El cuento de nunca acabar del reparto a domicilio y el momento de la verdad de las IA
Los contratos laborales de Glovo siguen planteando dudas
La regularización de los falsos autónomos de las empresas de reparto a domicilio es el cuento de nunca acabar. La Ley Rider, que pretendía poner fin a esta práctica generalizada en el sector, entró en vigor ya hace dos años, y aunque ha tenido efectos claros en la industria, provocando incluso la marcha de alguna compañía (Deliveroo), no parece haber resuelto todos los problemas. Es el caso de Glovo, que está siendo investigada por la Inspección de Trabajo, por si el cambio en su sistema de contratación de repartidores, ahora más flexible, sigue ocultando una relación de patrón-empleado. La matriz de la compañía nacida en España, Delivery Hero, estima en 200-400 millones de euros el coste de un nuevo reajuste de su plantilla.
Los envíos a domicilio siguen siendo un pozo casi sin fondo. La turca Getir, especializada en operaciones ultrarrápidas, está saliendo de varios mercados, entre ellos el español. Las compañías que resistan gozarán de una mayor cuota de mercado que les permitirá subir sus tarifas; pero está por ver que los consumidores estén dispuestos a soportarlas.
Las IA han dejado de ser el juguete de moda, y llega el momento de la verdad
Pasada la fiebre de jugar con ChatGPT y otras inteligencias artificiales a hacerles preguntas absurdas (igual que pasó con Wordle, que se volvió omnipresente), va llegando el momento de la verdad, el de legislar. Se trata de regular tanto sobre los riesgos de su uso, como sobre el origen de la información que procesan las IA. ¿Tienen derecho a utilizar material ajeno sin pagar y encima cobrar por ello? Las empresas de contenidos ya están llegando a acuerdos con las tecnológicas para compartir conocimientos y resultados. Los Gobiernos deberán imponer el necesario control sin frenar en exceso la innovación.
Los fármacos antiobesidad tienen un gran potencial... pero hay riesgos
Novo Nordisk es la estrella farmacéutica más refulgente, y casi de la Bolsa en general. Sus medicamentos contra la diabetes y la obesidad son la gran esperanza de los pacientes, y de los inversores, que confían en su capacidad para lograr el beneplácito de los Gobiernos a fin de incorporarlos a la sanidad público. Los que quieran subirse al carro de la cotización, empero, deberán hacerlo deprisa, porque la prima de crecimiento ya es notable. Con todo, puede haber sorpresas negativas, como la decisión de Joe Biden de limitar los precios de varios fármacos, entre ellos varios de la firma danesa. La industria farmacéutica goza de un gran poder de negociación con los Estados, pero a medida que se agotan las arcas públicas, los políticos buscan cómo poner coto a los costes.
La frase del día
Es obvio que se están barajando distintas versiones sobre la muerte de Yevgeny Prigozhin, incluida la versión –ya saben de qué estamos hablando– de, digamos, una atrocidad deliberada
Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin
La propuesta de Feijóo sería más interesante si la hiciera para estar en la oposición
Alberto Núñez Feijóo planteó ayer a Pedro Sánchez una imaginativa propuesta: convocar elecciones en dos años, a cambio de su apoyo en la investidura, con seis pactos de Estado (que nunca están de más, por cierto). La idea es gobernar sin tener que recurrir a los partidos independentistas y nacionalistas. Este tipo de ideas serían encomiables, si no fuera por el hecho de que tanto uno como otro partido suelen reclamar el apoyo de su contrario solo cuando se postulan para gobernar, y casi nunca (el PSOE se abstuvo en 2016 para que gobernara Rajoy) están dispuestos a darlo cuando están condenados a la oposición.
Bien podría Feijóo, de hecho, ofrecerse a investir a Sánchez a cambio de acortar la legislatura.
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