¿Y si los activos digitales son la solución a las dudas sobre la ley de vivienda?
Convertir los derechos de cobro del contrato de alquiler en un activo líquido reduciría los temores que despierta el texto entre los inversores
Cuando pensamos en Estados Unidos, a todos nos viene a la cabeza el sueño americano; esa ilusión, a veces realidad y otras muchas no tanto, en la que con trabajo todos podemos prosperar y tener éxito en la vida. Si lleváramos ese sueño a nuestro país, podríamos decir que el sueño español es trabajar para poder comprarnos una casa que nos dé seguridad y a la vez se convierta en una inversión de futuro. Una manera de afrontar la vida que, según datos de Eurostat, nos sitúa por encima de la media europea, con un 75% de la población propietaria de una vivienda versus el 69% del resto del continente.
La vivienda en España ha sido vista históricamente como una inversión segura, especialmente antes de la crisis económica. Durante mucho tiempo se creyó que su precio siempre aumentaría, lo que llevó a miles de españoles a invertir sus ahorros en la compra de una segunda vivienda con el objetivo de alquilarla. Sin embargo, la crisis demostró que el mercado inmobiliario no es inmune a las fluctuaciones económicas, lo que llevó a muchos a reconsiderar su inversión en el sector. Aun así, la compra de vivienda sigue siendo una inversión popular y muchos españoles continúan aspirando a tener su propia vivienda y a aumentar su patrimonio a través de ella.
El debate surgido de los problemas de acceso a la vivienda en España ha derivado en la nueva ley de vivienda propuesta por el Gobierno y sus socios, que, salvo sorpresa mayúscula, será aprobada pronto, pero no ha evitado que surjan dudas y miedos ante la posibilidad de que comprar una vivienda continúe siendo una inversión inteligente.
La mayor facilidad para declarar zonas tensionadas, que permitirá regular y topar los alquileres, tanto si son propiedad de grandes tenedores o de pequeños propietarios, es uno de los puntos que más controversia ha generado. De igual manera, estos topes al precio del alquiler, que se aplicarán en el momento de la renovación del contrato, también han generado ciertas dudas entre los inversores. Los topes serán en 2023 del 2%, en 2024 del 3% y a partir de 2025 se creará un nuevo índice.
El activo que supone un contrato de alquiler ha pasado años dormido porque la manera tradicional de invertir en inmobiliario era hacerlo directamente en el inmueble. Sin embargo, esta incertidumbre debe servir para pensar en nuevas formas de inversión que se adapten a la regulación y necesidades del mercado, y la tecnología, como no puede ser de otra manera, supone el mejor aliado para hacerlo.
Así, los activos digitales se posicionan como una nueva alternativa que favorece a todas las partes y elimina las fricciones que la nueva ley puede crear. En concreto, la solución se encuentra en digitalizar los derechos de cobro del contrato de alquiler. La frase puede sonar muy rocambolesca o vacía, pero no es el caso. Hablo de convertir los derechos de cobro de un contrato de alquiler en un activo líquido que cualquier persona pueda comprar sin importar si es el propietario o no de la vivienda.
El funcionamiento es muy sencillo, el propietario del inmueble vende los derechos de cobro de ese alquiler por una cantidad inferior a la que cobraría cada mes, pero con la ventaja de cobrar el dinero de inmediato, y ofrece al comprador la opción de cobrar una renta cada mes como si fuera el propietario de dicha vivienda. Mientras tanto, el inquilino no tiene por qué preocuparse de nada ni nota ninguna diferencia. Más allá de los retornos que pueda dar la venta de dicha propiedad, en la actualidad la rentabilidad promedio de alquilar una vivienda se encuentra en el alrededor del 3,73% en España, según el Banco de España. Un beneficio perfectamente igualable e incluso fácil de superar con otros activos de inversión.
Por su parte, el nuevo propietario de los derechos de cobro del alquiler puede elegir qué activos considera más rentables, e invertir en ellos sin las ataduras ni inversión que supone adquirir una vivienda. En concreto, en marketplaces especializados en estas operaciones en España, la rentabilidad se encuentra en el 5,5% anual.
La gran ventaja de esta digitalización se presenta en su aspecto democratizador porque se abre la puerta a que pequeños inversores que antes no podían acceder a comprar una vivienda ahora puedan obtener la rentabilidad del alquiler de una propiedad. Así, se fomenta una economía más inclusiva y diversa, y se democratiza el acceso al sector inmobiliario.
Esta solución también ofrece una mayor transparencia y seguridad para todas las partes involucradas. Con la tecnología blockchain, por ejemplo, se puede garantizar la autenticidad y la inmutabilidad de los contratos, lo que reduce los riesgos de fraude y conflicto. Además, los contratos digitales pueden incorporar cláusulas más flexibles y personalizadas, adaptándose mejor a las necesidades de cada caso concreto. La digitalización de los derechos del contrato de alquiler es una solución para quienes tienen dudas sobre la rentabilidad de su vivienda alquilada y desean invertir en otros activos beneficiando así a todas las partes. El sueño español sigue vigente hoy, España quiere continuar invirtiendo en el sector inmobiliario; ahora más españoles pueden hacerlo, y esto ya es posible de la mano de la tecnología.
Gabriela Roberto Baró es Portavoz de Nash21
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