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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La mortalidad atormenta a las empresas de EE UU... en forma de huelgas

Los opioides y el Covid han reducido la mano de obra masculina, que pesa mucho en algunos sectores

Miembros de United Auto Workers, en huelga, ante la planta de Ford en Wayne (Míchigan, EE UU).
Miembros de United Auto Workers, en huelga, ante la planta de Ford en Wayne (Míchigan, EE UU).REBECCA COOK (REUTERS)

El viernes, los trabajadores de los mayores fabricantes de automóviles de Estados Unidos se declararon en huelga. Las fábricas de Wentzville (Misuri), Wayne (Michigan) y Toledo (Ohio) estarán vacías mientras Ford Motor, General Motors y Stellantis intentan llegar a un acuerdo con el comité de negociación colectiva United Auto Workers. Las muertes entre la población activa del sector del transporte están añadiendo, en parte, presión al problema.

En apariencia, la mano de obra estadounidense está más sana que nunca. La tasa de desempleo es del 3,8% y el número de trabajadores alcanza la cifra récord de 161 millones. Sin embargo, quién hace los trabajos y dónde están empleados ha cambiado radicalmente. Según la Oficina de Estadísticas Laborales, la proporción de hombres que trabajan o buscan empleo ha descendido al 68%, prolongando un declive que comenzó en los años ochenta, cuando era del 78%.

La tasa de participación total subió al 62,8% en agosto. Se trata de la mayor tasa desde febrero de 2020, pero sigue estando medio punto porcentual por debajo de los máximos anteriores a la pandemia.

El desplome se ha atribuido a varias causas. La epidemia de opioides en Estados Unidos podría explicar hasta el 43% del descenso de la participación de los hombres entre 1999 y 2015, escribió el execonomista de la Casa Blanca Alan Krueger en un artículo de 2017. Eso equivaldría a alrededor de 1,2 millones de hombres, calculamos. En comparación, la crisis de los analgésicos solo supuso hasta un 25% del descenso de la participación femenina.

También la pandemia dejó una huella duradera en el empleo masculino. La participación de los hombres se ha estancado muy por debajo de la media de 2020, y la Reserva Federal de Richmond vincula la caída a la discapacidad, al peor nivel educativo e incluso a los videojuegos. Mientras tanto, la proporción de mujeres trabajadoras casi ha vuelto a los niveles anteriores a la crisis del Covid.

No es de extrañar, por tanto, que los sectores más afectados por la crisis laboral sean aquellos que dependen desproporcionadamente de los hombres. . Los empleados participantes en la huelga del motor se suman a los 310.000 trabajadores que se han declarado así este año, según la Oficina de Estadísticas Laborales. En las fábricas de automóviles, el número de varones supera en más del doble al de mujeres. Los conductores de camiones y los pilotos de aviones, dos empleos en los que el peso de los hombres es aún mayor, también han tenido más influencia en la mesa de negociación.

Los pilotos organizados en la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas rechazaron un acuerdo laboral provisional con Fedex el 24 de julio. La decisión se produjo semanas después de que United Airlines y sus pilotos representados por ALPA llegaran a un acuerdo que incluía un aumento salarial acumulativo del 40,2%. Los pilotos sindicados de Delta Air Lines aprobaron el 1 de marzo un nuevo contrato, que incluía un aumento salarial del 34%.

Por su parte, la empresa de camiones Yellow se declaró en quiebra el 7 de agosto y culpó al sindicato International Brotherhood of Teamsters de su hundimiento. La dirección del sindicato “fue capaz de frenar nuestro plan de negocio” y llevó a la empresa “a la quiebra”, dijo en un comunicado el consejero delegado, Darren Hawkins. el Presidente del sindicato, Sean O’Brien, echó la culpa a los directivos de Yellow, acusándoles de cargar su “incompetencia empresarial sobre los trabajadores”.

Extranjeros

Con más puestos de trabajo en el sector manufacturero relocalizándose dentro de las fronteras de Estados Unidos, las empresas tienen dos opciones. Seguir bajo la presión de los representantes sindicales o diversificar su mano de obra. Una política de inmigración sensata podría ayudar. La mano de obra inmigrante del país ha crecido en 1,1 millones de personas, o un 9,9%, desde enero de 2020. La fuerza laboral nacida en el país creció menos del 1% durante el mismo período. La búsqueda de la Reserva Federal de un mercado laboral “amplio e inclusivo”, por lo tanto, beneficia tanto a las empresas como a sus trabajadores.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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