El Tesla vietnamita, listo para la caída
Su publicitaria operación SPAC en Nasdaq no está fundamentada en resultados
La vanidad precede a la caída, y ese es el duro camino que Pham Nhat Vuong, el más rico de Vietnam, ha emprendido con la salida a Bolsa en Nasdaq de su fabricante de vehículos eléctricos, de seis años de antigüedad.
La acción de VinFast se disparó un 270% el martes, tras su fusión con una SPAC por valor de 27.000 millones de dólares. Ello catapulta su valor a 90.000 millones, solo posible porque Vuong y las entidades relacionadas con él aún poseen el 99%.
A diferencia de la operación SPAC de 40.000 millones de Grab de hace dos años, cuando la firma del sudeste asiático de VTC y comida a domicilio obtuvo 4.500 millones de inversores de todo el mundo, esta no ha sido un evento para captar fondos. Y deja al magnate al timón del grupo inmobiliario y minorista Vingroup en una situación incómoda.
El estallido valora la poco rentable firma en 142 veces sus ventas en 2022 (unas 16 veces el múltiplo de Tesla). Se reduce a 58 si VinFast puede elevar sus ingresos un 145% este año, el mismo ritmo que los analistas prevén para Rivian (EE UU), a la que VinFast identifica como par junto con Tesla. Pero eso parece exagerado; los ingresos de VinFast cayeron un 7% en 2022 y las ventas se desplomaron en el primer trimestre después de que dejara de hacer vehículos de gasolina, y los rivales están bajando los precios.
Ahora, la firma estará bajo la mirada de Wall Street. Ha retrasado un año, hasta 2025, la puesta en marcha de su planta de 4.000 millones en Carolina del Norte. Aún no ha obtenido las exenciones fiscales, y las reseñas de sus coches no son alentadoras. Solo 137 eléctricos de VinFast se matricularon en EE UU hasta junio, según S&P Global Mobility.
VinFast depende mucho de Vuong, que está apostando fuerte por los eléctricos: ha invertido 9.300 millones a través de Vingroup y otros vehículos de inversión, tras cerrar una empresa de móviles, desechar un proyecto de aerolíneas y deshacerse de las tiendas de conveniencia del grupo.
Pero al menos no hay una necesidad urgente de capital: la empresa está en conversaciones con inversores, incluidos fondos soberanos, y dice que es probable que finalice la captación de fondos en 18 meses. VinFast puede retrasar el bochorno derivado de un duro reseteo de su valoración, pero no puede evitarlo por completo.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías
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