Boeing es la única nube en el cielo de Ryanair
El riesgo de los retrasos parece manejable, pero el fabricante seguirá haciendo sombra durante un tiempo
Ryanair prosigue su escalada pos-Covid. El lunes anunció que el beneficio después de impuestos del ejercicio finalizado en marzo estaría justo por debajo de 2.000 millones, algo menos de lo previsto, pero más que su récord anterior, de 1.500 millones, logrado hace seis años. Pero las preocupaciones de Boeing, uno de sus principales proveedores, son un nubarrón en el horizonte.
Aunque la temporada de verano siempre es difícil de estimar, el CEO, Michael O’Leary, dijo que las reservas previstas superan en un 5% a las de hace un año. Eso da crédito a la idea de que incluso los consumidores con problemas de liquidez son reacios a recortar sus escapadas al extranjero. Ryanair ha subido en Bolsa un 75% desde enero de 2019, superando a sus pares.
Pero Boeing es una fuente potencial de turbulencias. La flota de casi 600 aviones de Ryanair está compuesta casi en su totalidad por aviones del gigante de EE UU, mientras que EasyJet y Wizz Air usan aviones de Airbus. La semana pasada, la Administración Federal de Aviación (FAA) de EE UU anunció que no permitiría a Boeing ampliar la producción de su línea MAX, después de los múltiples y graves incidentes de estos modelos.
A primera vista, el riesgo para Ryanair es manejable. La FAA aclaró que Boeing podría seguir produciendo al ritmo actual, y la aerolínea irlandesa dijo tener garantías de que su proveedor clave no retrasaría más las entregas este verano ni el próximo. O’Leary aún espera recibir unos 50 aviones nuevos este verano. Aunque eso no ocurra, es menos del 10% de su flota.
Pero los prolongados problemas de Boeing podrían retrasar aún más la certificación y entrega del nuevo MAX 10, del que Ryanair hizo un gigantesco pedido, de 300 aviones, en mayo. La entrega está prevista por fases entre 2027 y 2033, lo que aumentaría considerablemente la capacidad de Ryanair. Aunque su rival United Airlines está sondeando comprar aviones Airbus para llenar el posible vacío dejado por el MAX 10, cambiar es complicado.
O’Leary se muestra optimista; confía que el MAX 10 esté certificado a finales de año y pueda volar en 2025, e incluso aceptaría entregas rechazadas por sus rivales de EE UU. Aun así, es probable que Boeing siga haciendo sombra durante un tiempo.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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