La agria polémica de Repsol y el Gobierno, y el ‘salón del automóvil’ de la Fórmula 1
La petrolera hace bien en defender sus intereses, pero los Estados no están para milagros
No debería tomarse el Gobierno como algo personal el plante de Repsol en torno a dos proyectos industriales, debido, acusa, a un entorno regulatorio imprevisible. Las críticas de la petrolera han ido en los últimos tiempos dirigidas a las autoridades europeas en general, más preocupadas de prohibir y de quedar bien ante el electorado con sus soflamas ecologistas, que de desarrollar una política industrial amable. En realidad, lo que ocurre es que cuando el hambre entra por la puerta, el amor salta por la ventana: la transición verde es cara, tanto para las empresas como para los Estados, y unos y otros se ponen de perfil cuando toca el momento de pagar la cuenta. Repsol ha puesto de ejemplo a EE UU y su generosa política de subsidios verdes; pero el truco de Joe Biden es sencillo: en un año, ha doblado el déficit del país de 1 billón a 2 billones. Los Gobiernos disparan con la pólvora del rey de la deuda soberana, como si los tipos siguieran a 0. Tiene derecho la compañía dirigida por Josu Jon Imaz a presionar y defender sus intereses, pero el impuesto a las energéticas de la coalición no es único en el continente, ni un capricho, más allá de la autocomplacencia de la retórica de lo sostenible.
Telefónica podría volver parcialmente sobre sus pasos
Los Ejecutivos europeos buscan fórmulas para proteger el control local de las empresas estratégicas de sus países, a medida que crece la capacidad inversora foránea y baja la de los accionistas nacionales. Ahora es el Gobierno español el que estudia cómo mantener la españolidad de Telefónica ante la entrada de la saudí STC. Se habla de una compra del 5% por parte de la SEPI y otros inversores domésticos. La teleco, que comenzó siendo estadounidense hasta que la nacionalizó Franco en 1945, y que desde 1999 volvió a ser privada, podría volver de nuevo sobre sus pasos, aunque fuera parcialmente.
Con los bancos no conviene dar el brazo a torcer, aunque parezca guerra perdida
El número de españoles que deja de pagar su hipoteca es muy bajo; y también lo es el de quienes piden ayuda al banco para seguir haciéndolo, en condiciones más favorables. El Gobierno calculaba que hasta un millón de hogares podrían beneficiarse del Código de Buenas Prácticas de la banca para hipotecados en apuros, pero hasta ahora solo 42.000 lo han pedido. El 40% de las solicitudes han sido rechazadas por los bancos, lo que indica o bien que las condiciones son más exigentes de lo que parece, o que hay una cantidad importante de gente que pide cualquier cosa siempre que sea gratis. Con todo, el 90% de los 1.000 solicitantes que han recurrido han recibido un fallo favorable. Con las empresas (y con Hacienda) nunca conviene dar el brazo a torcer, aunque parezca guerra perdida.
La frase del día
El número de españoles que deja de pagar su hipoteca es muy bajo; y también lo es el de quienes piden ayuda al banco para seguir haciéndolo, en condiciones más favorables. El Gobierno calculaba que hasta un millón de hogares podrían beneficiarse del Código de Buenas Prácticas de la banca para hipotecados en apuros, pero hasta ahora solo 42.000 lo han pedido. El 40% de las solicitudes han sido rechazadas por los bancos, lo que indica o bien que las condiciones son más exigentes de lo que parece, o que hay una cantidad notable de gente que pide cualquier cosa siempre que sea gratis. Con todo, el 90% de los 1.000 solicitantes que han recurrido han recibido un fallo favorable. Con las empresas (y con Hacienda) nunca conviene dar el brazo a torcer, aunque parezca guerra perdida.
Dazn se queda con el ‘salón del automóvil’ de la Fórmula 1
En tiempos de sobreabundancia de series y películas, las transmisiones deportivas siguen gozando de cierto carácter exclusivo. Hay que verlas en directo para disfrutarlas realmente, y no hay infinitos deportes que interesen al público, mientras que sí parece que la producción de otro tipo de contenidos no tiene límite. Con todo, también las competiciones se están ajustando el cinturón en las últimas negociaciones con los canales televisivos. Dazn se ha convertido en un actor fundamental de la industria de los derechos, y ahora ha contratado los de la Fórmula 1 al margen de Movistar+. Carlos Sainz y el incombustible Fernando Alonso siguen tirando del interés por una disciplina, que Alonso, en un enfado, dijo que parecía “más el salón del automóvil que otra cosa”.
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