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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La brecha transatlántica de los videojuegos invita a las fusiones

Los consumidores se centran en los títulos de éxito, en manos de compañías de EE UU y no tanto de las europeas

Jugadores de Call of Duty, en la E3 Electronic Entertainment Expo, en Los Ángeles (California, EE UU).
Jugadores de Call of Duty, en la E3 Electronic Entertainment Expo, en Los Ángeles (California, EE UU).Troy Harvey (Bloomberg)

La crisis del coste de la vida está dando una paliza al estilo Mortal Kombat a grupos europeos de videojuegos como Ubisoft Entertainment. Los consumidores, escasos de dinero, evitan cada vez más los títulos no probados y prefieren las franquicias de éxito, como el juego FIFA, de Electronic Arts. Esto ayuda a las empresas estadounidenses dueñas de estas series. Para los rezagados, las fusiones parecen una salida lógica.

El sector está saliendo de un bum pandémico. Ampere Analysis calcula que el gasto mundial en contenidos y servicios crecerá solo un 4% anual entre 2023 y 2025, frente al 11% entre 2019 y 2021. Pero el daño de la desaceleración se está repartiendo de forma desigual: las franquicias más grandes, publicadas en su mayoría por grupos de EE UU, están resistiendo mejor. Lanzamientos más de nicho como Just Dance, de la francesa Ubisoft, y F1 Manager, de Frontier Developments han tenido un rendimiento inferior.

Ello ha contribuido a aumentar la brecha de valoración transatlántica. Un índice de ocho de las principales empresas de videojuegos cotizadas en Europa ha bajado un 20% desde junio de 2022, una evolución peor que la de sus homólogas estadounidenses y asiáticas. Según datos de Refinitiv, estas empresas se valoran ahora en torno a 10 veces sus previsiones de beneficios para los próximos 12 meses, frente a una media de 18 veces para sus rivales EA y Take-Two Interactive Software, de EE UU.

Ubisoft, creadora de la franquicia de videojuegos Assassin’s Creed, presentó sus resultados anuales el 16 de mayo: la facturación neta descendió un 18% interanual, y la empresa registró una pérdida de explotación de 586 millones de euros. Yves Guillemot, director general de la empresa, declaró que el año había sido “difícil para la industria y para Ubisoft”.

Deslices autoinfligidos también han lastrado las acciones europeas. La sueca Embracer, un holding sueco de casi 3.000 millones de dólares con intereses que van desde los videojuegos a los juegos de mesa, ha recortado sus previsiones de beneficios tres veces desde noviembre, y vio cómo 2.000 millones de dólares del valor de sus accionistas se esfumaban en un solo día tras el colapso de un misterioso “acuerdo de asociación” empresarial el mes pasado.

TIN Fonder, un fondo tecnológico nórdico accionista de Embracer, publicó una carta abierta en la que se mostraba “insatisfecho” con la reciente evolución de la cotización de la empresa y afirmaba que “en gran parte es autoinfligida”.

Incluso ha habido algunas empresas europeas que han obtenido mejores resultados, como Paradox Interactive y CD Projekt, desarrollador de Cyberpunk 2077, que ahora se valora en 23 veces el ebitda previsto para este año, según las previsiones de los analistas recopiladas por Refinitiv.

Sin embargo, es poco probable que la tendencia a favorecer las franquicias más grandes y consolidadas termine pronto, dada la presión de la inflación y la subida de los tipos de interés. Esto mantendrá deprimidas las acciones de los grupos europeos, haciéndolos vulnerables a una adquisición por parte de compradores potenciales como Sony o Amazon.

Ya se han producido algunas operaciones oportunistas. Sega Sammy se hizo en abril con Rovio Entertainment, desarrollador de Angry Birds, por algo más de 700 millones de euros, o 9,25 euros por acción, un 20% por debajo de su precio de cotización en 2017. Las acciones de Embracer subieron un 7% hace dos semanas en medio de especulaciones de que el grupo saudí Savvy, dueño del 8% y con una multimillonaria cartera de adquisiciones, podría presentar una oferta.

Las adquisiciones no serán fáciles, ya que algunos grupos europeos siguen controlados por fundadores dominantes. La familia Guillemot, de Ubisoft, firmó recientemente un acuerdo con Tencent que podría elevar su participación combinada hasta el 29,9%. Y los consejos de administración pueden ser reacios a vender a bajo precio. Pero con un panorama tan difícil, a los rezagados europeos no les quedará más remedio.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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