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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los beneficios de la inmigración para EE UU compensan los problemas

Las nuevas restricciones de Biden son un reconocimiento de que la retórica republicana ha calado entre los votantes

Venezuela
Migrantes venezolanos, ante una pintura de la bandera de su país, en Ciudad Hidalgo (México), preparándose para viajar a la frontera de México con EE UU, el 5 de junio.Jose Torres Cancino (REUTERS)

La sensación de que la frontera sur de Estados Unidos es porosa y está descontrolada es un importante lastre político para el presidente Joe Biden de cara a las elecciones presidenciales de noviembre. Las encuestas muestran que la inmigración y la seguridad fronteriza figuran entre las principales prioridades de los votantes, y la gestión de este asunto por parte de Biden se juzga con dureza. Pero la inmigración sostenida es también la principal ventaja de la economía estadounidense frente a muchos de sus competidores, especialmente cuando los retos demográficos a largo plazo empiezan a pellizcar los mercados laborales de los países desarrollados. Las medidas coercitivas a corto plazo no tienen por qué cambiar eso.

Biden tiene un problema inmediato que resolver. La inmigración encabezó la encuesta Gallup de abril como el problema más importante al que se enfrenta el país, por tercer mes consecutivo. Los alcaldes demócratas de ciudades como Nueva York y Chicago piden más ayuda federal, ya que los inmigrantes, algunos de ellos enviados al norte en autobús por los republicanos de los estados fronterizos del sur, llenan los refugios improvisados y sobrecargan los presupuestos.

Biden firmó el martes una orden ejecutiva que le permite cerrar la frontera con México durante los periodos de mayor cruce de migrantes. Además, impedirá a los que crucen ilegalmente solicitar asilo y facilitará su rápida deportación a México o a sus países de origen. No se espera que la nueva política se aplique inmediatamente, ya que el flujo diario de migrantes en la frontera se ha desplomado en los últimos meses, en parte debido al aumento de la aplicación de la ley por parte de las autoridades mexicanas.

El anuncio es un esfuerzo por calmar estas preocupaciones. También es un reconocimiento de que la retórica republicana sobre las fronteras y la delincuencia ha calado entre los votantes. Al emitir la orden, Biden se gana algunas críticas de los demócratas y una herramienta para aporrear a los republicanos por no apoyar un acuerdo fronterizo en el Congreso. No es un mal botín para un demócrata que pivota hacia el centro en una dura lucha por la reelección.

Pero la inmigración aporta inmensos beneficios económicos, especialmente dada la trayectoria actual de la mano de obra estadounidense. Aunque el número de ofertas de empleo ha disminuido desde el máximo alcanzado tras la pandemia, la relación entre puestos ofrecidos y trabajadores desempleados es de 1,2, lo que indica una demanda persistente de más fuerza laboral, a pesar de una tasa de desempleo históricamente baja. A largo plazo, el panorama empeora. La tasa de fertilidad total de Estados Unidos cayó a 1,6 en 2023, un mínimo histórico. Esa cifra lleva tiempo por debajo del nivel de reemplazo de 2,1 necesario para mantener la población estable a lo largo del tiempo.

Los inmigrantes son la clave para solucionar estos problemas estructurales del empleo. El porcentaje de trabajadores nacidos en el extranjero en la población activa aumentó hasta el 18,6% el año pasado, el más alto desde que el Departamento de Trabajo empezó a registrarlo en 1998. Las ofertas de empleo son más elevadas en sectores con un número desproporcionado de trabajadores nacidos en el extranjero, como la sanidad y la hostelería.

Los países con bajas tasas de natalidad y políticas de inmigración restrictivas, como China y Corea del Sur, no tienen la misma solución para la futura escasez de mano de obra. Estos países, con tasas de fecundidad aún más bajas, se encaminan hacia un precipicio demográfico, cuando su mano de obra, cada vez más reducida, ya no pueda mantener a su creciente población de edad avanzada. Las políticas de inmigración restrictivas no les están haciendo ningún favor.

Los alcaldes preocupados por los centros de acogida de inmigrantes preguntan por los permisos de trabajo de los recién llegados. Un sistema de inmigración ordenado debería ser el distintivo de cualquier Estado-nación funcional. Un sistema de inmigración acogedor puede ser el distintivo de una economía próspera.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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