Claves: las expectativas de los accionistas de Indra, y la digestión de Puig
Los inversores aplauden a la firma tecnológica y de defensa, pero esperan más y pronto
Indra presentó el lunes unos buenos resultados correspondientes al arranque de año, con un crecimiento del 40% del beneficio neto en el primer trimestre, alargando la senda alcista de 2023. Todas sus divisiones registraron fuertes crecimientos, en especial el área de defensa, donde la compañía tecnológica española tiene ahora posados sus grandes objetivos, con el beneplácito del Gobierno. La Bolsa saludó los números de Indra con una subida del 8,8%, liderando el Ibex. Las acciones de Indra llevan acumuladas una revalorización del 39% en lo que se lleva de año. Esta euforia inversora no se debe tanto a sus resultados de cierre del trimestre (se confiaba de antemano en un buen papel) sino en la expectativa de que pueda superarlos en los próximos años, al albur de su plan estratégico, presentado el pasado semestre. Un plan medido, pero que necesita detallarse cuanto antes, sobre todo lo referente a los socios industriales que Indra ya ha adelantado que está buscando para su filial tecnológica Minsait. El acertar en este punto y en sus futuras adquisiciones depende buena parte de su verdadero valor.
Puig, en pleno proceso de digestión de su salida a Bolsa
Puig va poco a poco asentando su cotización en Bolsa. La multinacional de cosméticos apostó por su salida al parqué en la banda más alta fijada, a 24,5 euros por acción. Tras un primer día, el pasado viernes, en el que cerraron planos, los títulos se animaron ayer con un alza del 4%. A 25,5 euros, la valoración supera los 14.000 millones de euros, por encima de empresas de solera como ACS (10.410 millones). Habrá que esperar varias semanas para comprobar si estaba en lo cierto la dirección de la empresa o la cotización se resiente conforme se retiran los bancos y agentes colocadores. De momento, la negociación en el segundo día (1,3 millones de acciones), fue muy inferior a la del viernes.
Grifols encarrila la venta de su filial Shanghai RAAS en China
Grifols encarrila la venta de su filial china. La biotecnológica catalana ha dado un paso más para la transmisión de un 20% de Shanghai RAAS a Haier Group. La operación, valorada en 1.600 millones de euros, es clave en sus planes de reducción de deuda. El grupo vive una complicada crisis bursátil, tras las acusaciones de manipulación de las cuentas, lanzadas a principios de año por la gestora bajista Gotham City Research. Grifols se apresuró ayer a decir a la CNMV que la propia empresa y Haier han completado los trámites de aprobación gubernamentales, nacionales y extranjeros. Los inversores quieren creer que todo está listo, pero no van a permitir ni un paso en falso. De momento, los títulos se dejan un 38% en el año, fruto de los nubarrones en el horizonte.
La frase del día
“Estamos muy preocupados por las continuas propuestas del Ministerio de Trabajo; el Gobierno no se puede dejar influir por intereses particulares o ideológicos que perjudican a todo el país; es preocupante el incremento de los costes laborales”
Josep Sánchez Llibre, presidente de Fomento del Trabajo
Un convenio colectivo muy necesario para el sector textil
Más de 160.000 trabajadores esperan el final de las negociaciones para un convenio colectivo en el textil. Diez meses después de que se constituyera la mesa de negociación, el convenio estatal deberá homogeneizar las condiciones laborales de los asalariados del sector. El acuerdo dará carpetazo a una estructura laboral basada en decenas de convenios provinciales con patentes desigualdades entre ellos. La última reunión, mantenida a finales de abril, sirvió para que la asociación ARTE, que representa a empresas como Inditex, Mango, H&M o Tendam, entre otros, hiciera una primera propuesta en cuanto a salarios y definición de categorías profesionales. El salario de entrada ofrecido, 17.000 euros, está aún por debajo de las expectativas sindicales.
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