a la extrema derecha. Una coalición de este tipo podría ayudar a un candidato centrista revitalizado a derrotar a Le Pen en 2027.

Sin embargo, la apuesta del presidente francés podría sumir al país en la parálisis durante los próximos tres años. El primer riesgo es que el enfado de los votantes y la impopularidad de Macron refuercen a la extrema derecha.

El partido de Macron cuenta con 169 diputados en la Cámara Baja, de un total de 577. El de Le Pen tiene 88. El sistema electoral hace casi imposible que RN consiga la mayoría de los escaños, pero si se convierte en el mayor partido de la Asamblea Nacional, Macron podría sentirse obligado a nombrar como primer ministro a Le Pen o a Jordan Bardella, el joven de 28 años que aquella ha instalado al frente del partido mientras se prepara para una campaña presidencial en 2027.Macron seguiría dirigiendo la defensa y la política exterior, pero perdería el poder de fijar la agenda interna, desde la política económica hasta la seguridad.

El segundo riesgo es que, aunque se contenga la influencia de RN, Francia sea gobernada por un Ejecutivo en permanente disputa. Sería incapaz de ponerse de acuerdo sobre las reformas necesarias para sanear las finanzas públicas, que ya están en precario, con una deuda soberana del 110% del PIB y un déficit presupuestario del 5,5% de la producción económica anual. Además, paralizaría la toma de decisiones de la UE justo cuando se avecinan importantes decisiones en asuntos como Ucrania, la política hacia China y la transición ecológica.

Los temerosos inversores en renta fija ya se están desprendiendo de la deuda francesa. El rendimiento de los bonos del país a 10 años es unos 50 puntos básicos superior al de los bunds alemanes equivalentes, pero a diferencia de sus homólogos españoles e italianos, ese diferencial no se ha reducido mucho este año, y ayer aumentó.

Puede que Macron esté apostando a que ha llegado el momento de demostrar las carencias del RN permitiéndole hacerse con el Gobierno, reduciendo las posibilidades de Le Pen de sucederle en 2027. Eso equivale a jugar con fuego. En Italia, la primera ministra, Giorgia Meloni, ha desafiado hasta ahora las predicciones de que un Gobierno de extrema derecha equivale a un caos económico. En cualquier caso, los inversores tienen otra poderosa razón para mantenerse alejados de la deuda francesa por ahora.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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