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A Fondo
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El viaje zigzagueante de las materias primas

Donde los mercados están resultando más asombrosos es en el terreno de los metales preciosos, la plata y el oro

Juan Ignacio Crespo
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Lingotes de plata y oro.picture alliance (dpa/picture alliance via Getty I)

Una de las materias primas que habíamos venido pronosticando en esta página que más subiría de precio en algún momento de 2024 era el níquel. Lo hacíamos contra la corriente principal de ese sector del mercado, que veía, con estupor, que había exceso de níquel en los mercados, lo cual, inevitablemente, haría caer su precio.

Pero no ha sido así. Al menos… de momento. El viernes pasado, el precio del níquel subió un 7%, ayudado por la circunstancia de una huelga desatada en Nueva Caledonia (Pacífico Sur). La huelga ha ido acompañada de violencia, lo cual ha provocado la interrupción de la producción en ese territorio que aún es de soberanía francesa y que cuenta con una de las mayores reservas conocidas del metal.

Al cierre de la sesión del lunes, el níquel acumulaba en lo que va de año una subida del 30,4%, que, junto con el 27,4% que acumula de precio la subida del cobre, lleva a que los metales industriales más utilizados hayan acumulado hasta ahora una revalorización del 20,1%, algo que muestra un agudo contraste con lo que había sido el inicio del año, con bajadas superiores al 4%.

Así son los mercados: siempre sorprenden con movimientos que son muy diferentes de lo que los razonamientos mejor fundados indican. A veces la sorpresa viene dada por acontecimientos políticos o por luchas sindicales inesperadas, como es el caso de lo que está sucediendo en Nueva Caledonia.

Con la perspectiva que habíamos establecido en la Newsletter de CincoDías, el máximo de revalorización al que podría aspirar el níquel este año es del 38%. Veremos si se cumple.

En todo caso, es conocido que el níquel se usa mucho en la fabricación de acero inoxidable y, también, en la de las baterías de los coches eléctricos, por lo que su demanda no parará de aumentar.

Entre las sorpresas que están dando las materias primas este año está el que el precio del petróleo no esté subiendo lo que cabía esperar, habida cuenta de que ya se ha producido un ataque directo de Irán a Israel.

El año pasado, y a pesar de la acometida inicial de precios tras el ataque de Hamás a Israel, aquí habíamos sostenido que esa subida de precios no se consolidaría, tal y como sucedió. Sin embargo, para 2024 nos habíamos sumado al consenso de que la inestabilidad en Oriente Próximo terminaría por hacer que el precio del petróleo Brent superaría ampliamente los 100 dólares, algo que hasta hace un mes parecía que se iba a hacer realidad, pero que, desde entonces se ha desviado del pronóstico: el Brent está ahora en un precio de 83 dólares y le queda, por tanto, mucho recorrido para que el pronóstico se cumpla.

¿Cuál podrá ser la resultante de unos precios de los metales industriales que suben y un precio del petróleo que no responde a la subida esperada? La resultante, en el sentido de qué es lo que quiere decir todo esto para el crecimiento de la economía mundial en 2024.

Según el informe WEO del FMI del mes de abril, el crecimiento de la economía global se mantiene en el 3,2% tanto para 2024 como para 2025. Mejora ligeramente el pronóstico para el mundo desarrollado: del 1,6% al 1,7% en 2024, y al 1,8% en 2025.

Parece un poco tímido, habida cuenta de que China está creciendo a un ritmo superior al que sus propias autoridades se habían marcado y de que Estados Unidos puede estar creciendo en este momento a un ritmo del 3,6% anualizado, según la estimación con el modelo PIB Ahora del servicio de estudios de la Reserva Federal de Atlanta.

El caso es que ese debilitamiento reciente de los precios de petróleo y el que las primeras semanas del año hubieran sido de fuertes bajadas de precio del gas natural han hecho que la subida del precio de la energía se haya contenido en los primeros meses del año, pero ya está pegando un acelerón y acumula un 15,4% de revalorización.

Pero donde quizás los mercados estén resultando más asombrosos este año es en el terreno de los metales preciosos: la plata es la tercera materia prima que más sube de precio (34,6%) y el oro, con un 18,8% de revalorización, la sigue en la séptima posición.

La explicación de esta revalorización de los metales preciosos es, como siempre, insatisfactoria. Que el precio del oro esté subiendo en un momento de tipos de interés nominales y reales altos es algo que no cuadra bien con los argumentos tradicionales que dicen que cuando suben los tipos de interés el precio del oro cae.

Se alega que es que los bancos centrales, sobre todo en Rusia y China, están comprando oro, algo que lleva sucediendo mucho tiempo, sin que por ello la cotización del dólar se haya resentido en demasía. Pero lo que resulta inverosímil totalmente es pensar que los bancos centrales estén comprando plata.

En suma, que, como casi siempre, el rompecabezas de los mercados no cuadra en absoluto.

Si uno pregunta en internet se encuentra respuestas de todo tipo y, en concreto, para la subida del precio de la plata se asegura que está provocado por… “el aumento de la incertidumbre”. Pero… ¿es que ha habido algún momento de la historia en que no haya habido incertidumbre?

Juan Ignacio Crespo es economista y estadístico del Estado

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