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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

CCEP crece, y sus retos también

La cuestión a largo plazo es si la embotelladora de Coca-Cola puede seguir prosperando ante la reacción contra la contaminación y las bebidas azucaradas

Latas de Coca-Cola.
Latas de Coca-Cola.Stefan Wermuth (REUTERS)

El mayor fabricante mundial de botellas de Coca-Cola se hace más grande. Coca-Cola Europacific Partners (CCEP) anunció el miércoles la compra, junto con el conglomerado Aboitiz Equity Ventures, de una empresa similar con sede en Filipinas por 1.800 millones de dólares, ampliando así su poderío en el ámbito del envasado de refrescos.

Abalanzarse sobre Coca-Cola Beverages Philippines, que era propiedad hasta ahora de la propia Coca-Cola, no tiene discusión. El fabricante de bebidas estadounidense dirigido por James Quincey, valorado en 267.000 millones de dólares, se está deshaciendo de la fabricación de botellas en todo el mundo para concentrarse en sus omnipresentes productos. Eso ofrece una oportunidad para que CCEP, nacida en 2016 a partir de tres embotelladoras europeas, crezca mediante adquisiciones.

Financieramente, la operación tiene sentido. A poco más de 1 vez las ventas de 2022, el precio parece barato en comparación con el múltiplo de casi 2 veces de CCEP. Es cierto que el margen de beneficios antes de impuestos de la empresa objetivo era de solo el 5%, la mitad que el del comprador (que vale 29.000 millones de dólares), pero es probable que el consejero delegado, Damian Gammell, pueda mejorar la rentabilidad recortando los costes de aprovisionamiento y gestionando el negocio de forma más eficiente.

Con un crecimiento de los ingresos del 10,5% en los seis primeros meses de 2023, el negocio de embotellado de CCEP está creciendo más rápido de lo esperado, ya que los consumidores desafían la creciente inflación para darse pequeños caprichos.

Para los inversores, la cuestión a largo plazo es si el negocio puede seguir prosperando ante la creciente reacción contra la contaminación y las bebidas azucaradas. El próximo tratado mundial sobre el plástico podría imponer restricciones a los polímeros vírgenes y encarecer los envases. Los impuestos sobre el azúcar son cada vez más comunes, dado el aumento de la obesidad. A medida que crece el CCEP, también lo hacen sus retos.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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