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La tribuna de los fondos
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Nos aventuramos a invertir en India?

La inclusión de bonos indios en índices y el potencial de crecimiento a largo plazo hacen que el país sea una opción atractiva para los inversores internacionales

Sede de la Bolsa de Bombay.
Sede de la Bolsa de Bombay.Reuters

Cuando nos hablan de la India, lo asociamos a los templos, al yoga, al Taj Mahal, o a los baños sagrados en el río Ganges, pero no solemos pensar en el gigante económico que ya es una realidad. Normalmente, la India está poco representada en las carteras de inversores internacionales. Solo representa alrededor del 1% en los índices bursátiles globales, cuando su Producto Interno Bruto (PIB) es el quinto más grande del mundo y podría ascender al tercer lugar antes de 2030, suficiente para atraer más a la mayoría de los inversores.

La demografía juega un papel crucial en la narrativa de la India, con una población de 1.430 millones de habitantes, superando ligeramente a China. Este país alberga más del doble de la población que la suma de Europa y EE. UU. La juventud de la población es notable, con una media de edad de 28 años y una tasa de crecimiento significativa. Ciudades de uno o dos millones de habitantes están experimentando un crecimiento superior al 10%, mientras que las megalópolis de más de 10 millones ven un aumento considerable en el segmento de población rica y ultrarrica.

Un aspecto clave que impulsa el interés en la inversión en la India es el crecimiento de la clase media. El país ha superado a China en la contribución a la clase media global, con 380 millones de personas ingresando en esta categoría entre 2015 y 2022. Se espera que el consumo de la clase media en el país alcance los 10,7 billones de dólares para 2030, superando incluso a EE UU. Este crecimiento económico se traduce en millones de nuevos consumidores cada año, abriendo oportunidades para diversas industrias, desde bienes raíces hasta seguros y viajes.

Según el Índice Global de Pobreza Multidimensional de las Naciones Unidas, India ha experimentado una reducción significativa en la pobreza. En los últimos 15 años, 415 millones de personas han abandonado la pobreza, marcando un cambio muy positivo en la situación global y económica del país.

La tesis de inversión también se ve influida por tendencias globales a largo plazo, con grandes corporaciones buscando diversificar su presencia en Asia, utilizando a la India como un punto central para reducir la dependencia de China. El rápido crecimiento de la economía digital también destaca, con más de 650 millones de usuarios de Internet y un mercado digital en expansión que se espera que agregue más de 350 millones de compradores en línea en los próximos años. La India Stack, una plataforma digital masiva, facilita la transición de la población hacia servicios digitales sin papel ni efectivo, con más de 1.200 millones de personas que poseen identidades digitales únicas vinculadas a sus cuentas bancarias.

Por otro lado, el desarrollo de la infraestructura también juega un papel crucial en el atractivo de India para la inversión. El país ha experimentado un gasto masivo en infraestructura, con un crecimiento anual compuesto del 12,3% en los últimos cinco años. Proyectos en carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, suministro de agua y energía están en marcha, respaldados por planes a largo plazo del gobierno, financiados tanto por el sector público como el privado. Es destacable el objetivo de tener un 50% de la generación de energía con fuentes renovables, lo que reducirá de forma considerable la dependencia energética de la India y su déficit por cuenta corriente.

El desarrollo democrático de la India, la mayor democracia del mundo, también es un factor a considerar. Desde 2014, Narendra Modi ha sido el primer ministro, llevando a cabo dos mandatos y buscando un tercero en las elecciones del año que viene. Aunque ha habido señales de retroceso en derechos individuales y libertad de expresión, según algunos organismos internacionales, Modi parece contar con el apoyo del Bharatiya Janata Party y podría asegurar un tercer mandato.

La inclusión de los bonos indios en los índices, anunciada por JP Morgan, se espera que impulse la inversión extranjera en los mercados de capitales del país. Aunque el país tiene un endeudamiento elevado (90% del PIB), la inflación se mantiene alrededor del 5%, y los indicadores de actividad muestran cifras expansivas. Se prevé que, durante 2024, una buena situación macroeconómica y la inclusión de los bonos podrían ser catalizadores para la inversión extranjera.

No obstante, la tesis de inversión en India encuentra un desafío en las valoraciones. A pesar de su posición económica prometedora, el mercado indio está en máximos históricos, con valoraciones por encima de su media histórica. Aunque el crecimiento a largo plazo justifica estas valoraciones, los inversores deben tener en cuenta este factor al considerar la inclusión de India en sus carteras de inversión.

En resumen, India emerge como un actor económico fundamental con una demografía envidiable, crecimiento de la clase media, avances en la economía digital, inversiones masivas en infraestructura y un sistema democrático estable. A pesar de las preocupaciones sobre las valoraciones, la inclusión de bonos indios en índices y el potencial de crecimiento a largo plazo hacen que India sea una opción atractiva para los inversores internacionales que buscan diversificar sus carteras y retornos atractivos a medio y largo plazo.

Así que, ¿por qué no darle una oportunidad a la India en nuestras carteras y dejamos el Taj Mahal para los viajes?

Rafael Ciruelos es socio de Diaphanum

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