Claves: la esplendidez de BBVA, y el lenguaje de la correspondencia contemporánea
El banco presidido por Carlos Torres no escatima esfuerzos para comprar por fin Sabadell
Últimamente, no sale a cuenta cambiar de banco: no suelen hacer ofertas atractivas en cuanto a intereses de depósito, por ejemplo, pero, sobre todo, es que a lo mejor la entidad de destino acaba siendo absorbida por la original. Cuando parecía que el mercado bancario español había encontrado el punto de equilibrio, tras varias grandes fusiones, BBVA ha vuelto a la cancha para pujar por Sabadell. Cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo, y la abundancia de capital de la entidad presidida por Carlos Torres, junto con la escasez de oportunidades para invertirlo, han hecho que el banco recupere aspiraciones pasadas. Ofrecerá un 17% de prima (en papel) a los accionistas de Sabadell, o un 29% respecto a los precios no alterados por la oferta. Es una valoración generosa –aunque inferior al valor contable tangible–, lo que indica que BBVA no va a escatimar esfuerzos.
Sobre las intenciones de que no habrá “medidas traumáticas” sobre el empleo, y de que se intentará proteger la marca Sabadell, los precedentes de otras fusiones aconsejan cierto escepticismo, sobre todo en la segunda cuestión.
¿Es el cacao el nuevo bitcóin en cuanto a volatilidad?
Los informáticos que apostaron por el bitcóin como valor refugio alternativo al oro quizá podrían haber pensado en el cacao, cuyo precio casi se ha duplicado en el último año, pero que muestra señales de volatilidad que recuerdan al de la principal criptodivisa del mercado. En dos días, la materia prima ha perdido un 30% de valoración, aunque los expertos consideran que su encarecimiento es estructural.
Las chocolateras han aprovechado para reducir el tamaño de sus paquetes, aunque manteniendo los precios. Quizás los consumidores hayan agradecido esta crisis, al rebajar su consumo de una sustancia de la que es fácil abusar.
Los trabajadores quieren más empleo... pero menos horas
Los trabajadores celebraron ayer su fiesta anual, con unas reivindicaciones que tienen un cierto aire de paradoja: por un lado, se aspira, como es natural, a que baje el paro, pero, por otro, se reclama la reducción de jornada sin recorte salarial (al menos en términos nominales). Son reclamaciones perfectamente compatibles, y, de hecho, combinadas pueden ayudar a que se repartan las horas de trabajo.
El desarrollo tecnológico debería ir encaminado, precisamente, a que el ser humano necesite hacer menos esfuerzo para tener sustento, y pegarse algún capricho. Limitar los ingresos, sin embargo, requiere un cambio de actitud hacia el consumo, que debe hacerse más racional, o sostenible, como se dice ahora.
La frase del día
“Pedro Sánchez ha orquestado una farsa para arrastrar votos, para impedir que Cataluña tenga un Gobierno que vaya a por todas”
Carles Puigdemont, candidato de Junts en las elecciones de Cataluña
El lenguaje de la correspondencia contemporánea: el Whatsapp
Seguro que, cuando la comunicación a distancia se hacía por cartas, los destinatarios analizaban al detalle la longitud, el estilo y la tardanza en responder del remitente; y de la misma manera, dedicarían atención a su propia forma de responder. Ahora todo va más rápido, pero los sentimientos son los mismos, y la gente mira con lupa la comunicación por Whatsapp, que incluye los emojis. Con todo, conviene no extraer conclusiones precipitadas, porque cada persona se expresa de una forma. Ante la duda, dicen los expertos, hay que preguntar por los hábitos del otor. Y, a ser posible, fomentar la comunicación en persona o por teléfono, donde fingir es bastante más difícil que hacerlo por internet.
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