El nuevo dolor de cabeza de la banca, y el renacer de la cerveza española
El potencial de los créditos ‘revolving’ como bomba reputacional crece cada día, como también lo hacen los reveses judiciales contra el sector
Los créditos revolving se están convirtiendo en un nuevo dolor de cabeza para la banca. Su potencial como bomba reputacional para el sector crece cada día, como también lo hacen los reveses judiciales que están recibiendo las entidades en los conflictos con los clientes. Tras la sentencia del Tribunal Supremo que fijó los criterios para determinar si un crédito revolving podía considerarse usura o no, la mayor parte de los fallos judiciales están apoyando a los consumidores, bien por considerar abusivo el tipo de interés o bien por falta de transparencia. Lo cierto es que, para el cliente común, los créditos revolving son un producto opaco y no demasiado fácil de entender. Las tarjetas permiten aplazar los pagos de las compras, pero en lugar de pasar el cobro a mes vencido, lo fraccionan en cuotas mensuales, las cuales generan intereses generalmente altos, lo que dificulta que se pueda calcular con facilidad la cuota que hay que abonar. Las quejas contra la banca se han multiplicado por 50 en los últimos años, hasta superar las 10.000 en 2022. Si la justicia da la razón a la mayoría, es cuestión de tiempo que las revolving se conviertan en una bomba muy dañina.
Los campings no son lo que eran para los ‘boomers’, pero siguen vivos y creciendo
Si se le pregunta a un boomer qué recuerda de sus vacaciones infantiles, lo más probable es que la palabra camping aparezca en el relato, junto a los bocadillos de Nocilla, las calcomanías y el coche sin aire acondicionado de papá. Nada que ver con lo que (al parecer) sugiere actualmente esa forma de alojamiento vacacional: contacto con la naturaleza, aire libre y ocio acuático. En la respuesta no se cita el ahorro, pero este sigue estando presente, especialmente en contraposición con una oferta hotelera en la que casi todo lujo es posible. Sea como sea, los datos de ocupación de junio muestran una tasa de ocupación del 90%. Los campings siguen vivos...y creciendo.
No hay nada como los datos para zanjar (o suavizar) los debates fiscales
Dígame usted cuánto ingresa y le diré si es usted contribuyente fiscal o beneficiario de ayudas y prestaciones públicas. A grandes rasgos, se puede decir que solo el 20% de los hogares más pudientes del país pagan más impuestos de lo que reciben en ayudas, mientras que la situación del resto es la contraria, puesto que perciben más de lo que pagan. Los datos, analizados y desmenuzados por Fedea, deberían servir para serenar los ánimos en todo tipo de debates, desde aquellos en los que la mayoría de los contribuyentes aseguran contribuir más al Fisco de lo que reciben hasta los que aseguran que solo los menos pudientes pagan impuestos, mientras los más ricos se van de rositas. Claro que todo análisis tiene excepciones: ricos que no pagan y pobres que no perciben lo que deberían.
Los alemanes producen menos cerveza que antes de la pandemia (y los españoles más)
Los europeos perdieron muchas cosas valiosas durante la crisis sanitaria provocada por la pandemia, la más importante de ellas los familiares y amigos que fallecieron por la enfermedad. Pero en el terreno económico las aguas han ido volviendo a sus cauces, aunque de forma desigual y en función de cada sector. En el caso de la cerveza, la producción europea está a un paso de alcanzar las cifras prepandémicas, de las que la separa tan solo un 0,58% de diferencia o, lo que es lo mismo, 209 millones de litros. Mientras los alemanes, los reyes de esta bebida, todavía están por debajo de su marca, los españoles, segundos en el ranking, hemos superado ya las cifras anteriores al Covid-19. Será la alegría mediterránea y las ganas de vivir (y beber).
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