Mango sale al escenario tras sanear el negocio
Los Andic han colocado el negocio en manos de expertos
Isak Andic (Estambul, 1953), dueño de la firma de moda Mango, ha tenido al menos tres grandes aciertos en su carrera: dedicarse a la compra, venta y diseño de ropa; encontrar un nombre adecuado y sin registrar para su marca y dejar en manos de profesionales un proyecto empresarial-familiar que a punto estuvo de irse a pique hace seis años. Andic, empresario de origen sefardí, que llegó a Barcelona desde Turquía con apenas 10 años, forma parte de una cultura que aprendió a hacer de la adaptación una herramienta de supervivencia. Mango es la prueba. La empresa creada en 1984 ha dado un giro a su estrategia. Durante 30 años navegó a su aire, lejos de asociaciones, círculos y foros; una empresa familiar marcada por el carácter de su fundador, poco amigo de los focos. Pero los tiempos cambian, Mango, reluciente tras la pandemia, con ventas récord (2.700 millones), una deuda controlada de 82 millones -en 2016 llegó a 937 millones- y 2.566 puntos de venta en 115 países ha salido al escenario.
A principios de año, Mango, junto a otros grandes del sector como Inditex, H&M, Primark y Uniqlo crearon una nueva asociación empresarial, Asociación Retail Textil España (ARTE), recién integrada en la patronal CEOE, que ha agitado la representación del sector. Hasta ahora, esa representación la mantenía prácticamente en exclusiva la Asociación Empresarial Del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), que ha declinado comentar la nueva situación.
La creación de la nueva patronal supone un paso en el sector y también para Mango, que ha movido más fichas. El grupo de moda se ha incorporado al Cercle d’Economia y a la patronal catalana Foment del Treball; además, participa en la asociación de empresas de la ciudad condal Barcelona Global y en Tech Barcelona. A nivel internacional forma parte de la European Branded Clothing Alliance (EBCA), con más de 60 marcas del sector, así como a distintas organizaciones destacadas en el ámbito de la sostenibilidad, como la Ellen MacArthur Foundation.
A Mango le han cambiado el paso. El responsable es Toni Ruiz, un economista con máster del IESE, exdirectivo de Leroy Merlín, que se incorporó en 2016 a la compañía de Andic para taponar las vías de agua detectadas en el grupo. Lo hizo como director financiero, luego como director general y, desde 2020, como consejero delegado. Ruiz llegó para corregir tres decisiones que habían colocado al grupo en una posición difícil: grandes inversiones en macrotiendas; un esfuerzo de construcción sin precedentes de 232 millones en el centro logístico de Lliçà d’Amunt (Barcelona) y un cambio en la estrategia de ventas, orientada hacia clientas -sobre todo clientas- muy jóvenes.
Cambiar el rumbo no siempre es fácil. Menos aún si ha sido trazado por el hijo del fundador. Eso sucedió en Mango. La estrategia que llevó a un endeudamiento elevado y a momentos muy complicados fue aplicada por Jonathan Andic (42 años), uno de los tres hijos del empresario, junto con el consejero y director de expansión, Daniel López. Isak Andic, el propietario, volvió a tomar las riendas y pasó el bastón de mando a Toni Ruiz. Un plan para dejar hacer y observar el cambio desde la presidencia no ejecutiva del grupo.
La decisión de Andic -primero el negocio y luego la familia- fue un movimiento diferente al que ha seguido el gigante Inditex de Amancio Ortega. Los Andic han puesto la gestión de su negocio en manos de expertos y han apartado a los miembros de la familia de labores ejecutivas, mientras Inditex nombró presidenta (no ejecutiva, pero influyente sin duda) a Marta Ortega, hija pequeña del empresario gallego. En Mango, Jonathan Andic sigue al frente de Mango Man su apuesta para ampliar negocio. Según el grupo, el área de moda para hombre ha crecido un 30% y ha rozado los 300 millones de euros. Un tanto para el hijo del propietario, aunque la compañía mantiene como su gran pilar la moda de mujer. Woman se mantiene como el motor fundamental, con un 82% del negocio total y unas ventas que han rebasado por primera vez en la historia los 2.000 millones de euros.
La mayor actividad asociativa de Mango no ha cambiado los usos y costumbres del fundador Isak. Tampoco su filosofía. Mejor la tramoya que las candilejas. El empresario, asegura un portavoz del grupo, “está al corriente de todas las decisiones estratégicas y presente en las aprobaciones pertinentes”. Y, por supuesto, como propietario, es el último mando en la plaza. El pasado año incorporó a sus tres hijos -Jonathan, Judith y Sarah- al consejo de Punta Na, la sociedad patrimonial de la familia. Punta Na agrupa el 100% de
Mango MNG Holding -la matriz de Mango- y activos inmobiliarios ubicados en las principales ciudades de países como España, Francia, Austria, República Checa o Turquía. Punta Na tiene una cartera inmobiliaria de más de sesenta activos con un valor de mercado de 1.200 millones de euros. La sociedad controla, entre otros, el inmueble del número 36 de Paseo de Gracia, en Barcelona, ocupado por el Hotel Mandarin Oriental; el número 60 de la calle Serrano de Madrid, donde está la gran tienda Mango y sus oficinas en la ciudad, y un activo en el barrio de Ópera de París. La sociedad obtiene sus ingresos de las rentas de retail, oficinas y hoteles.
Superada la pandemia, Mango cree que han llegado los buenos tiempos. Lo dijo el consejero delegado Toni Ruiz en la presentación de resultados de este año: “Ha sido una larga travesía”. Una imagen bíblica para ilustrar el proceso de transformación que ha llevado a la apertura de 119 nuevos establecimientos, entre ellos uno convertido en símbolo: el buque insgnia (flagship en códio Mango) de la Quinta Avenida de Nueva York. La pica en Flandes. Si los planes se cumplen, con nuevas aperturas en Estados Unidos hasta 2024 (40 establecimientos) y una buena marcha de las alianzas ya selladas -con Fox en Canadá o Myntra en la India- Andic podrá disfrutar sin problemas de su pasión, el mar y de su yate Nirvana Formentera, premio de diseño en su día, 53 metros de eslora, 11 de manga y dos vueltas al mundo en su bitácora. Un buen lugar, sin duda, para recordar el día en que Andic descubrió en Filipinas una fruta muy sabrosa y lo bien que sonaba su nombre en diferentes lenguas. Mango.
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