Brasil yerra al entrar en la OPEP+
La organización está dominada por Arabia Saudí, cuyos intereses no siempre coinciden con los de los demás miembros
La OPEP+ crece. Brasil ha aceptado la invitación de los 13 miembros de la OPEP y sus 10 aliados (entre ellos Rusia).
Una interpretación del papel de la OPEP+ es que equilibra el mercado del petróleo. Si fuera todo lo que hace, probablemente no estaría contemplando aumentar los recortes que ya han restado 5 millones de barriles a su capacidad diaria, de algo menos de 50 millones, la mitad de la producción mundial. Según Morgan Stanley, es probable que la demanda crezca en 1,2 millones de barriles en 2024. Es más o menos lo mismo que el banco calcula que crecerá la oferta de países no-OPEP, como EE UU, y el propio Brasil. Para mantener el precio en torno a los 80 dólares por barril, la OPEP+ no tiene que hacer nada.
En cambio, el jueves decidió aumentar el volumen de recortes diarios en 2 millones. La cifra es imprecisa, otra característica frustrante de sus anuncios. Parte de los recortes preexistentes son 1 millón de barriles que Arabia Saudí lleva ejecutando voluntariamente desde principios de año. El aumento neto de los recortes diarios bien podría ser, por tanto, más bien de 1 millón, pero incluso es probable que eso sea una sobreestimación. De todos modos, muchos miembros de la OPEP no siempre alcanzan sus cuotas, y las últimas reducciones parecen voluntarias.
Es posible que Brasil tenga una visión muy pesimista de la demanda de 2024, lo cual exigiría mayores recortes. También es posible que le guste el alza de precios que un mercado excesivamente tenso podría suponer para su propia oferta diaria de más de 3 millones. En cuanto a Arabia Saudí, líder de facto de la OPEP, su presupuesto se equilibra más cerca de los 90 dólares, y un alza de los precios implica que gane más dinero.
Pero lo que es bueno para Riad no siempre lo es para el resto de la OPEP. La cuota de mercado de la OPEP+ ha caído 220 puntos básicos en el último año, según Morgan Stanley. EAU quiere bombear más, no menos, y se ha quejado de las restricciones. Y, por encima de todo, revelar reducciones en gran medida superfluas en un momento en que han aumentado las tensiones geopolíticas es una forma estupenda de provocar la ira de EE UU, que sigue siendo el país más poderoso. Todo lo cual sugiere que Brasil debería haber dicho gracias, pero no gracias.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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