La nueva escisión de Intel servirá de test para una mayor

Quiere gestionar su unidad de chips programables de forma independiente, y luego sacar a Bolsa una parte

Logo de Intel en un móvil.DADO RUVIC (REUTERS)

Intel va a dividir su imperio un poco más. Quiere gestionar su unidad de chips programables, adquirida por 16.700 millones de dólares en 2015, de forma independiente a partir de enero, antes de atraer a inversores externos y sacar a Bolsa parte de la unidad.

Intel ha perdido su ventaja tecnológica frente a TSMC. El plan es recuperarla mediante fuertes inversiones en I+D y fábricas muy caras. Para ello necesita mucho dinero y ganar nuevo negocio fabricando chips para otros. Así que está monetizando parcialmente distintas partes de la empresa y haciéndolas más independientes.

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Intel va a dividir su imperio un poco más. Quiere gestionar su unidad de chips programables, adquirida por 16.700 millones de dólares en 2015, de forma independiente a partir de enero, antes de atraer a inversores externos y sacar a Bolsa parte de la unidad.

Intel ha perdido su ventaja tecnológica frente a TSMC. El plan es recuperarla mediante fuertes inversiones en I+D y fábricas muy caras. Para ello necesita mucho dinero y ganar nuevo negocio fabricando chips para otros. Así que está monetizando parcialmente distintas partes de la empresa y haciéndolas más independientes.

En 2022, vendió parte de la unidad de conducción autónoma Mobileye en una OPV. La crisis de los mercados tecnológicos hizo que la valoración fuera de solo 17.000 millones. Pero luego, sus acciones han alcanzado los 32.000 millones, de modo que la parte de Intel vale 29.000 millones. Es un buen augurio para la nueva escisión, sobre todo porque el negocio de chips programables es rentable. Intel afirma que su margen operativo es superior al del resto del negocio, en camino de alcanzar un objetivo en torno al 35% (frente al 5% que se espera para Intel, según LSEG).

La diferencia justifica una valoración más alta tras la separación. Intel pagó más de 9 veces los ingresos para adquirir la unidad en 2015. Si vuelve a este múltiplo, algo concebible teniendo en cuenta que su rival Lattice está valorada un 50% por encima, valdría 27.000 millones, basándose en sus ventas de 2.900 millones anuales: unos 18.000 millones más que si tuviera el mísero múltiplo de Intel, de 3 veces.

Es posible que los inversores inteligentes ya estén teniendo en cuenta parte de este factor en la valoración de Intel. Pero una escisión promete mejoras operativas al dar rienda suelta a la unidad para perseguir lo que la firma identifica como oportunidades perdidas, como fabricar chips para empresas industriales.

Esta misma lógica se aplica a las dos mitades del negocio principal: el diseño de chips de gama alta y su fabricación. La mejor manera de dar a esta última suficiente independencia para ganar nuevos clientes es gestionarla por separado. Intel ya ha tomado medidas para tratar una parte del negocio como cliente de la otra. Si la nueva escisión sale bien, reforzará los argumentos a favor de una más completa.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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