Los graneros seguros de Latinoamérica, y la amistad con el coche
La dependencia del cereal de Kiev no ha ido a menos desde la guerra, sino a más, lo cual no resulta fácil de entender como estrategia geocomercial
La guerra de Ucrania ha permitido descubrir el papel que desempeña el país como granero de España y, por tanto, el riesgo de que el conflicto no solo tenga potencial para disparar la factura del gas, sino también para tensionar las cadenas alimentarias. Ocurrió el año pasado, cuando los precios de los cereales se dispararon durante el primer semestre, y es probable que vuelva a ocurrir de nuevo, tras la decisión de Moscú de no prorrogar el acuerdo de exportación del grano ucraniano. El caso de España es singular, como segundo destino de exportación del grano de Kiev (solo superado por China) y como país duramente azotado por la sequía. La mayor parte de los cereales importados no acaban en las mesas, sino en las granjas, como pienso para el ganado, lo que supone una presión muy fuerte para los ganaderos y una nueva amenaza inflacionista para la cesta de la compra. La dependencia del cereal de Kiev no ha ido a menos desde la guerra, sino a más, lo cual no resulta fácil de entender como estrategia geocomercial. Todo apunta a que, al menos, mientras dure la guerra, España deberá mirar a los graneros de Latinoamérica, aún más caros, pero, de momento, más seguros.
Las firmas de servicios profesionales son cada vez más de ciencias
Las ciencias triunfan cada vez más en las firmas de servicios profesionales, que tienen una gran presencia de titulados en Administración de Empresas, pero que cada vez están más focalizadas en los negocios del futuro, los cuales tienen bastante más que ver con la física que con la proporción áurea. KPMG ha reforzado este año su negocio con más de 600 nuevos profesionales en España. La auditoría se ha llevado la palma, seguida del área legal. A los licenciados en Derecho y empresariales se suman ahora ingenieros, matemáticos, estadísticos y físicos. Nuevos perfiles para nuevos negocios.
La industria del motor pide al nuevo Gobierno que España sea amiga del coche
La automoción española espera al nuevo Gobierno con los deberes hechos y una buena lista de peticiones. El sector ensambló entre enero y junio casi 1,32 millones de unidades de automóviles, lo que supone 16,1% más que en 2022. Pese a ese tirón, el desempeño de la industria está todavía más de un 14% por debajo del que ofrecía antes de la pandemia, lo que se explica porque el azote del coronavirus no fue la única prueba que afrontó el motor, ya que la crisis de semiconductires mantuvo las fábricas a medio gas cuando no absolutamente paradas. La automoción española puede presumir de profesionalidad y competitividad, pero necesita también apoyo institucional. La industria quiere que España sea un amigo del coche en todas sus dimensiones.
La frase del día
“A mí me cuesta mucho explicarle a mis hijos adolescentes que llevamos 25 años intentando ponernos de acuerdo [con la UE] con este mundo que ha cambiado tanto”.
Luis Lacalle Pou, Presidente de uruguay
Europa quiere fondos de inversión con liquidez... y transparencia
El afán protector hacia el pequeño inversor de la Unión Europea es una tarea loable, aunque compleja, y no solo porque los mercados de capitales se mueven muy rápido, sino porque las regulaciones comunitarias lo hacen muy despacio. Pese a ello, hay que reconocer que Europa no ceja en su cruzada por mejorar la solvencia de los mercados y las instituciones financieras. El último paso se ha dado esta semana con la decisión de revisar la regulación de los fondos de inversión para mejorar su liquidez y su transparencia. La idea no es únicamente defender los intereses del pequeño inversor, sino proteger la estabilidad financiera de tormentas inesperadas, hundimientos súbitos y sorpresas desagradables.
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